Domingo 26 de octubre de 2014 11:00
Un párrafo aparte merece el nuevo capítulo de la telenovela de bajo presupuesto en la que se transformó en FA-EXPLOTAN (ex FAUNEN) con las declaraciones de Carrió que tildó de estúpidos e imbéciles a sus correligionarios. Más allá de la “crispación” de Carrió, Julio Blanck, en su editorial del viernes, se transformó en el operador político de ese espacio e incentiva la línea de Sanz y de Carrió para llegar a un acuerdo con el PRO. Blanck reincide hoy, pero para analizar la necesidad de ganar la provincia de Buenos Aires.
Detrás de estas decadencias, está la discusión sobre la “estrategia” opositora de llegar a segunda vuelta. Para el radical Sanz consiste en sostener y aumentar poder territorial en base a la alianza que más convenga (Massa, Macri o Binner) dependiendo el distrito o localidad y desde ahí negociar hacia arriba ya que no cuenta con figuras que se impongan verticalmente y de manera indiscutida. Esa estrategia es la que lo mantiene vivo en Santa Fe, pero que no logra nunca escaparse de la mordaza del PS que le impone todos los candidatos. Si el 2001 hirió gravemente al bipartidismo argentino, incluso pese a la década kirchnerista que reconstruyó, en parte, la “institucionalidad dañada”, el radicalismo enfrenta una resistencia senil de un partido que en cierto sentido dejo de existir como tal. La herida del 2001 fue de muerte.
Este domingo, varios pronósticos hablan del estallido del nuevo intento seudo progresista vaticinando una diáspora del FA-EXPLOTAN hacia el macrismo, el massismo, e incluso, un retorno a sus pagos chicos como podrían ser los casos de Binner y Cobos.
Aún falta para el 2015, pero al parecer las butacas para el espacio de centro y de derecha estarían agotadas y en gran parte ocupadas por el kirchnerismo. Quedan por ocupar las de una izquierda de los trabajadores.
Eduardo Castilla
Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.