Con manifestaciones en todo el país, y sorteando las inclemencias del tiempo, las mujeres tomaron nuevamente las calles contra la violencia de género y exigiendo al estado más recursos para atenderla.
Viernes 26 de noviembre de 2021
Explanada de la Intendencia de Montevideo
Cabecera movilización convocada por la Coordinadora de Feminismos.
Foto: Pan y Rosas
El enorme chaparrón que cayó cerca del inicio de las movilizaciones previstas no frenó a las mujeres que una vez más nos convocamos este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En Montevideo, varias fueron las convocatorias. En la Plaza Independencia, y bajo el lema Océanos de Violencias, Mareas de Resistencias se convocaron varios colectivos de mujeres, mientras que, en la Explanada de la Intendencia de Montevideo, la Coordinadora de Feminismos del Uruguay y otros colectivos y agrupaciones de mujeres – como Donde Están Nuestras Gurisas y la Agrupación Pan y Rosas, se concentraron para luego marchar hasta la Plaza Libertad, denunciando la violencia patriarcal, la situación de las mujeres en las cárceles y los peligros de la sanción del proyecto de ley de tenencia compartida impulsado por el actual gobierno de coalición. La jornada incluyó varias expresiones artísticas, entre ellas la del Colectivo Our Voice.
Foto: Pan y Rosas
Hoy son más de 30 los feminicidios en lo que va del año, pero este gobierno de la coalición multicolor – que ya ha demostrado en más de una oportunidad que no le importan la vida de las mujeres - sigue sin dar presupuesto para la aplicación de la Ley Integral de Violencia, sigue desmantelando las políticas sociales que atienden a las poblaciones más vulnerables, sigue atacando los dispositivos de atención a la violencia de género, sigue permitiendo el cierre de centros de acogida a mujeres en situación de violencia en varios departamentos, como el recientemente caso denunciado en Salto. Por eso decimos que el Estado es Responsable.
También tiene responsabilidad la justicia que, en distintos lugares, duerme y encajona las causas contra violadores y abusadores, haciéndose cómplices de las violencias ejercidas contra mujeres y niñes, y obstruyendo los procesos judiciales. Allí están nuestras compañeras de Colonia denunciando firmemente que la justicia es profundamente patriarcal.
Foto: Pan y Rosas
Los sucesivos gobiernos han subestimado el problema de la trata y explotación, y hoy contamos por decenas las gurisas desaparecidas con fines de explotación sexual.
La Coordinadora de Feminismos hizo hincapié en denunciar la violencia vicaria, entendida como la que ejercen los varones como presión, manipulación y extorsión a las mujeres ante situaciones de separación o divorcio a través de sus hijas o hijos, que además les garantiza el vínculo con ellas y ellos pese a las situaciones de violencia y abuso sucedidos, llegando inclusive al asesinato.
También se denunciaron los intentos de entorpecer la aplicación de la Ley IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) y las maniobras del gobierno y del personal de salud de querer cercenar nuestro derecho a decidir si queremos ser madres o no.
¡Nosotras parimos, y nosotras debemos decidir!
La denuncia contra la LUC y sus efectos nocivos y de quita de derechos también se hicieron sentir en algunas colectivas de mujeres. Desde las redes sociales, Pan y Rosas denunció el avance represivo contra nuestro derecho a manifestarnos, el aumento de la criminalización a la protesta. Además, durante toda la jornada se denunciaron distintos hechos de violencia estatal y abusos policiales en varios puntos del país, como por ejemplo las compañeras de Fray Bentos que fueron interceptadas por policías mientras colgaban unos carteles y hacían una pegatina por la ciudad invitando a la marcha, les pidieron identificación y al otro día fueron citadas y sometidas a un interrogatorio. Todo porque en uno de los carteles decía “quién me cuida de la policía”. Este envalentonamiento de las fuerzas represivas tiene su legitimidad en la LUC que reglamenta aún más los posibles “agravios a la fuerza pública”.
Pobreza, precarización laboral, desocupación, salarios que no alcanzan, violencia policial, violencia institucional, restricción de derechos, y las violencias contra nuestros cuerpos, la cosificación y los feminicidios … nos llevan a tomar las calles, a la necesidad de construir un movimiento de mujeres masivo e independiente de todos los poderes de turno.
Foto: Pan y Rosas
Desde Pan y Rosas estamos convencidas de que la violencia de género es la manifestación más cruel del patriarcado en matrimonio con el capitalismo, que refuerza las cadenas de nuestra opresión y que le es funcional. Y luchamos por un movimiento de mujeres que se proponga realmente tirar abajo las estructuras que sostienen el patriarcado, y también el capitalismo.