Jueves 12 de septiembre de 2024 18:00
11 de septiembre. Un Maestro y un Médico. Hace 136 años moría Domingo F. Sarmiento, político, presidente, probablemente el mejor escritor argentino del siglo XIX y paradigma del maestro. En 1868 se aprestaba a asumir la presidencia, sucedería a Bartolomé Mitre. José Hernández, que detestaba a los dos, escribía: “Con Mitre, el país se transformó en un cuartel y con Sarmiento, la Argentina será una escuela”. Notable “agravio” a un adversario político, por parte del futuro autor del Martín Fierro.
Varios años después impulsó Sarmiento, junto a Eduardo Wilde la Ley de Educación primaria 1420, de 1884 que establecía la educación gratuita, laica y obligatoria para todas las niñas y niños (textual) de siete a catorce años; se construyeron edificios escolares en todo el país y escuelas normales para la formación de maestras. Para la tercera década del siglo XX nuestro país tenía no sólo el nivel de analfabetismo más bajo de América Latina, también del hemisferio sur.
Hace pocos días el diputado oficialista Benegas Lynch expresó que la educación primaria no debería ser obligatoria y que no hay porqué prohibir el trabajo infantil, una vuelta legal a los inicios de la primera revolución industrial de fines del siglo XVIII. No fue desautorizado por nadie del gobierno, ni por sus aliados del PRO.
Hace 51 años se daba el golpe de Estado en Chile contra el gobierno de la Unidad Popular que encabezaba el médico socialista Salvador Allende, que fue asesinado ese mismo día por la horda militar al mando de Augusto Pinochet. Miles de chilenos fueron encarcelados, torturados, asesinados y miles también marcharon al exilio. “El gobierno del Dr. Salvador Allende no sólo era antinorteamericano, también tenía una raíz anticapitalista; tuvimos que trabajar activamente para derrocarlo” diría años después en sus Memorias el entonces secretario de Estado de los EEUU Henry Kissinger (Presidencia Richard Nixon). Como dicen los amigos abogados: “a confesión de partes, relevo de pruebas”.
En 1981 Pinochet convoca para que elabore un plan económico para Chile al economista liberal austríaco Friedich Hayec, y ante las críticas que recibe por aceptar, expresa: “entre un dictador liberal y un gobierno democrático que no tenga una política económica liberal, opto por lo primero”. El actual titular del PEN en Argentina expresa a menudo que tiene a Hayec como uno de sus referentes y que se comunica con él a través de un perro que lleva el nombre del célebre economista. Algunas semanas atrás fue nombrado como número dos en el Ministerio de Economía de la Argentina el ciudadano chileno-argentino José Luis Daza, ferviente pinochetista e integrante del círculo de amigos político-económicos de José Antonio Katz, actual jefe del pinochetismo en el vecino país. Daza es amigo del ministro Caputo, trabajaron juntos en el JP Morgan.
Hace pocos días se celebró en Buenos Aires un encuentro de la Internacional Fascista Versión Siglo XXI, con la presencia de Santiago Abascal, jefe de Vox (falangistas españoles), el chileno José A. Katz, bandeirantes bolsonaristas y amigos varios del fascismo versión siglo XXI. A su vez desde Argentina hay contacto permanente, muy “fraternal” con los seguidores de Trump, del húngaro Orbán, de la italiana Meloni y afines.
Está en cada uno de nosotros, en Argentina y en otras partes del mundo, la decisión de frenar o de aceptar con pasividad a esta nueva cara de la barbarie.