El prolífico escritor, periodista y pensador político peruano José Carlos Mariátegui falleció apenas con 36 años. Aquí un breve homenaje.
Lunes 16 de abril de 2018
El objeto de este artículo es destacar la importancia de José Carlos Mariátegui (1894-1930) en el marxismo latinoamericano a 90 años de la publicación de los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, desarrollando su polémica desde el marxismo revolucionario con el nacionalismo de Raúl Haya de la Torre y subrayando su leninismo.
Mariátegui y Haya de la Torre
Como advierte el autor, reunió en el mencionado libro, editado en Perú en 1928, siete ensayos a partir de escritos publicados en Mundial y Amauta sobre aspectos sustantivos de la realidad peruana teniendo como objetivo realizar una crítica socialista a los problemas y la historia de Perú, afirmando que no es un crítico imparcial y objetivo, sino que pretende contribuir a la creación del socialismo peruano.
Estos ensayos abarcan el esquema de la evolución económica, el problema del indio, el problema de la tierra, el proceso de instrucción pública, el factor religioso, regionalismo y centralismo y el proceso de la literatura y el autor no la considera una obra orgánica ya que volverá sobre cada uno de estos temas cuando sea necesario en términos de avance en sus investigaciones y polémicas. Lo central del libro es que puede ser considerado el primer análisis marxista de una formación económico social latinoamericana.
En términos teóricos diferenciamos conceptualmente el modo de producción de formación económico social. El modo de producción es un concepto teórico abstracto real, se encuentra en la realidad pero tiene un nivel de abstracción mayor en el sentido que utiliza Karl Marx en el Libro II de El Capital, estudiando en esa obra el capitalismo en su forma más pura. Como funcionaría el capitalismo de forma “ideal” si no tuviera ningún obstáculo a su desarrollo. La realidad es más compleja por eso utiliza el concepto de formación económico-social para referirse al estudio de un país concreto. La formación económico-social es un conjunto de relaciones de producción en el marco de una totalidad hegemonizada por una de ellas que es lo que le da el nombre al modo de producción.
Justamente un estudio de proceso político en el marco de la formación económico social francesa es lo que realiza Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Lenin, en El desarrollo del capitalismo en Rusia, cuando estudia la formación económico social rusa y Mariategui en los Siete ensayos… abordando la peruana.
Encontramos dos elementos iniciales de leninismo en el marxista peruano, el análisis de una formación económico social concreta y el concepto de coyuntura del revolucionario soviético entendida como análisis concreto de una situación concreta para poder elaborar una estrategia de lucha por el poder político.
En América Latina sus elaboraciones teóricas y políticas son centrales como afirma Michel Lowy, en Historia del marxismo en América Latina, para contraponerse a dos tendencias diferentes: el eurocentrismo y el excepcionalismo latinoamericano.
Las visiones eurocéntricas del marxismo, hegemónicas en la II Internacional reformista y la III Internacional estalinizada, abandonan cualquier pretensión de estudio de las formaciones económico sociales concretas para aplicar categorías teóricas abstractas a una realidad diferente imposibilitando un adecuado análisis de coyuntura que permita una intervención en la lucha de clases en términos estratégicos.
Para los socialistas reformistas una Europa socialista mejoraría la situación de los países de América Latina que seguirían el mismo proceso histórico que los países europeos y los estalinistas absolutizaban algunas lecturas específicas y distorsionadas de Marx para elaborar una teoría general funcional a sus estrategias, como la de una revolución democrático-burguesa en América Latina, que caracterizaban como feudal y no como capitalista en lugar de la revolución socialista. Esta teoría no explicaría ni las revoluciones Rusa, Cubana, China o Vietnamita, sólo por mencionar estas cuatro.
En síntesis, un primer legado de Mariátegui y su obra es la necesidad de estudiar cada formación económico social concreta, realizar análisis de coyuntura en términos leninistas para elaborar una estrategia revolucionaria.
Por otra parte, es central y actual la polémica que realiza Mariategui desde el marxismo revolucionario contra una de las principales figuras que defiende el excepcionalismo latinoamericano, el líder nacionalista peruano Haya de la Torre.
Es importante contextualizar sintéticamente este debate. En 1922, Mariátegui proyecta la creación del Partido Socialista del Perú, un año después de haber asistido en Italia a la fundación del Partido Comunista Italiano. En 1923 realiza una conferencia: La crisis mundial y proletariado peruano. Y con el exilio de Haya de la Torre, dirige Claridad que intentará que sea el órgano de la Federación Obrera. Es preso acusado de actividades subversivas en 1924 y el 1 de mayo de ese año publica en El obrero textil. El frente único proletario en la línea de las deliberaciones leninistas de la Internacional Comunista, convencido que el mundo camina hacia el socialismo, que el futuro pertenece a la revolución y que existe un problema central en Perú que es la cuestión indígena, no para defender una posición indigenista sino para entender el papel de los sujetos sociales en la revolución proletaria.
