Dos derrotas posteriores al golpe con impacto incluso en lo ambiental
Domingo Lara Biólogo Ambiental
Jueves 13 de julio de 2017
Continuación de la nota La herencia de la Dictadura en el medioambiente. Parte I
Los 90 y la herencia de la dictadura en términos medioambientales
Como respuesta ante el golpe se desarrollaron una serie de protestas contra la dictadura que aspiraban a ponerle fin a ésta pero que también tenían la perspectiva de hacer retroceder los cambios que la dictadura impuso. Ambos aspectos fueron derrotados con la salida pactada, que aunque terminó con la dictadura, fue el fracaso de estas dos perspectivas iniciales, lo que implicó un retroceso en la conciencia y organización existente y la continuidad del modelo impuesto. Dentro de estas protestas, los temas ambientales también estuvieron presentes, aunque en la época el protagonismo lo tenían las protestas para terminar con la dictadura.
El proyecto estrella de la Concertación: la Ley 19.300. Continuidad y no cambio de la herencia de la dictadura
En los primeros años post dictadura los problemas ambientales fueron un tema de gran relevancia. Así, recién asumido en su mandato, el 5 de junio de 1990 -el mismo Día Mundial del Medio Ambiente- el entonces Presidente Aylwin firmó el Decreto Ley con el que creó la Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), dependiente del Ministerio de Bienes Nacionales. Ésta, aunque precaria, fue la primera institucionalidad ambiental en la historia de Chile.
Con la intención de centralizar las múltiples regulaciones ambientales la Concertación promulgó la Ley de Bases del Medio Ambiente en marzo de 1994 y la aprobación del reglamento del SEIA en el año1997. Éste último debía jugar el rol de regular: "el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, la protección del medio ambiente, la preservación de la naturaleza y la conservación del patrimonio ambiental" y debía regular a través del SEIA (Sistema de Estudio de Impacto Ambiental).
El SEIA ha sido una puerta de entrada para los proyectos donde prácticamente todos son aprobados, aunque en el último tiempo han surgido cada vez más voces críticas que en base a las protestas y figuras legales toman instancias como estas y/o como los tribunales ambientales para trabar proyectos de alto impacto ambiental.
La continuidad de la herencia de la dictadura en el Chile de hoy
Código de Aguas: el 90% de los derechos de aprovechamiento de aguas consuntivas (no devuelven su caudal al río) se encuentra en manos de empresas mineras y agroexportadoras, mientras que prácticamente el 100% de los derechos de aprovechamiento de aguas no consuntivos (devuelven su caudal al río) se encuentra en manos de transnacionales como ENDESA.
Las forestales: la expansión forestal en desmedro del bosque nativo es creciente. Al 2013 se observan casi 2,5 millones de hectáreas de plantaciones forestales [v] y las leyes que favorecen la expansión forestal han sido perfeccionadas y favorecidas. Las regulaciones son cuestiones discursivas, los planes de manejo son sólo para mantener el negocio. El Decreto Ley 701 de la dictadura sigue intacto.
Sector pesquero: la situación ambiental en este sector es especialmente crítica. El ingreso de las salmoneras ha generado importantes tasas de contaminación en las costas del sur, obligadas a migrar producto de su propia contaminación dejando importantes desastres ecológicos tras su paso. La Ley de pesca, o la llamada Ley Longueira, establece por tiempo indefinido cuotas exclusivas de captura -de mínimo 20 años- para siete familias, privilegiando su vinculación histórica con el sector; beneficiando a las trasnacionales, que son las que más contaminan y destruyen los ecosistemas. Aún persiste la pesca de arrastre en gran parte de la costa [vi].
Sector minero: el aumento desenfrenado de la extracción minera aumentado por las leyes que establecen la igualdad de trato entre los yacimientos privados y estatales son el corazón de la economía. El sector de la minería da cuenta del 8,2% del PIB y del 42% del valor de las exportaciones. Chile es el mayor productor de Cobre del mundo y su producción minera ha aumentado en un 265% desde 1990 hasta comienzos del 2005, empleando al 1,2% de la fuerza laboral total.
