El día martes 04/10 se llevó a cabo una polémica reunión entre la Comisión de Mujeres y las autoridades de la UNGS para confirmar la cantidad de micros para el viaje al Encuentro Nacional de Mujeres. Aquí una estudiante nos deja sus impresiones.
Jueves 6 de octubre de 2016 22:54
Las estudiantes de la UNGS organizadas en la Comisión de Mujeres y Diversidad, que es independiente del Centro de Estudiantes (ya que el mismo no cuenta con una secretaria propia), presentaron una lista de 240 mujeres que deseaban viajar al Encuentro. El objetivo de la misma era que las autoridades de la universidad cubran los gastos de los micros de manera que ninguna quedara afuera de este gran evento. Días atrás se desarrolló una reunión junto al Secretario General de la UNGS, Gustavo Ruggiero, quien notificó que de la lista inicial presentada 61 mujeres no podrán viajar.
Las autoridades también alegaron que no podían garantizar el estado de los micros. Desde Pan y Rosas en conjunto con diferentes organizaciones se pidió que este año los micros sean de calidad, debido a que en el 2015 los colectivos contratados fueron de pésima calidad, sin baños y rotos. Las respuestas de las autoridades no hacen más que mostrar el desinterés de las mismas hacia las mujeres que se quieren organizar.
Entrevistamos a Melina estudiante de la universidad y militante de Pan y Rosas que estuvo presente en dicha reunión con 5 de las autoridades de la Universidad para responder al pedido de micros por parte de la Comisión de Mujeres y Diversidad del centro de estudiantes.
¿Cuál fue la respuesta de las máximas autoridades de la UNGS?
Cuando se consultó sobre el criterio para negar la posibilidad de viajar a quienes estaban en la lista la primera respuesta fue que hay algunas mujeres que no cursaron materias durante el año 2016. Para las autoridades eso era motivo suficiente para expulsarlas del viaje. Claramente este es un criterio restrictivo por parte de la UNGS ya que no se contempla dentro del análisis los ajustes, los tarifazos, el aumento del boleto y las fotocopias, la poca oferta académica, la imposibilidad de muchas madres de poder dejar a sus hijos en la guardería, entre otros factores. Todas estas son las problemáticas que viven día a día las mujeres trabajadoras y estudiantes, y que afectan directamente la posibilidad de continuar con sus estudios. Luego se tuvieron que reubicar y ampliaron el criterio respecto a la cantidad de tiempo no cursado.
El problema es que esta es una realidad aislada para las autoridades de la universidad, quienes por sus sueldos abultados no sufren los ajustes, ni tarifazos, motivo principal por el cual estuvieron ausentes en la lucha por la defensa de la educación pública que se desarrolló durante todo el primer semestre del año. Critican a Macri pero en los hechos están del lado de los ajustadores.
Este recorte por parte de la gestión de la UNGS a la cantidad de mujeres que quieren viajar, después de dos años seguidos de las multitudinarias marchas de #Niunamenos, deja en evidencia que el perfil progresista de la universidad no es tal, una gran mentira que se derrumba por su propio peso. A pesar de tener un discurso en contra de la violencia de género y una universidad que se dice estar al servicio de la comunidad, poco se hace para enfrentar los problemas que vivimos a diario las mujeres
¿Cómo continuaron el reclamo?
Como si todo esto fuera poco la abogada que acompañaba a Ruggiero, despojada de toda solidaridad de género, dijo a las presentes que no se olviden que el Encuentro es para "encontrarse" y para que aquellas que puedan participar vayan en representación de quienes no puedan ir. Un concepto nefasto de la lucha de las mujeres. Las mujeres van a Rosario a luchar por sus derechos, contra los femicidios, las redes de trata, el aborto legal y a organizarse para enfrentar la opresión y desigualdad que sufren día a día, y no en representación de otras. Por eso mantuvimos firme nuestro reclamo de que viajen todas a Rosario, sin importar si cursó o no este año alguna materia o si pertenece o no a la comunidad universitaria.
Sumado a esto el secretario general de forma pedante y con un tono burlón nos responde a todas nuestras inquietudes diciendo que él no nos preguntaba de donde sacábamos el dinero para los afiches de nuestro partido y que ponía en duda si con ese dinero podíamos alquilar un micro, desviando todo tipo de discusiones y minimizando la lucha de las mujeres que nos organizamos.
Viajamos porque nos queremos organizar contra la violencia machista y por todos nuestros derechos. Motivo suficiente para que nosotras sigamos organizando de forma independiente a las mujeres que quieren viajar. En nuestras vidas se mete la iglesia, el estado, la policía, las mafias de las redes de trata, la ideología machista, ¿tenemos que aceptar que también se meta la gestión de la universidad? La Comisión de Mujeres y Diversidad es independiente de la gestión y de las autoridades, entonces ¿por qué se metieron en el armado de la lista sin nuestro consentimiento, modificándola y dejando a fuera a 61 de nosotras?
Las estudiantes estamos cansadas de que años tras año tengamos que estar a la espera de que la Universidad financié este viaje. Por eso y a pesar del boicot del centro de estudiantes, dirigido por el Funyp (Frente Universitario Nacional y Popular), desde Pan y Rosas presentamos un proyecto junto Micaela Ríos, consejera estudiantil, para que el viaje sea institucionalizado y sea abierto a la comunidad, para que ninguna se quede sin viajar. Exigimos que los representantes del consejo en el Instituto de Ciencias tomen consideración la importancia de este proyecto.
A pesar de todas las trabas por parte de la gestión y de la conducción de centro de estudiantes, no vamos a bajar los brazos: ¡La lucha continúa en Rosario, hoy más que nunca!