Paralelamente en 1924 Haya de la Torre fundaba en el exilio en México la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) con el objetivo, originariamente, de unir todas las fuerzas antiimperialistas del continente.
En 1926 Mariátegui funda la Revista Amauta, que dirige hasta su muerte intentando en sus treinta y dos números, ser el vocero de una generación que intenta colocar a Perú en el panorama mundial. Para tener una dimensión del impacto teórico, político y cultural de la revista, los escritos abarcan desde Trotsky hasta Sorel, incluyendo Plejanov, Vallejo y Rolland entre otros.
En 1928 se produce la ruptura entre Mariátegui y Haya de la Torre, porque este último decide transformar el APRA de frente antiimperialista en partido político. Mariategui y la Revista Amauta declaran su independencia política en el editorial del número 17, "Aniversario y Balance", publicado en septiembre de ese año:
“(…) En la lucha entre dos sistemas, entre dos ideas, no se nos ocurre sentirnos espectadores ni inventar un tercer término. La originalidad a ultranza es una preocupación literaria y anárquica. En nuestra bandera inscribimos esta sola sencilla y grande palabra: Socialismo. [Con este lema afirmamos nuestra absoluta independecia frente a la idea de un Partido Nacionalista, pequeño-burgués y demagógico]" (Editorial Amauta, n° 17 año II, sep., 1928)
Convocan a una reunión de un comité de organización de un partido socialista obrero campesino y finalmente, el 7 de octubre de 1928 se funda el Partido Socialista del Perú y Mariátegui es nombrado secretario general y es el mismo quien redacta el programa del partido.
Enfocando en la polémica con Haya de la Torre, el frente único antiimperialista en términos tácticos es aceptado por Mariátegui, pero con la pretensión de transformar el APRA en partido político deja de ser una cuestión táctica y se convierte en una cuestión estratégica. Para esto es central diferenciar táctica y estrategia en términos leninistas y trotskistas como lo realiza Mariátegui.
Esta diferenciación conceptual entre táctica y estrategia es desarrollada por Trotsky, desde un punto de vista marxista revolucionario, en el texto "Lecciones de Octubre". Para Lenin y Trotsky sólo será posible alcanzar este objetivo con independencia teórica y política, y como también defiende Mariátegui, subordinando la táctica a la estrategia.
Vamos a desarrollar los argumentos centrales de Haya de la Torre para después presentar las críticas y diferencias con Mariátegui.
El líder aprista está preocupado en luchar contra el imperialismo de forma independiente del marxismo e intenta superarlo. En realidad la interpretación completamente limitada que elige del marxismo, opone el método hegeliano a la dialéctica marxista. Para Haya de la Torre, Marx es resultado de la realidad europea, estudia desde Europa y sus resultados son para Europa, por eso es necesario rechazar sus doctrinas, negarlas y superarlas. El marxismo es una ideología europeizante por la cual todos los pueblos tienen que pasar por los mismos estadios para concluir en la Revolución Rusa de 1917 y la dictadura del proletariado. Para Haya de la Torre, Marx cree que todos los países capitalistas evolucionan de la misma forma que el capitalismo inglés y al no ser así fracasa la revolución mundial y la posibilidad de universalización. Es preciso superar la teoría marxista que tiene un tiempo y un espacio diferente del latinoamericano, aquí el excepcionalismo del aprista. Si el marxismo es la negación de Hegel y del capitalismo su propuesta es negar la negación, siendo el aprismo el abandono del dogmatismo marxista rescatando la dialéctica hegeliana. Lo mismo pasa con la teoría del imperialismo de Lenin, ya que en Europa el imperialismo puede ser la última etapa del capitalismo, pero en la Indoamérica feudal es la primera.
Para Haya de la Torre el contenido de la lucha en Iberoamérica es anti-feudal y es el propio imperialismo el que feudaliza. En la lucha antiimperialista en beneficio de los pueblos que deben ser liberados la línea de acción política debe ser la unidad latinoamericana y la económica. El Capitalismo de Estado, como versión iberoamericana de la dictadura del proletariado. En síntesis, en países donde el proletariado es incipiente y joven, las masas campesinas con fisonomía feudal o semi-feudal vastas e ignorantes, las clases medias empobrecidas, la burguesía un residuo feudal es la pequeño burguesía el sector más culto y consciente. La construcción de un partido proletario no puede tener éxito, por eso el APRA representa a una alianza de las tres clases alejadas del Estado que deben construir un Capitalismo de Estado: la pequeño-burguesía, los trabajadores y los campesinos en una lucha anti feudal no anticapitalista.
La estrategia de Mariátegui es diferente, defiende una visión revolucionaria y ofensiva del marxismo contra cualquier interpretación dogmática socialista reformista o estalinista; una concepción leninista del imperialismo y una caracterización de Perú como semicolonial, la dialéctica marxista en oposición al idealismo hegeliano, entendiendo al marxismo con elementos universales que no niegan la posibilidad de estudiar formaciones económico-sociales concretas, como realiza en los mencionados Siete ensayos… y la dictadura del proletariado.
