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Ciencia y tecnología. La ocupación de Conicet: crónica de una gran jornada de lucha

La ocupación y masiva acción de trabajadores de ciencia logra un pequeño triunfo. Cómo continuamos la organización ante la política de ajuste.

Juliana Yantorno

Juliana Yantorno @JuliYantorno

Jueves 15 de febrero de 2024

La acción comenzó el día de ayer a las 10 de la mañana: trabajadores administrativos, investigadores, becarios se iban acercando al Polo Científico al mismo tiempo que en las oficinas se reunía el directorio del CONICET. Para el mediodía el número de trabajadores presentes llegaba a alrededor de mil doscientos. La acción se replicaba en distintos puntos del país: llegaban fotos de Santa Fe, Mendoza, Mar del Plata, entre otras localidades. Los principales reclamos eran: contra los despidos a los trabajadores administrativos (que afecta a 50 trabajadores); que se publiquen el orden de mérito y efectivización de los postulantes a becas doctorales, post doctorales, y de finalización de doctorado; la efectivización de los ingresos a CIC CONICET de 2020 y 2021 pendientes; el pago del salario a trabajadores extranjeros que no están cobrando su sueldo; aumento salarial acorde a la inflación. Estos reclamos se engloban en la política de ahogo presupuestario del CONICET, el organismo público de ciencia y tecnología más grande de Argentina y cuyo prestigio internacional ha sido probado en múltiples ocasiones. El interés en su vaciamiento, como ha expresado descarnadamente el presidente Milei, se funda en una concepción empresarial de la ciencia cuya "utilidad" se mediría en términos de ganancias de laboratorios, empresas tecnológicas, farmacéuticas, cerealeras, etc, incluso llegando a comparaciones rídiculas como la cantidad de trabajadores en Conicet vs la NASA. En síntesis, la liquidación de la ciencia pública y particularmente de las ciencias sociales y humanas, apelando a ejércitos de trolls que repiten una y otra vez fake news con el objetivo de desprestigiar públicamente a investigadores y trabajadores del sector.

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Lxs trabajadorxs de la ciencia nos rebelamos: luchar sirve

Pasado el mediodía el directorio recibió una delegación de trabajadores y ratificó que no hay presupuesto y, por ende, no podía darnos ninguna respuesta ante los reclamos. El conocido discurso del presidente Milei de “No hay plata” fue apropiado por el directorio del CONICET (muchos referenciados con Unión por la Patria) y, lamentablemente, también por la conducción del sindicato (ATE) que lo reprodujo en la asamblea, como si la falta de presupuesto para ciencia fuera un “hecho de la naturaleza” y no una política de estado de un gobierno ajustador y neoliberal. La política de ATE Conicet viene siendo totalmente insuficiente ante el ataque que estamos sufriendo y ante las demandas de los trabajadores. Vienen realizando acciones formales, que parecen mostrar una moral completamente resignada y derrotada de antemano. En el día de ayer esa moral de la resignación cayó en el absurdo: reproducir el discurso de la patronal para justificar que debíamos irnos a casa sin nada. Ante esta respuesta el ambiente comenzó a caldearse, se escuchaban gritos de “Paro ya”, “Que el sindicato haga algo”, “De acá sin nada no nos vamos”. Y allí, en asamblea, se definió continuar la medida de lucha ocupando el piso número 11 del edificio donde se encontraba reunido el directorio de CONICET. En esta decisión jugó un rol fundamental la organización de becarios “Jóvenes Científicxs Precarizadxs” y los delegados opositores al sindicato, que buscaron darle un carácter asambleario y contundencia a las acciones. Ante la paciencia que pedía el Directorio y los límites en la acción que intentaba imponer ATE, primó un espíritu de rebeldía cocinado en los ataques que estamos recibiendo y en la experiencia de otras movilizaciones y acciones de las que también nos invitaron a irnos sin ninguna respuesta.

Ocupamos el hall del piso 11 realizando un ruidazo hasta que terminó la reunión del directorio, planteando que hasta no obtener una respuesta de allí no nos íbamos a retirar. La solidaridad de los trabajadores administrativos fue enorme trayendo agua y comida, dándonos su apoyo y sumándose a la acción.
Pese a los múltiples pedidos de presenciar la reunión de directorio (pedido al que uno de sus miembros respondió “No, porque no y punto”, dando una magistral clase de “argumentación racional y científica” a los presentes), un cordón de la PFA separaba a lxs trabajadores de la ciencia del conjunto de funcionarios que toma las decisiones sobre nuestro trabajo. La ministra Patricia Bullrich aportó lo suyo: no dudó en intimidar a los trabajadores, realizando la práctica ilegal de grabar a todos los que estábamos en el predio y llevando 7 furgones repletos de infantería.

Con esta acción los trabajadores de ciencia logramos un primer paso adelante: el directorio se comprometió a publicar el orden de mérito de las becas, a otorgar 600 becas doctorales y 300 de finalización de doctorado. Pero, sobre todo, logramos romper la moral de la resignación con la que nos bombardean quienes deberían ser los primeros en desafiar la normalización del ajuste.

