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Red Internacional
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La Plata. La gobernadora Vidal no se atiende en los hospitales públicos

María Eugenia Vidal inauguró la sesión de la cámara legislativa celebrando el avance en obras, presupuesto y políticas públicas, mientras que las y los trabajadores del sector salud viven otra realidad.

Domingo 3 de marzo de 2019 10:54

En la inauguración de un año legislativo la gobernadora María Eugenia Vidal habló de la situación sanitaria.

Con un tono efusivo, siguiendo la impronta del presidente Macri en el Congreso, habló de los 53 hospitales provinciales con problemas edilicios que encontró en sus recorridas, jactándose de haber reconstruido las guardias de 38 de ellos; cuando en realidad son la mayoría de los 80 hospitales de la provincia los que arrastran problemas de infraestructura, principalmente por la falta de presupuesto que sufre el sector desde hace décadas.

Mencionó que su gestión no abrió nuevos hospitales “vacíos de personal y equipamiento como pasaba antes”; atendió “lo que no podía esperar”.
Siguiendo con su discurso, Vidal refiere que en términos de la salud, “lo que no podía esperar” se reduce a las guardias, los CAPS, el SAME con la instalación de cámaras de seguridad y mayor presencia policial. Pero se olvidó de algunas cuestiones elementales que conocemos quienes sostenemos día a día el funcionamiento de hospitales y centros de atención primaria:

En los hospitales provinciales, como el emblemático hospital Posadas, vaciaron servicios enteros con el despido de trabajadores y trabajadoras. El incendio en el hospital Oñativia, que al día de hoy, por demora de las obras, no ha podido volver a funcionar como antes

Falta de insumos, de aparatologia, (que hoy se deriva al servicio privado), falta de medicación y de métodos anticonceptivos; falta de personal de guardia en hospitales generales como se denunciara la semana pasada en el hospital A. Korn de Melchor Romero; cierre de quirófanos que no se encuentran en condiciones, desde hace mucho tiempo, para realizar cirugías seguras, lo que ha generado decenas de infecciones o tener que operar a la luz de las velas (como también ocurrió hace algunos meses en el hospital de Niños platense).

El corte de luz en el hospital San Martin de La Plata hace pocas semanas atrás, donde no funcionó el grupo electrógeno y se tuvo que ambucear a mano a cientos de pacientes internados en el área de neonatología y otras áreas críticas para salvarles la vida.

Y eso no lo hizo la gestión de Vidal; fueron los médicos, enfermeros y residentes que sostienen día a día una atención de calidad.
Vidal se jactó, a lo largo de casi una hora de discurso efervescente, de reducir la mortalidad infantil, pero también son les hijes del pueblo trabajador las víctimas directas del ajuste en curso, con hospitales pediátiricos desvastados, donde hasta la falta de vacunas es cotidiana.

Y en su estadística nada dijo de las cientas de mujeres que mueren por abortos clandestinos. Muertes totalmente evitables si se legarizaría y despenalizaría el aborto en nuestro país

Vidal se olvidó también que los sueldos de trabajadores municipales y provinciales de salud no llega a cubrir la canasta básica familiar, por lo que muchos deben trabajan más de 10 horas por día. Se olvidó del sistema de residentes y su precarización, de los cientos de trabajadores que aún están en negro, sin garantizarles la estabilidad laboral.

La mandataria bonaerense se olvidó que para poder mejorar el sistema de salud, y que éste sea público y de calidad, debe triplicar el presupuesto destinado. Ya hemos visto como oficialistas y opositores solo destinan algunas migajas de presupuesto para la salud. Sin ir muy lejos el último presupuesto para salud votado por legisladores macristas y del peronismo deja de nuevo al sistema de salud en terapia intensiva.

Pero de lo que no se olvida Vidal es del acuerdo que hicieron con el FMI, permitiendo la avanzada imperialista también en nuestra región, que solo traerá más hambre y miseria para el pueblo trabajador.

Tampoco se olvida de enumerar los millones que destinará a seguridad y a la pelea contra el narcotráfico, que ya vimos en las calles como mayores palos y represión. No se olvida de ese dato para poder cambiar la agenda cuando el descontento de los trabajadores sí va en aumento, como la militarización en el hospital Posadas, o las represiones recientes a los trabajadores de Coca Cola, Madygraff o el verdurazo.

La agenda de los y las trabajadoras es otra

Quizás más que recorrer hospitales debería atenderse en ellos, para ver las condiciones a las que millones de pacientes se ven sometidos, desde años, cuando van a pedir un derecho elemental como es el acceso a la salud pública.

Hasta ahora ningún gobierno de turno se ha enfrentado a los enormes negocios de la medicina privada, las pre pagas o la producción de medicamentos. Solo atacando los enormes intereses económicos que se ocultan detrás de la salud privada podrá pensarse un sistema único, público y de calidad. Dejando de favoreces intereses económicos en desmedro de la vida de millones.

Por eso este 6 de marzo nos sumamos al Paro que convocaron desde ATE y CICOP.

Nosotros fuimos pate de las asambleas donde cientos de trabajadores denunciaron el vaciamiento, la precarización, el desmantelamiento y la falta de insumos y medicamentos. Pero también denunciamos que son las mismas centrales sindicales las que le dan tregua al gobierno. Desde la CGT aun están viendo cuando convocar un paro nacional que nunca llega a la agenda de los trabajadores.

Sectores de la CTA ya adelantaron que durante un año electoral mejor no hacer paros. Entre las disputas internas, los trabajadores se encuentran como rehenes de una política de paros rastreros y aislados que aun no convergen en un plan de lucha nacional que se ponga en la agenda terminar con el ajuste y la represión de Macri, Vidal, los Gobernadores y el FMI.

Desde la Corriente de Izquierda por la Salud Publica entendemos a la salud de una manera integral, relacionada a las condiciones de vida: acceso a la vivienda, a la educación, a la salud y a un trabajo con un salario acorde a la canasta familiar. Y por lo tanto que la posibilidad de un sistema de salud pública único y de calidad, solo podrá garantizarse conquistando esos derechos básicos para el pueblo trabajador.