Las relaciones sociales son capitalistas en el subcontinente y la revolución debe ser socialista, defendiendo la Revolución Rusa de 1917 y la construcción del partido revolucionario de la clase obrera. En la mencionada editorial del número 17 de Amauta continúa afirmando:
“(…) La misma palabra Revolución en esta América de las pequeñas revoluciones, se presta bastante al equívoco. Tenemos que reivindicarla rigurosa e intransigentemente. Tenemos que restituirle su sentido estricto y cabal. La revolución latinoamericana será nada más y nada menos que una fase de la revolución mundial. Será simplemente y puramente una revolución socialista (…)”. (ob. cit)
A la política de frente único imperialista, entendido como proyecto estratégico en Haya de la Torre es preciso oponer la política leninista de Frente Único Proletario (FUP), defendiendo la independencia política del partido de la clase obrera de elementos burgueses o pequeño-burgueses. Esto aparece con claridad en la "Carta al Grupo de Lima":
“(…) Pensamos que conforme a a la idea que originalmente lo inspiró, y que su proprio nombre expresa, el APRA debe ser, o es de hecho, una alianza, un frente único y no un partido. Un programa de acción común e inmediato no suprime las diferencias ni los matices de clase y de doctrina. (…) Como socialistas podemos colaborar dentro del APRA o Alianza, o frente único (…) y contra la penetración imperialista; pero no podemos en virtud del sentido mismo de nuestra cooperación, entender el APRA como partido, esto es, como una fracción orgánica y doctrinariamente homogénea” (Carta al Grupo de Lima)
La táctica del FUP fue elaborada e desarrollada a partir del Tercer Congreso de la III Internacional Comunista, la que a partir de la derrota de las revoluciones en Europa y la relativa estabilización del capitalismo, hizo pensar a los revolucionarios nuevas tácticas para dar continuidad a la Revolución Mundial. Por esto destacamos la importancia política de realizar un balance de la Primera Revolución China derrotada por la estrategia estalinista de subordinación política del Partido Comunista Chino que había encabezado las insurrecciones de Shangai y Cantón al Kuo Ming Tang (Partido Nacionalista) dirigido por Chian Kai Shek, que tiene impacto en la polémica que abordamos en Perú. Mariátegui critica el proyecto del APRA partido de definirse como un Kuomintang latinoamericano y defiende la no subordinación del partido de la clase obrera a cualquier variante nacionalista. En "Punto de vista antiimperialista", escrito en Lima en mayo de 1929, Mariátegui afirma que:
“La divergencia fundamental entre los elementos que en el Perú aceptaron en principio el APRA –como un plan de frente único nunca como partido y ni siquiera como organización en marcha efectiva– y los que fuera de Perú lo definieron como un Kuomintang latinoamericano, consiste en que los primeros permanencen fieles a la concepción económico-social revolucionaria del anti imperialismo mientras que los segundos explican así su posición: ‘somos de izquierda (o socialistas) porque somos antiimperialistas”.
Para Mariátegui, el antiimperialismo por si sólo no puede constituir un programa político un movimiento de masas para la toma del poder y ni la burguesía, ni la pequeño burguesía en el poder pueden hacer una política antiimperialista, concluyendo:
“En conclusión, somos antiimperialistas porque somos marxistas, porque somos revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo como sistema antagónico llamado a sucederlo, porque en la lucha contra los imperialismos extranjeros cumplimos nuestros deberes de solidaridad con las masas revolucionarias de Europa”.
Podemos concluir que el debate Mariátegui-Haya de la Torre es un debate entre marxismo revolucionario y nacionalismo, un debate que reaparece en América y se reviste de diferentes ropajes pero que centralmente es el mismo.
La actualidad de Mariátegui tiene relación con su visión ofensiva del marxismo, su originalidad y su leninismo
Reforzaremos sólo cinco elementos de éste a modo de conclusión
Los dos primeros son que a 90 años de la publicación de los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana es preciso realizar análisis de las formaciones económico-sociales y de coyuntura, análisis concretos de situaciones concretas, para intervenir en la lucha de clases con una estrategia revolucionaria. Los otros tres son la necesidad de construir un partido revolucionario con base en la clase obrera, la defensa de un concepto de imperialismo leninista como fase superior del capitalismo y la táctica de frente único proletario como legado de la III Internacional antes de su estalinización como una táctica precisamente subordinada a una estrategia revolucionaria.
En momentos de crisis orgánica del capitalismo mundial, de fin de ciclo de un conjunto heterogéneo de gobiernos denominados “pos-neoliberales” y de giro a derecha en la superestructura política latino-americana es central recuperar las versiones y lecciones del marxismo revolucionario latinoamericano como es el caso de Mariátegui.