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Red Internacional
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Mujeres Portuarias. La otra cara de la política de “género” de Ultraport y la realidad de las trabajadoras portuarias en Valparaíso

Martes 14 de febrero de 2023

Del 2021 en adelante Ultraport ha desarrollado una política empresarial de inserción laboral femenina en los puertos del país que ha alcanzado cifras históricas y va en ascenso. Desde lo que la prensa resaltó como “la ola femenina aterriza en Ultramar” producto del cambio gerencial a dos mujeres como Pamela Álvarez en Ultraport o Florencia Márquez en Axinntus, la contratación a mujeres para desarrollarse en el área operacional portuaria a aumentado significativamente en puertos como Valparaíso o Mejillones. Según cifras del último informe de la Camport Mujeres y la industria marítima y portuaria (2022) que abarca un total de 31 empresas asociadas, la fuerza laboral portuaria realizada por mujeres alcanzó el 12,6% de un total de 11.200 trabajadores.

Aún cuando la cifra puede parecer pequeña, este cambio refleja un fenómeno importante al interior de la industria, ya que un nuevo sujeto se introduce en la escena, sin embargo detrás de las promesas de trabajo, los aplausos y felicitaciones a Ultraport por su “compromiso” con la equidad de género y la inclusión, y al “liderazgo” femenino de las actuales gerentas ¿qué ha cambiado? ¿cuál es la realidad de las mujeres portuarias que se enfrentan a la eventualidad? ¿Qué refleja la contracara de las contrataciones de Ultraport a mujeres portuarias en Valparaíso?

Detrás de las cifras y las felicitaciones entre empresarios, la realidad

Si históricamente el trabajo portuario en Chile ha estado relegado a los hombres, hoy esa realidad cambia con decenas de mujeres que visten de casco y reflectantes para desenvolverse en el área portuaria. Sin embargo, cifras como la arrojada por el informe Camport (12,6% en contrataciones a mujeres) pueden parecer engañosas.

En primer lugar todas las trabajadoras que laboran de forma externalizada (contratistas) no estarían contempladas, factor no menor ya que para los empresarios del rubro un pilar fundamental de sus ganancias se sostiene sobre una gran masa de trabajadores que bajo un contrato más precario “prestan” servicios a los puertos, pensemos por ejemplo en las trabajadoras del aseo, por lo que podríamos deducir no solo que esa cifra es más alta, sino que está oculto el número de trabajadoras que bajo la modalidad del subcontrato también trabajan en los puertos sin ser consideradas portuarias.

En segundo lugar, ese 12,6% abarca la totalidad de mujeres que en todas las áreas están relacionadas al trabajo portuario, desde la administrativa u operacional hasta las gerencias, pero ¿qué relación tiene Pamela Álvarez, actual gerenta general de Ultraport, con una trabajadora eventual de la fruta? ¡ninguna! mientras gerentas como estas reciben sueldos millonarios, una portuaria eventual tiene que vivir mes a mes sin saber cuánto va recibir porque su sueldo dependerá siempre de la cantidad de turnos al que sea llamada. Mientras Pamela Álvarez tiene un puesto asegurado, las eventuales de la fruta en el puerto de Valparaíso tienen que lidiar con la cesantía una vez terminada la temporada; entonces de similitud sólo el género, pero la diferencia es abismal, ya sean hombres o mujeres son empresarios y gerentes quienes se benefician de este modelo de trabajo precario que golpea a cientos de mujeres pobres.

Esta es la realidad de las trabajadoras eventuales de la fruta, que literalmente se han transformado en las temporeras industriales del puerto de Valparaíso, con hijos y familia que mantener muchas veces ganando menos del mínimo en los meses malos, quedando sin trabajo al final de la temporada, sin posibilidad de trabajar formalmente en otra cosa por el riesgo a castigo y a no ser llamadas nuevamente, obligadas a mantenerse de forma externa con un trabajo informal por cuenta propia que generalmente es más precario, o a depender del sueldo de un complementario porque para mantenerse sola no alcanza. Son las portuarias de la fruta quienes se exponen a las peores condiciones, pero también sufren las consecuencias del trabajo eventual un alto número de portuarias que desarrollan otras funciones en el año, donde si hay pocos buques deben someterse a ser llamadas 4 o 5 veces en todo un mes ¿quien vive con un día trabajado a la semana?

A esto se suma que si bien la política de inserción de mujeres se probó primero en Mejillones, tras el paro portuario en Valparaíso el año 2018, la empresa buscó por todos los medios perseguir a quienes se movilizaron generando listas negras y dando preferencia a las mafias sindicales pro empresa para engrosar sindicatos patronales con promesas de trabajo. De ahí también el alto ingreso de trabajadoras eventuales a Ultraport del 2019 en adelante con el objetivo de debilitar al sindicato 1 de Estibadores que movilizado por sus bases se vió en la necesidad de responder a las demandas de la última movilización portuaria más importante en Valparaíso. Este es un factor muy importante en las razones gerenciales de contratación a mujeres, donde una parte del discurso se basa en que las mujeres son más responsables, ordenadas, limpias y que cuidan el trabajo por sus hijos, pero lo que esconde detrás es que por necesidad y urgencia de mantener el trabajo esas mismas mujeres guardarán silencio frente a los ataques de la empresa o las precarias condiciones a las que son sometidas.

