Editorial de Gastón Remy en Pateando el tablero. A casi tres años del gobierno de Gerardo Morales se profundiza la división de los trabajadores ocupados en blanco respecto de los desocupados y precarios. La izquierda ante un desafío histórico.

Gastón Remy Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.
Domingo 2 de diciembre de 2018 16:27
En el G 20 vemos desfilar a los presidentes de los dueños del mundo. Macri dispuso el territorio nacional como espacio de reunión, lobby, relax y negocios de todos ellos; mientras le agradece a su majestad Donald Trump haber intercedido para que el FMI no deje caer a la Argentina al abismo.
Sin embargo, ya estamos en el fondo con nueva deuda por 56.300 millones de dólares, todo gracias a la ayuda del peronismo que votó el presupuesto de ajuste 2019 que exige Christine Lagarde. Pero también fue de inestimable ayuda la casi nula resistencia de la CGT, Camioneros y gremios que dirige el kirchnerismo que hicieron su aporte para que haya ajuste, pero también 2019.
En otra muestra de genuflexión ante el imperio, esta vez del oriente, el Gobernador de Jujuy recibió al presidente de China. Xi Xinping estaría por considerar a Gerardo Morales como su embajador en Jujuy.
Junto a gobernadores amigos de Cambiemos en el Council de las Americas, Morales ofreció a precio de remate los recursos de la provincia. Les dejó en claro a las multinacionales imperialistas que liberó 800.000 hectáreas para prospecciones mineras, así como está disponible el litio que empresas chinas empiezan a devorar en el Salar de Olaroz, también la energía solar y la continuidad de la toma de deuda con los bancos de China o Europa.
Tres años
En pocos días se van a cumplir tres años de la gestión de Cambia Jujuy, una alianza dominada por los radicales que hicieron de los massistas jujeños sus socios menores en la administración del Estado. A modo de balance podemos afirmar que bajo el slogan, “Unión, paz y trabajo”, se mantuvo intacta la Jujuy Feudal donde disfrutan los mismos de siempre.
La clase trabajadora, un concepto para algunos perimido, representa al 75 % de la población económica activa. En la provincia consta de 187.000 trabajadores asalariados entre estatales y privados, 12.000 desocupados. A todos ellos se suma una amplia población de casi 100.000 personas que no acceden al mercado laboral y, si lo hacen, es en forma intermitente y precaria, se trata del sector que el capital considera sobrante puesto que no lo necesita para su ciclo de negocios. A lo sumo, están dispuestos a tolerar cierta ayuda del Estado pero hasta ahí nomás.
Con 4.369 empleos privados registrados y 3.111 en el Estado en tres años frente a un crecimiento de la población de 8.700 por año no hay forma de cerrar la brecha entre ocupados y desocupados y precarios en Jujuy
Nunca llegó la posibilidad del trabajo genuino en una provincia con índices enormes de desocupación, con un 15,2 % subocupado y un 37 % de trabajo en negro. En los tres primeros años de gobierno de Gerardo Morales el sector privado creó aproximadamente 4.369 puestos de trabajo registrados y desde 2011 se observa un estancamiento prácticamente en la dinámica de creación de empleo privado registrado. Mientras tanto en el ámbito público se sumaron 3.111 nuevos empleos.
De conjunto este volumen de empleo registrado en tres años queda muy por detrás del crecimiento de la población anual en 8.700 personas. De esta manera, no hay forma que cierre la brecha entre los sectores de trabajadores que acceden a un empleo formal, respecto de aquellos que terminan engrosando las filas de la población sobrante que antes mencionamos.
Administrar la pobreza
Morales solo cumplió con su promesa de quitar a Milagro Sala y su organización de la administración de la asistencia social del Estado. Para ello recurrió a un accionar ilegal e ilegítimo con el aval de la Justicia por el cual la detuvieron durante una protesta frente a la Casa de Gobierno en enero de 2016.
A parir de allí sentaron un precede de persecución y represión sobre los trabajadores y opositores políticos que tuvo en la represión a los obreros y familiares del ingenio La Esperanza hace casi un año uno de sus mayores picos. Recodamos que luego de los 318 despidos no se concretó la tan anunciada venta del ingenio y siguen incumpliendo con los jubilados y trabajadores que pasaron al Estado.
Comprando a dirigentes de la Red de Organizaciones Sociales como poniendo los suyos armó una estructura de punteros propia que controla y contiene en los barrios a los sectores desocupados y precarios de la clase trabajadora. A la par sostuvo el sistema de cooperativas donde mujeres y jóvenes trabajan en forma barata y precaria para los municipios.