La organización democrática es la que va

La contundencia de la medida de lucha tiene una base en el hecho de que los trabajadores de la ciencia, y particularmente los becarios de los distintos organismos, venimos de un proceso de organización que se profundizó en los últimos meses. La Asamblea Nacional de Becaries realizó asambleas virtuales con la participación de más de 300 becarios, las asambleas por región se multiplicaron en distintos puntos del país. La organización de becarios también encontró un canal a través de Jóvenes Científicxs Precarizadxs que se puso a la cabeza de estas peleas. En estas asambleas se coordinaron distintas acciones nacionales y/o regionales. Pero también fueron el espacio de debate y organización para participar en las acciones organizadas por el conjunto de los trabajadores contra el ataque de Milei. Participamos con una gran delegación en la marcha del 20 de diciembre que puso en jaque el protocolo represivo de Patricia Bullrich. El 24 de enero en el marco del paro y movilización convocado por la CGT los trabajadores de la ciencia hicieron columnas enormes en distintos puntos del país, y nos hicimos presente en las jornadas de Congreso contra la Ley Ómnibus junto a las asambleas barriales. Este es el camino contra los planes de Milei: organización democrática y lucha contra el vaciamiento de la ciencia y contra el ataque al conjunto de los trabajadores.

Como se escuchaba ayer quienes formamos parte de la acción sentimos orgullo de haber dado esta pelea, de haber logrado aunque sea un pequeño triunfo contra el gobierno de Milei y su plan de ajuste y contra el directorio que parece acomodarse en el rol de “bajar” ese ajuste en el CONICET.

¿Cómo seguimos? Redoblar la lucha por todo lo que falta

El paso adelante de ayer fue parcial: el anuncio propone recortar en más de un 50% las becas otorgadas en 2023. El año anterior se habían otorgado 1300 y ahora se anunció que sólo darían 600:

Este recorte significa un desguace al sistema científico porque recortando el ingreso al trabajo de investigación (en eso consisten las becas), se recorta la base del funcionamiento del sistema científico en su conjunto (lo cual incluye a la universidad, sus estudiantes y todo potencial transformador de la ciencia pública). A eso se suma la no efectivización de los ingresos a carrera de investigador (CIC), las promociones y CPA, la inestabilidad laboral de los trabajadores administrativos dado que a muchos les vence el contrato en el mes de marzo, la falta de respuesta frente a los despidos, y la total incertidumbre en torno a las becas post doctorales, todos temas sobre los cuales el directorio no se ha pronunciado.
La situación que enfrentamos es crítica. Por eso, tenemos que redoblar el camino de las asambleas en unidad entre todos los trabajadores de la ciencia y con otros trabajadores. El sindicato tiene que terminar con su moral de la resignación, sus métodos anti asamblearios, y plantear un plan de acción para poder triunfar.
Debemos continuar la organización, multiplicar las asambleas en cada lugar de trabajo y construir una gran movilización para el día en que se vuelva a reunir el directorio a realizarse el próximo miércoles. Buscando ampliar el apoyo y coordinando con los distintos sectores que se encuentran luchando.

El ataque de este gobierno es al conjunto de la clase trabajadora, aumenta la pobreza, la inflación, la desocupación. Priorizan pagar la deuda a costa de nuestras vidas. Si las asambleas barriales junto a organizaciones estudiantiles, docentes, de trabajadores estatales, unidos por la cultura coordinamos en acciones comunes nos encontramos en mejores condiciones para enfrentar el ajuste en curso. Tenemos que unir lo que ellos quieren dividir. Luego de la jornada de ayer diversos medios de comunicación reflejaron el conflicto, y la solidaridad no tardó en llegar: la asamblea barrial de Saavedra (que estaba presente en el Polo), los trabajadores de Madygraf, del INDEC, la asamblea barrial de La Plata, la asamblea barrial de Chacarita, la asamblea de Rivadavia y Medrano, la asamblea de San Telmo, y la asamblea de Paternal, entre otras.

Desde este apoyo también urge contrarrestar la campaña de desprestigio a los trabajadores de la ciencia que se imprime desde el gobierno para justificar el ajuste. En sus discursos contra el conjunto de los trabajadores del Estado se encuentra un fin: apropiarse de la producción colectiva de ciencia para los intereses de los privados y precarizar aún más nuestro trabajo. Contra esta política, peleamos para que nuestras investigaciones se encuentren relacionadas a las necesidades de las mayorías trabajadoras.

Esta lucha recién empieza. Con esta fuerza y con la masividad conquistada en el día de ayer redoblemos la organización, ¡Ante la nueva reunión del directorio el miércoles que viene hagamos una gran asamblea de todos los trabajadores de ciencia para pelear contra el ajuste en curso!


Juliana Yantorno

Socióloga UNLP, becaria doctoral Conicet

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