Las actividades mineras todavía son causantes del grueso de las emisiones de SOx en Chile, así como de las emisiones de Arsénico en varias regiones. Un tercio de los tranques de relaves abandonados están en un estado deficiente o inaceptable. Casi la mitad de las aguas residuales de las grandes empresas no son tratadas. Las empresas mineras pequeñas y medianas no suelen cumplir la normativa. Poco se sabe de la contaminación del suelo con metales pesados y contaminantes tóxicos generados por las actividades mineras. Chile no tiene planes de descontaminación de las minas abandonadas. El impacto ambiental del transporte de minerales, sólo se mide en los estudios de impacto ambiental; el consumo de agua de las propias mineras -en particular en algunas regiones donde el agua es escasa- por ejemplo, corresponde al 70% del uso consuntivo en la II región y al 60% en la III región. El consumo de agua por parte del sector minero aumentó un 23% entre 1990 y 2002 [vii].
Urbanización: Al 2012 en Chile más del 85% de la población vive en áreas urbanas, es decir, la calidad de vida de las personas se relaciona directamente con habitar en la ciudad Santiago que es la ciudad que concentra mayor cantidad de habitantes, donde la segregación espacial se ha transformado en una tendencia, con la formación de guetos.
Esto se puede evidenciar en la distribución de las áreas verdes. Las cuatro comunas de más altos ingresos concentran el 32,2% de la superficie total de áreas verdes, mientras que las cuatro comunas más pobres sólo tienen el 4,1%. Una diferencia abismal entre las comunas pobres y las comunas ricas. Así, en La Pintana un 20% de los vecinos tiene un área verde a menos de 300 m de su vivienda, mientras que en Vitacura un 75% posee áreas verdes en zonas aledañas a sus hogares. [viii] La tendencia es a la disminución general de las áreas verdes. En sólo siete años, la capital redujo en un 9,8% su tasa de forestación. Esto quiere decir que durante ese período la ciudad taló 512 mil árboles y arbustos, con el fin de reemplazarlos por viviendas o calles. [ix]
Ideas para concluir
Los cambios en las políticas ambientales están marcados por las transformaciones históricas y sociales. La dictadura sentó pilares que la "transición a la democracia" mantuvo y profundizó, pero creando en el camino sus propios mecanismos, ajustándose a la legalidad pero manteniendo y amplificando el impacto sobre el medioambiente. Es decir, hay más continuidad que cambio en los pilares centrales, aunque ajustados a un marco legal general.
El sistema económico, social, cultural y ambiental es una unidad. Una transformación sustancial de estos pilares que termine con la herencia de la dictadura, puede instaurar una nueva forma de relacionarnos con el medio ambiente. Las expectativas en los avances de la técnica y de la ciencia sólo pueden caer en tierra fértil si hay una disposición social que permita que florezcan y se expandan. En este sentido, el quehacer ambiental aún se debate entre conseguir concesiones en el marco de lo posible y cambiar de raíz a un sistema que se va haciendo cada vez más insostenible.
[v] http://www.corma.cl/_file/material/crecimiento-del-pais-y-politica-forestal-2017.pdf
[vi] Noticias Terra 2012: <http://noticias.terra.cl/ciencia/se...>
[vii] CEPAL / OCDE 2005<http://www.cepal.cl/publicaciones/x...>
[viii] Reyes & Figueroa 2010<http://www.eure.cl/numero/distribuc...>
[ix] Santiago redujo tasa de forestación en 9,8% en siete años <http://diario.latercera.com/2011/04...>
[x] http://diario.latercera.com/2014/06/15/01/contenido/reportajes/25-166760-9-la-agenda-ecologista-despues-de-hidroaysen.shtml