El gobierno culpabiliza a los estudiantes por quedar fuera de la gratuidad. El debate educativo se re dinamiza. Por su parte la CONFECH, tibiamente, plantea un “congelamiento del diálogo” y fija una única movilización para mediados de Abril ¿De qué ofensiva estudiantil hablamos?

Dauno Tótoro Santiago
Lunes 28 de marzo de 2016
Escandalosa y falsa gratuidad
Nuevamente se abrió, por otra vía, una fuerte polémica respecto al “beneficio de la gratuidad”. Es que ahora muchos estudiantes que habrían quedado formalmente dentro de la misma, finalmente no contaban, según el MINEDUC, con los requisitos necesarios para la postulación.
Hablamos de 500 estudiantes aproximadamente, pertenecientes fundamentalmente a la Universidad Católica del Maule, con 160 casos, además de la Universidad Austral, la UTEM, entre otras.
Más allá de casos escandalosos, como el de un hijo de un funcionario del gobierno, que ganaba alrededor de 6 millones de pesos y su hijo ingresó a la gratuidad, el problema de fondo que refleja es el hecho de entender la gratuidad como un beneficio, una beca más, y no un derecho social universal, como debe ser concebida.
Por su parte el MINEDUC y la Ministra Delpiano, actuando con total sinvergüenza, culparon a las familias y a los estudiantes “por mentir” y a las universidades por no realizar un catastro serio. El gobierno, enceguecido, no se hacer cargo y demuestra una absoluta falta de seriedad, sin demostrar ningún interés por el futuro de estudiantes y sus familias, respondiendo únicamente a los intereses del mercado y los empresarios, sus más queridos financistas.
Al mismo tiempo, se anuncia que los principales recortes presupuestarios, para hacer frente al “ajuste fiscal” anunciado por el Ministerio de Hacienda, serán en becas y en gratuidad en la educación.
¿Ofensiva estudiantil?
Las dirigencias del CONFECH (Izquierda Autónoma, UNE y FEL, fundamentalmente), han mostrado una enorme tibieza para hacer frente a todo lo anteriormente mencionado. Si a principio de año hablaban de “el año de la ofensiva estudiantil”, hasta ahora, poco han mostrado de dicha ofensiva.
Respecto al problema de los estudiantes que quedaron fuera de la gratuidad luego de ser seleccionados, la presidenta de la FECh, militante de Izquierda Autónoma, declaraba que se estaba realizando desde la CONFECH un catastro por universidad. Claro, necesario, pero absolutamente insuficiente.
A su vez, se decidió congelar el diálogo con el MINEDUC, pero, ¿refleja esto un cambio de estrategia? Para nada. Todavía insisten en la movilización por hitos, instalada el año 2012, con Gabriel Boric a la cabeza, como una escuela de continuidad de los métodos de dirección y movilización de la JJCC.
Pero la movilización por hitos demostró ser inútil para la conquista de nuestras demandas. La estrategia de presión es insuficiente. Más presionados se siente los parlamentarios y el gobierno, cuando los empresarios los llaman a legislar a su favor. Claro, si son sus financistas, y son una casta privilegiada, basada en la corrupción y amparada y a su vez defensora de la herencia de la dictadura militar.
Las dirigencias de la CONFECH criticaban a las direcciones de la CUT por no responder a los intereses de los trabajadores, por no movilizar, por tener estancado a un posible movimiento obrero. El problema es que esos dirigentes estudiantiles han actuado con bastantes similitudes con la burocracia de la CUT. No han movilizado hasta el final, priorizando el diálogo sin lucha, bajando violentamente tomas de ser necesario, demostrando una confianza desmesurada en los políticos corruptos de la Nueva Mayoría, más que en las propias fuerzas del movimiento estudiantil de hecho.
Por otro lado, los sectores que buscaban mostrarse como un ala crítica al interior de la CONFECH, todavía no lo han demostrado, o no han permitido que su acción sirva al movimiento estudiantil como un mecanismo motorizador y disruptivo.
Hablamos de la Juventud Rebelde, quienes llegaban como disidencia radical, pero poco y nada han hecho en el sentido de formar un polo disidente que entregue una alternativa para la movilización, enfrascándose en el debate sobre las vocerías de la Confederación, en lugar de poner sus fuerzas y su centro en la posibilidad de organizar un plan de movilización que supere a las dirigencias actuales de la CONFECH, en el imperativo de abrir la misma a sectores de base, y en la acuciante necesidad de la unidad con los y las trabajadores/as.
A preparar la movilización
La CONFECH convocó a una movilización para mediados de Abril. Tenemos que apostar a que sea el trampolín para el desarrollo de la lucha y de la verdadera ofensiva estudiantil, con acciones previas y con el desarrollo de una jornada de combate entre trabajadores y estudiantes.
Para esto, se hace fundamental avanzar sobre la estructura poco democrática de la CONFECH. En ese sentido, que debe hacerse en la práctica cotidiana, las reuniones de las CONFECH zonales deben ser totalmente abiertas a iniciativas de base, delegados por carreras, Centros de Estudiantes o invitados/as de otros sectores como los trabajadores. Para así, desarrollar desde ahí las acciones en vistas de la movilización convocada a nivel nacional.
Que en esa instancia abierta se organicen acciones previas, de lucha y agitación, preparando el ambiente y el ánimo político. Pero también, y en el mismo sentido, que se tienda también a fortalecer y ampliar la unidad con los/as trabajadores/as.
Para esto, desarrollar asambleas triestamentales, donde discutamos pasos a seguir y la preparación de la misma marcha, con horario protegido (garantizado por la paralización, si ha de ser necesario), junto a profesores y funcionarios, es un paso fundamental, lo cual fortalecería notablemente la convocatoria a la movilización nacional.
Así se organizaría, prácticamente y en los hechos, la llamada ofensiva estudiantil, la cual no sirve si queda sólo como una frase interesante para la televisión. Debe realizarse y organizarse desde la base y junto a los/as trabajadores/as.
De esta manera podemos avanzar, con discusiones de base, lo más democráticas posibles, codo a codo junto a los/as funcionarios/as de nuestras universidades y a los trabajadores en general, a la conquista de nuestras demandas, como la gratuidad universal 100% financiada por el Estado, donde nadie quede afuera, y todo quien quiera estudiar pueda hacerlo, sin letra chica alguna.
Avanzar también, a la conquista de un sistema educativo financiado mediante la renacionalización del cobre, puesto este bajo control de sus trabajadores, o a través del impuesto a las grandes riquezas. Un sistema donde la educación sea un derecho social, no un mero beneficio, y donde todos y todas podamos estudiar gratuitamente