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Red Internacional
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CASO LÓPEZ. La monja Inés y las bolsas de dinero: metáfora de los favores del Estado a la Iglesia

La monja ayudando al funcionario a esconder los dólares resulta poco comparado con lo que la Iglesia ha tomado del Estado bajo todos los gobiernos de turno.

Juana Galarraga @Juana_Galarraga

Jueves 14 de julio de 2016

El video la muestra clarito. Abre la puerta sin asustarse. Tranquila, coopera con López y entra de a uno los bolsos con plata. No se sabe si vio o no vio el arma tirada en el piso, justo al lado de la puerta. Lo que sí se sabe hoy, es que el relato que la monja Inés contó a los medios apenas sucedidos los hechos escandalosos del convento de General Rodríguez, no coincide con lo que se ve en el video.

Los medios repiten las imágenes una y otra vez desde el martes. Las sospechas que recaen ahora sobre las monjas crece. La Justicia definió la citación a indagatoria de las hermanas Alba e Inés de la misma forma que a los dos supuestos testaferros de López.

Sin embargo, lo que habría que poner sobre el tapete, es que la imagen de la monja entrando bolsones de guita al convento por la madrugada es quizás una metáfora de lo que la Iglesia ha obtenido del Estado gracias al favor de funcionarios de cada gobierno de turno.

Los aportes del Estado al financiamiento de la institución eclesiástica es parte de la “herencia” kirchnerista que no parece molestarle a Cambiemos. A su vez, es parte de la herencia que la democracia recibió de la dictadura y ningún gobierno de ningún color político ha querido modificar.

Desde la sanción de la Constitución, la suscripción del “concordato” bajo la dictadura de Onganía y la aprobación de leyes a su favor durante la última dictadura militar, la Iglesia ha sabido nutriste de los recursos del Estado que, en tiempos democráticos, implican jugosos presupuestos votados año a año.

No hay plata para pan… pero sí para la hostia

Según el artículo 2 de la Constitución: "el gobierno federal sostiene el culto católico, apostólico y romano". Según la ley el Estado argentino es laico ya que la Constitución Nacional no establece un Estado confesional, aunque se compromete con el sostenimiento económico del culto católico apostólico romano. Esta relación tan estrecha entre el Estado argentino y la Iglesia Católica no es algo menor, en tanto se traduce en injerencia en educación, salud sexual y reproductiva, etc.

El presupuesto votado por Cambiemos y el Frente para la Victoria le destinó a la Iglesia $ 134 millones a la institución, un 21 % más que el 2015. La Iglesia también recibe plata de las provincias, municipios y ministerios, lo cual se estima que multiplica en 10 o hasta 20 millones el presupuesto aprobado por el Congreso Nacional.

Por otro lado la Iglesia cuenta con grandes beneficios como exenciones impositivas, recibe subsidios para zonas desfavorables y becas para seminaristas. En noviembre de 2015 la legislatura porteña aprobó con votos de Cambiemos, el FpV y ECO la cesión de terrenos que consideraba innecesarios para la gestión de la ciudad.

Como si esta fuera poco, según una ley sancionada en marzo de 1979, el Estado argentino está obligado a pagarles un sueldo a los obispos, equivalente al 80 % de la remuneración de un juez de primera instancia, lo cual equivale en la actualidad a una suma entre 40 y 80 mil pesos mensuales.

En la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, alrededor del 20 % del presupuesto educativo provincial es destinado a colegios privados católicos. La provincia de Buenos Aires destina $ 7.500 millones solo para el 2016, utilizados para cubrir entre el 80 y 100 % de los sueldos docentes de esos establecimientos. En beneficio de las escuelas privadas, a comienzo de año el gobierno impulsó el Decreto de Necesidad y Urgencia 275/2016 que las exime desde enero hasta diciembre, del pago de contribuciones patronales.

El ajuste del gobierno ataca los bolsillos de los trabajadores, reduce los salarios a la miseria, impone tarifazos brutales y ya dejó cientos de miles sin su fuente laboral. Supuestamente no hay plata para salarios, para construir escuelas ni para comprar insumos en los hospitales. Cambiemos echó a miles de trabajadores estatales con el pretexto de los “ñoquis”, pero no modifica la ley que establece el pago de salarios de lujo a obispos que… ¿trabajan?

En este contexto los aportes económicos destinados a sostener a una institución reaccionaria y oscurantista como la Iglesia, constituye un insulto al conjunto del pueblo pobre y trabajador.

A no sorprenderse. La monja entrando plata al convento no es nada al lado de lo que Estado le quita al pueblo para darle a la Iglesia.