El informe de la Camport aplaude el alza en mujeres que ocupan algún cargo sindical (19,7%), pero debemos preguntarnos qué intereses son los que defienden esos sindicatos más allá de estar presididos por un hombre o una mujer. Un ejemplo muy claro se refleja en la conformación del primer Sindicato de Mujeres Portuarias de Valparaíso, hecho que abrió ilusiones en muchas trabajadoras y que podría ser una herramienta para defender sus derechos, pero que por su dirigencia ligada a la Cotraporchi y la mafia de Marcial Olguín (histórico rompehuelgas socio del ex dirigente Roberto Rojas), aceptan la política de la empresa manteniendo la precariedad no solo para mujeres, sino para el conjunto de trabajadores avalando figuras como María Ángeles de la Paz, ex gobernadora de la región a la que no le tembló la mano para reprimir duramente a los trabajadores portuarios durante el paro del 2018, y con quien no dudaron en sacarse la foto para las elecciones el año pasado.

Entonces no basta con ser mujer, detrás de las cifras, los discursos de igualdad de género y las promesas de acortar la brecha de contrataciones entre hombres y mujeres, Ultraport ve en las trabajadoras portuarias no sólo un nuevo sector para explotar y mantener su tasa de ganancias, sino que también un sujeto que por necesidad de mantener el trabajo evitará movilizarse, lavándole la cara a gerentas y a dirigentas pro empresa que para mantener sus privilegios buscarán a toda costa mantener esta condición.

Ahí donde los empresarios nos ven vulnerables ¡Organizadas junto a trabajadores pelearemos por nuestras demandas!

El movimiento de mujeres a nivel internacional ha mostrado su enorme potencialidad, con millones de mujeres, trabajadoras, estudiantes y migrantes denunciando la lucha por sobrevivir en un sistema capitalista que te condena por ser mujer pobre. Es justamente ese factor el que niegan de manera ciega los empresarios cuando ven en las mujeres una trabajadora temerosa a sacar la voz. Pero bajo un contrato eventual que dura tan solo 8 horas (el turno trabajado), la necesidad de un sueldo estable que permita planificarse, la cesantía una vez terminada la temporada, en un contexto donde la carestía de la vida está a la orden del día ¿cuánto se puede aguantar? este 8 de marzo ¿qué tenemos que decir las trabajadoras portuarias?

¡Trabajo todo el año y cursos para especialización! Basta de cesantía para las trabajadoras y trabajadores portuarios por temporada (como lo son los y las trabajadoras de la fruta). Las familias no se alimentan por temporada, es urgente un trabajo estable y cursos para trabajar todo el año.

¡Sueldo base de 650 mil acorde a la canasta básica familiar! independiente de la cantidad de turnos ningún trabajador o trabajadora puede llegar a fin de mes sin un sueldo digno para vivir.

¡Fin al trabajo eventual! La eventualidad es un modelo de contrato creado en dictadura que permite la contratación de quien trabaje por siete horas y media, para luego desemplearlo hasta un nuevo turno. ¡Necesitamos seguridad laboral! un modelo como este no contempla días de descanso para estar con las familias, ni tampoco el pago de prenatal o postnatal en caso de querer ser madres.

Ser madres no puede ser un impedimento para trabajar ¡Exigimos salas cunas financiadas por la empresa y universales para todas las mujeres madres!

¡Paso a planta de eventuales y subcontratad@s! El puerto genera millones, que parte de sus ganancias vayan destinadas a la creación de puestos de trabajo con contrato estable y sueldos dignos para tod@s por igual. ¡El subcontrato tiene rostro de mujer! La lucha por el paso a planta es también la lucha por mejorar las condiciones de miles de trabajadoras y trabajadores que están sometidos a esta modalidad.

¡Repartición de las horas de trabajo para que tod@s podamos trabajar! Mientras un sector lucha por la obtención de turnos, otro se ve expuesto al turno por medio que vulnera los tiempos de descanso y expone doblemente a situaciones de riesgo. Si esas horas de trabajo fueran repartidas tod@s podrían trabajar, sin caer en jornadas de trabajo extenuantes o la angustia de la falta de trabajo.

Sin embargo, para conquistar sus demandas la única salida para las mujeres trabajadoras portuarias es la lucha por la unidad con sus compañeras y compañeros de trabajo, en la búsqueda por recuperar los sindicatos de las mafias sindicales que le hacen el juego a la empresa para mantener la división. Es la pelea por la unidad entre eventuales y contratados en un único organismo de trabajadores, con comisiones de mujeres que tomen estas y otras demandas, lo que permitirá golpear con un solo puño a empresarios como Von Appen para mejorar las condiciones de trabajo.

Los trabajadores portuarios en la lucha por sus demandas han demostrado su enorme poder de fuego, utilicemos esa fuerza organizada para luchar por el conjunto de las demandas de la clase trabajadora y que este 8 de marzo junto al resto de las mujeres trabajadoras las portuarias podamos sacar la voz.