Ahora que la demanda brasilera está cayendo y siguen importando autopartes, se abre otra crisis, que intentaran descargar sobre los trabajadores.
Jueves 1ro de octubre de 2015 11:12
Hace unas semanas, el periodista Raúl Dellatorre entrevistó en su programa radial “Y si no...¿Cómo me entero?” a Ricardo Pignanelli que habló sobre la situación de la industria automotriz y la política nacional. Dijo pertenecer a una generación que no discriminaba al hijo del patrón. Las suspensiones y despidos que afectan al sector, y los cientos de retiros voluntarios que se abrieron como una canilla en fábricas como Ford y Volkswagen, fueron los ausentes.
La ley de autopartes: más demagogia que realidad
Pignanelli alertó sobre el déficit comercial que generan las autopartes importadas, cercanas al 75%. “Tenemos que consolidar con una ley el autopartismo. Hay que asegurarse que llegue al 50 % de contenido nacional, porque con eso, con la venta y la compra, haces la diferencia para cubrir el 50 % que traes de afuera. Ahora si yo tengo el 25 o 26 % no hago pie y dependo de la caja del gobierno”. Rubén Matu, delegado de Lear y candidato a diputado de la provincia de Buenos Aires por el FIT, manifestó al respecto: “la industria automotriz se sostuvo en estos años generando déficit comercial. Por eso la intervención del gobierno limita el acceso de dólares a las automotrices.
El déficit actual es de 8000 millones de dólares entre lo que se vende y lo que se trae de afuera, lo que significa que los autos vendidos a Brasil, México y otros países apenas aportan una parte de los dólares necesarios para comprar los insumos importados. Ahora que la demanda brasilera está cayendo y siguen importando autopartes se abre otra crisis, que intentaran descargar sobre los trabajadores, como ya se viene notando en los más de 100 despidos de VW Pacheco, donde cerraron el turno de la Suran y dejaron de producir el motor. Los retiros voluntarios (despidos encubiertos) y prejubilaciones sirvieron para lograr esto. Ni que hablar de las ofertas de retiros voluntarios en Ford.
Esta semana informaban también de las posibles suspensiones en Mercedes Benz. Toda esta situación genera mucha preocupación entre los compañeros”. Sobre el proyecto de ley de autopartes, agregó, “Seguramente harán la presentación en el Congreso, pero es difícil que se logre ese 50 %, más cuando lo están planteando desde un gremio que supo mostrarse defensor de los intereses de las multinacionales: caso convenio Renault-Nissan en Córdoba, ni hablar en Lear donde dejaron 240 familias en la calle. Lógicamente cuanto mayor sea la cantidad de componentes producidos en el país se abrirán puestos de trabajo, pero viendo la ubicación histórica de la dirigencia del SMATA, que tuvo entre sus hombres al menemista José “el gordo” Rodríguez, referente de Pignanelli, es difícil.
Deberían tocar intereses globales ya que las autopartistas que abastecen a estas multinacionales están organizadas mundialmente. No van a venir a invertir al país por una Ley, invertirán si pueden sacarle provecho. Por eso Pignanelli aclara que van a venir si somos capaces de crearle el ámbito, las leyes necesarias, un gesto muy similar al de Scioli, que gusta seducir al capital”. Pignanelli también alertó sobre los efectos de una devaluación (sin aclarar que son los principales candidatos a presidente, quienes la estarían impulsando).
“Si viene una devaluación volvemos a cero” dijo, y agregó, “vamos a dar de vuelta la baraja, pero créemela…volvemos a cero”. Suenan raras estas palabras en boca de quien sostiene y reivindica el modelo kirchnerista, que nació como hijo de la devaluación duhaldista pos 2001, que significó un saqueo al bolsillo de los trabajadores. Muchas demagogias y pocas realidades en los pasillos de Avenida Belgrano 665; mientras el mundo observa con lupa los fraudes que se producen en la industria automotriz (VW), en Argentina se le achica el terreno para futuros negocios