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Red Internacional
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Opinión. La malla curricular y el debate sobre la Educación Sexual Integral

Como parte del debate que se está dando sobre el rechazo a la malla curricular por parte de la Confederación de Trabajadores de la Educación Urbana de Bolivia (CTEUB), las unidades educativas privadas, y, las diferentes iglesias, en esta segunda parte vamos a abordar otro tema en disputa que es el referido a la implementación de un Programa de Educación Sexual Integral - ESI.

Martes 7 de febrero de 2023

Foto: redes sociales

Foto: redes sociales

Desde que se aprobó la nueva malla curricular mucha agua ha corrido bajo el puente. Sectores de la derecha y la iglesia al buen estilo de las campañas de “Con mis hijos no te metas” se han pronunciado respecto a la malla de la manera más oscurantista y retrógrada posible.

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El presidente del área de Educación de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), monseñor Fernando Bascopé Müller, señaló que a la Iglesia católica le “Preocupa seriamente la inclusión de temáticas que son propias del fuero interno de la familia en los contenidos curriculares afectando derechos fundamentales, los cuales, al ser tratados sin un contexto familiar afectivo y emotivo adecuado, solo producen confusión y desorientación. Este es el caso de los contenidos de la educación sexual integral presentes en todos los planes educativos desde inicial hasta secundaria”.

En esta misma línea, la Iglesia evangélica presentó una acción popular contra la malla curricular, porque impone la “ideología de género, aborto, feminismo”. Además, indicó que la intención de la malla es destruir la familia, los valores y principios bíblicos. (Diario Los Tiempos - Wilson Aguilar - Publicado el 01/02/2023).

Por su parte el Partido Obrero Revolucionario (POR) argumenta -en su periódico Masas N° 2722- que “Con la incorporación, en calidad de tema transversal, la idea posmoderna de “despatriarcalización” pensando que -desde la educación se puede suprimir la violencia contra la mujer- se pretende introducir en el currículo conceptos subjetivos, anticientíficos y reaccionarios”.

Lo que no comprende el POR -y no es una idea posmoderna-, es que el capitalismo se apoya en el patriarcado para mantener una mayor explotación y opresión de las mujeres y que se expresa en la discriminación salarial, en el trabajo reproductivo no pago, en la división sexual del trabajo, en la violencia machista, en el acoso sexual, en los feminicidios, en la imposición cultural de familia nuclear heterosexual y monógama. Es por estas razones que en Bolivia y en el mundo millones de mujeres y población LGTB+ salen a las calles para no estar condenadas y condenados a resistir eternamente.

El patriarcado y el capitalismo verdaderamente pueden ser derrotados, y una de las condiciones para lograrlo es articular -en un frente único- la fuerza social y política del movimiento de mujeres, del movimiento LGTB+, del movimiento campesino, del movimiento indígena, del movimiento de jóvenes y de sectores oprimidos en alianza con la clase obrera, y con una estrategia y un programa revolucionarios para vencer y no para reformar el Estado capitalista-patriarcal.

Les maestres podemos asegurar que la ESI permite que en el intercambio escolar, las infancias y adolescencias puedan conocer su cuerpo y aprender a cuidarlo, valorar la afectividad, reconocer la perspectiva de género, reconocer la violencia machista y prevenirla, respetar la diversidad y ejercer sus derechos. Posibilitan el acceso a un crecimiento libre de prejuicios y otorga herramientas para cuestionar los estereotipos de género que prevalecen en una sociedad machista capitalista y patriarcal.

Si bien el gobierno del MAS ha incorporado contenidos referidos a educación sexual, lo que no muestra es coherencia en lo que propone y practica: los contenidos que proponen no son el resultado de un programa y lineamientos integrales secuenciales, no existe la capacitación y presupuesto necesarios para su implementación y, lo que aún es peor, permite la presión de grupos religiosos que tienen una llegada y una posibilidad de coacción y de intervención respecto de la decisiones del Estado, en este caso y en particular con la malla curricular y la ESI. Algo más -pensando en la lucha permanente contra el capitalismo patriarcal- no existe una ley que permita el derecho al aborto libre, gratuito y seguro, salvo el limitado Fallo Constitucional 206/2014 que obliga a llevar adelante abortos no punibles en ciertos casos como es el embarazo tras violación, que se debería realizar con la sola presentación de la copia de la denuncia, lo que en los hechos se aplica con muchas deficiencias.

Las y los marxistas revolucionarios no compartimos visiones religiosas, pero respetamos el derecho al culto individual. Sin embargo, denunciamos a la Iglesia como casta encubridora y participe del golpe de Estado de 2019 implantado con la Biblia en mano, ligada con el poder político de turno y las grandes multinacionales. Una institución que sirve para marcar una agenda reaccionaria que se expresa en la injerencia en la definición de las políticas de Estado, como vemos con las trabas que impone a la anticoncepción gratuita, la educación sexual integral o el aborto legal, hasta la impunidad que encubre a los curas abusadores. No vamos a silenciar nuestra crítica a un pensamiento oscurantista que intenta imponerle a la sociedad sus privilegios como sagrados y sus concepciones en detrimento de la vida de las mujeres y las diversas identidades de género y sexuales, así como sus prácticas confesionales en las escuelas públicas, tales como crucifijos en aulas, rezos colectivos, bendiciones de bandera y misas, entre otras que dan cuenta de una intromisión naturalizada en muchos colegios del país.

En este sentido, se hace imperioso impulsar la movilización social exigiendo la separación efectiva de la Iglesia del Estado, ligándolo a la defensa de la educación pública como derecho y a la implementación efectiva y universal de educación sexual con perspectiva de género, impulsando un movimiento de mujeres y jóvenes por el derecho al aborto. Tenemos que luchar hasta lograr una educación verdaderamente gratuita, única y laica. Para esto es importante la separación efectiva de la iglesia del Estado, la expropiación de sus bienes y eliminando todos sus privilegios.

Pero esto no es suficiente, tenemos que educar y pelear para exigir y defender la educación pública, laica, gratuita y de calidad, luchar por un presupuesto acorde a las necesidades y no a los dictados de los organismos financieros internacionales. Sin embargo, que exijamos al Estado el financiamiento de la educación y las garantías de acceso para el conjunto de la población, no tiene por qué significar que tenemos que dejar el control de la misma en manos del Estado que defiende los intereses capitalistas. La enseñanza puede ser pública sin estar bajo control del gobierno. Es necesario luchar por arrancar de sus manos el control de los planes de estudio, del presupuesto y el destino de los fondos y ponerlo en manos de los verdaderos interesados en la educación de nuestros hijos e hijas: padres, docentes, estudiantes, organizaciones sociales y obreras. Defendemos, pero también cuestionamos la educación existente, porque luchamos por la igualdad de oportunidades, por el ejercicio pleno del derecho de las jóvenes generaciones a apropiarse plenamente de la cultura acumulada de la humanidad. Estamos convencidas y convencidos que la igualdad es una frase vacía si por ella no se entiende la supresión de las clases sociales, el fin de la explotación del ser humano por el ser humano. Luchamos por suprimir las clases, y en ese sentido, somos verdaderos partidarios de la igualdad. Por eso peleamos por conquistar un gobierno de las y los trabajadores que expropie a la burguesía y avance en la planificación democrática de la economía en perspectiva de una sociedad sin explotados ni oprimidos, es decir, socialista.

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