Pero esto no es una deuda con sus votantes o el pueblo trabajador, sino que se trata de un esquema consciente que desde el avance neoliberal en todo el país y, en la provincia, con la privatización y los miles de despidos en Altos Hornos Zapla, el cierre de decenas de minas en los 80´, los despidos en Ledesma a principios de los 90´, entre otros, se fue gestando un quiebre en la clase trabajadora con amplios sectores que no ingresan al mercado laboral prácticamente. Según un estudio del PIMSA a cargo de Nicolás Iñigo Carrera entre 1980 y 2001 la población obrera sobrante se duplicó en Jujuy.
Modelos
Es así que el modelo MM (Macri-Morales) propone un ajuste a medida del FMI y de los especuladores de la deuda. Para la clase trabajadora una nueva reforma laboral flexibilizadora como anunció el presidente junto a su par francés en el G 20.
No es más que modelo que apunta a profundizar la división de las filas obreras, a la vez, que evitar el desborde de los sectores más empobrecidos, para ellos el fondo monetario internacional dijo que tiene más recursos si hace falta multiplicar los planes sociales. En Jujuy solo en un año hay 50.000 nuevos pobres y 20.000 nuevos indigentes, un panorama preocupante.
Por su parte, el modelo K como volvió a recordar la ex presidenta Cristina Kirchner en su exposición en CLACSO, es el que asumiendo la imposibilidad del trabajo genuino para todos, le propone a la clase trabajadora desocupada la Asignación Universal por Hijo. Con este subsidio se desataría una rueda virtuosa donde los pobres consumen en el mercadito, el comerciante a la larga compra una camioneta y con eso le da trabajo al obrero automotriz que paga el impuesto a las ganancias con el cual financian la ayuda al más pobre.
El kirchnerismo que pretende volver lo hace adelantando que no está dispuesto a romper la división de la clase obrera entre ocupados y desocupados y precarios; sino que se presenta como el mejor administrador desde el Estado de los pobres. Parte de esta política es sostener el acuerdo con el FMI y el pago de la deuda, o sea, los mecanismos de sumisión del país al imperialismo que frena todo desarrollo autónomo.
En Jujuy lo vivimos a gran escala con la Tupac Amaru que nunca se propuso la pelea por trabajo genuino, sino solo administrar la asistencia social con cooperativas y un sistema propio de escuelas, hospitales y viviendas para sus afiliados, pero siendo enemiga de la unidad de toda la clase obrera. En unidad con el PJ de los empresarios Fellner, Segura, Rivarola y Jenefes terminaron garantizando la gobernabilidad que les permite a los dueños de Jujuy hacer sus negocios, aunque en ese momento al precio de reconocer que los desocupados tengan una organización propia con peso y relativo margen de maniobras. Morales vino a desactivar todo y ejercer su dominio directo.
El rol de las direcciones sindicales
A la división también contribuyeron los sindicatos en su mayoría dirigidos por el peronismo o el SEOM del Perro Santillán y la CCC –en un primer momento- que a pesar de las diferencias de forma ningún de ellos se propuso pelear por la unidad con los desocupados bajo la demanda de trabajo genuino. En el caso de la CGT mencionó la desocupación como problema, pero no tuvo una política hacia los desocupados mismos y, ATE y la CTA, se dirigieron al territorio dando lugar a la emergencia de la Tupac Amaru, pero sin ligar la organización de los desocupados a la pelea de los ocupados en un frente común por el trabajo genuino.
A la clase trabajadora jujeña pese a todos los golpes le sobró combatividad en los años 90´, provocando la caída de 5 gobernadores del PJ y un movimiento piquetero que peleaba por trabajo genuino con acciones independientes como en el 97´ enfrentando a la gendarmería en Libertador General San Martín. Lo que le faltó fue una organización política anticapitalista y revolucionaria dispuesta a resolver la crisis de los de arriba apostando a un gobierno de los trabajadores y sectores populares surgido de esta movilización y lucha en las calles.
Una oportunidad histórica
La emergencia del Frente de Izquierda con la figura obrera de Alejandro Vilca es la expresión de una izquierda que mantuvo sus principios apostando a la clase trabajadora y a la independencia política de los partidos patronales. El desafío es traducir el apoyo de miles de jujeñas y jujeños en una organización de los trabajadores que pueda pelear efectivamente en los sindicatos por la unidad de los ocupados y desocupados, mediante el reparto de las horas de trabajo imponiendo la jornada de 6 horas, el trabajo genuino con planes de obras públicas financiados con impuestos a los grandes empresarios y dueños de las tierras. Una unidad que también debe expandirse a los jóvenes y mujeres de la marea verde, a los pueblos originarios y a los inmigrantes que realizan los peores trabajos. Seamos sinceros, no queda otra vía para superar la miseria actual y enfrentar un futuro mediato de mayores ataques a nuestras condiciones de vida. Son ellos o nosotros.

Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.