Según una encuesta de la consultora Datafolha, el 55% de la población brasileña se opone a la privatización de Petrobras. Para el 74%, la empresa no debería ser vendida a grupos extranjeros bajo ninguna hipótesis.
Jueves 31 de mayo de 2018
La encuesta, realizada el martes 29, entrevistó a 1.500 adultos en todas las regiones de Brasil, que en su mayoría se pronunció en contra de la absurda política de privatizar Petrobras. El margen de error es del 3%.
El gobierno golpista de Temer viene a la ofensiva con la política de privatización, profundizó aun más la sumisión al imperialismo que ya existía en los gobiernos del PT. La población, que es la mayor afectada por la venta de la petrolera estatal al capital extranjero, viene sintiendo cotidianamente sus profundas consecuencias, lo que se puede percibir en la indignación masiva con los absurdos precios de los combustibles.
El PT cumplió un papel esencial para el actual estado de cosas. Dilma Rousseff, por ejemplo, firmó junto con José Serra (PSDB) la venta de pozos de las reservas marítimas conocidas como Pre-Sal a petroleras como la anglo-holandesa Shell, y Temer le dio continuidad, profundizándolo aun más, al aprobar la política de revisión de precios de combustibles.
La oscilación de los precios era una exigencia de las grandes petroleras estadounidenses como la ExxonMobil y Chevron, la británica BP y la francesa Total, para poder entrar en Brasil. Hoy, la mayor apertura al capital extranjero es explicita: en vez de variar el precio de los combustibles en períodos específicos, Petrobras modifica según el valor del dólar, cotización del barril del petroleo, concurrencia de las importadoras. Así las ganancias de las empresas está siempre garantizado, mientras la población pobre tiene su costo agravado.
Mientras Petrobras esté bajo gestión de los políticos que gobiernan para los capitalistas, siempre habrá apertura al capital extranjero. Para que haya reducción de los precios de los combustibles sin dar subsidios a los patrones y que Petrobras sea 100% estatal, tiene que estar bajo gestión de los trabajadores petroleros y control de la población.
La huelga de los petroleros que comenzó este miércoles debe cumplir un importante papel para ser una alternativa independiente e ir en contra de todos los intereses de la patronal, al revés de los que están siendo las manifestaciones de los transportistas, que hasta piden la intervención militar.
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A través de ella los trabajadores se superar sus burocracias sindicales y obligar a la CUT a organizar de inmediato un paro nacional por una Petrobras 100% estatal gestionada por los trabajadores y controlada por la población. Solo así será posible la planificación del uso de los recursos adquiridos en beneficio de la población y no de las ganancias de los accionistas.
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