En el inicio de las sesiones legislativas, el kirchnerismo montó una suerte de protesta contra Mauricio Macri.
Miércoles 2 de marzo de 2016
Fotografía: DyN Pablo Aharonian
La cara de Mauricio Macri lo decía todo. El presidente no se esperaba ni la silbatina ni gritos tan continuados. Seguramente le molestaron los carteles que denunciaban sus negociados con el grupo Calcaterra o Nicolás Caputo, además de los que hacían mención a su padre. Más aún debe haberlo incomodado el pedido de libertad a Milagro Sala o los que denunciaban la represión y los despidos.
En un momento determinado los gritos fueron suficientes para imponerle interrumpir su discurso. Gabriela Michetti tuvo que imponer “orden” en la sesión para que pudiera continuar.
El kirchnerismo montó así una suerte de protesta con carteles y gritos. Buscó dar la impresión de ser una oposición política al gobierno. En el medio, el macrismo ensayó un discurso en exceso belicoso contra el anterior gobierno, como parte de poner de pie un “relato propio”. Esto tuvo la consecuencia de que molestó incluso a Miguel Pichetto, exponente del peronismo más moderado hoy por hoy.
Pero la parodia de oposición que desplegaron los legisladores del FpV en el Congreso no se sale del libreto de las últimas semanas, donde todo son denuncias pero de resistir en serio al ajuste, no hay ni novedades.
Despidos y ausencias
Uno de los carteles que sostenían los legisladores del kirchnerismo denunciaba los despidos que se vienen desarrollando en el Estado nacional.
Sin embargo, si se mira el mapa del país, las cesantías tienen lugar en todo el terreno nacional y bajo todos los gobiernos, incluidos los que responden a este sector.
En muchos municipios son los intendentes que llegaron por las listas del FpV las que llevan adelante los despidos. No son solo ellos. En la lejana provincia de Santa Cruz, gobernada por Alicia Kirchner, los trabajadores estatales resisten los despidos y también la represión, como se vio la semana pasada.
¿Será casual entonces que Máximo Kirchner, diputado nacional por aquella provincia, se halla ausentando? No hubiera parecido muy coherente sostener un cartelito contra los despidos en ese caso. Suponemos que tampoco uno contra los negociados hechos desde el poder político.
Gritos y olvidos
Dos fueron los momentos que parecieron tensar más el discurso de Macri. Uno cuando disparó abiertamente contra la inflación generada bajo el anterior gobierno. Ahí se desató el descontento y griterío de los legisladores del FpV. La crítica no carece de sentido. La inflación en los últimos tres meses ha trepado a pasos agigantados y las medidas de Macri no son inocuas.
Pero el “olvido” radica en que efectivamente la inflación se sostiene en Argentina desde hace más de 9 años. De hecho la intervención de Guillermo Morano sobre el INDEC data de inicios de 2007, cuando se desplazó a técnicos y se empezaron a destruir todos los indicadores que permitían medir pobreza e inflación.
Pero parte de la herencia es, también, la existencia de grandes grupos económicos que funcionan como formadores de precios. A pesar de mecanismos de control limitados, como Precios Cuidados, esos sectores mantuvieron su poder y definieron, como lo siguen haciendo hoy, gran parte de la estructura de precios nacional.
El segundo momento de tensión llegó cuando Macri impostó una falsa reivindicación de la defensa de los derechos humanos, recordando al 40° aniversario del golpe militar de 1976. Andrés Larroque le acercó entonces una foto de las heridas sufridas por los trabajadores reprimidos en diciembre en La Plata cuando se manifestaban por los despidos.
Convendría que Larroque recordara que hay también muchas fotos de trabajadores reprimidos bajo el kirchnerismo. Las imágenes de Lear, la Línea 60, los sectores de ambientalistas reprimidos en las provincias, son solo parte de un catálogo que el diputado del FpV puede armar cuando quiera.
Así, el kirchnerismo jugó a ser oposición en el Congreso. Seguramente habrá tensiones y discusión permanente a la hora de votar leyes. Sin embargo, de la resistencia que los trabajadores vienen llevando adelante en las calles, como se vio el mismo lunes, el kirchnerismo está ausente. Lo de ayer fue una parodia. Una más de tantas.