El trabajo minero es conocido por su alto riesgo, los graves daños de salud y las graves afectaciones al medio ambiente.
Miércoles 21 de julio de 2021
Recientemente fallecieron dos mineros a causa de un desprendimiento de rocas en la mina de La Pasión, ubicada en el municipio de Ocampo, en Coahuila, José Eduardo Mendoza Hernández, de 42 años perdió la vida en el accidente, Jesús Pinales Rodríguez, de 20 años falleció cuando era trasladado al centro de salud y José Jesús Ramírez García, de 56, se encuentra con lesiones.
El accidente ocurrió la madruga del lunes mientras se encontraban laborando en los yacimientos de la mina de plomo y zinc, con base al informe que publicó la fiscalía estatal.
Este accidente laboral no es un hecho aislado, es el quinto en la entidad y el cuarto en el que hay decesos. Recordemos que el pasado 5 de junio, siete mineros quedaron atrapados en el derrumbe de una mina en el municipio de Múzquiz, Coahuila. Dicho accidente recordó lo sucedido en 2006, en la mina de pasta de conchos, donde murieron 65 mineros y solo dos fueron rescatados.
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La Secretaría del Trabajo no defiende las vidas de los mineros
El trabajo minero, es una actividad de alto riesgo laboral por los accidentes que se padecen a causa de derrumbes, desprendimientos de rocas, explosiones o inundaciones. De la mano del peligro latente que provoca a la salud por la exposición al polvo, al derrame de químicos, a la radiación, pero también por el uso de maquinaria vibratoria que ocasiona un daño irreversible al sistema nervioso y la circulación, provocando la perdida de sensaciones.
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Además, el ruido prolongado de la maquinaria genera problemas auditivos, propiciando la sordera. Otra consecuencia, producto de las largas horas trabajando a profundidades subterráneas, es la perdida de la vista. Todo esto sin dejar de mencionar el daño pulmonar definitivo por los años de exposición prolongada al polvo.
Estos riesgos de trabajo son conocidos por la autoridad laboral, quién no prohíbe dicha exposición, ni le impone medidas de salud y cuidado obligatorias a las empresas, porque implica comprometer las millonarias ganancias de la industria minera, la cual desarrolla una de las principales actividades que motorizan la economía mexicana.
Así que, bajo el silencio cómplice, la secretaria del Trabajo se limita a publicar comunicados enviando condolencias a las familias, sin llevar adelante ninguna investigación ni proponer medidas para evitar que siga sucediendo, además de no plantear ningún castigo real a las empresas mineras, lo que evidencia su responsabilidad.
Una salida organizativa para enfrentar el trabajo en riesgo
Ante estos crímenes patronales que permanecen en la impunidad, la única alternativa para enfrentar el trabajo en riesgo y los accidentes que nos arrebatan las vidas de los trabajadores mineros, solo podrá venir de la organización democrática e independiente de sus trabajadores sin confianza en los charros que tampoco enfrentan a la industria minera, ni a los gobiernos.
Por el contrario, se limitan a estrategias legales que lejos de generar un en cambio, orillan a que se confíe en que las respuestas vendrán de una misma institución laboral que es cómplice del trabajo precario en riesgo en favor de la patronal.