Rebajas salariales, disciplinamiento laboral y represión sindical son las formas que utilizan las empresas del grupo para sostener las ganancias.
Viernes 6 de julio de 2018
Tenaris y Ternium son las dos firmas siderúrgicas controladas por el grupo Techint. Ambas fueron creadas durante los 2000, a partir de un proceso de expansión internacional de las empresas del grupo, con particular presencia en América Latina.
En la actualidad las empresas tienen plantas en toda América Latina. En una situación de crisis generalizada, que en el sector siderúrgico se expresa en el incremento de la competencia con los productos chinos y en el endurecimiento de políticas arancelarias, el grupo Techint ensaya diferentes caminos para lograr sostener su rentabilidad. Uno de ellos es el “lobby” con los gobiernos para evitar que se apliquen “barreras de entrada” a sus productos en ciertos mercados – como fue el caso de los aranceles que pretendió aplicar Trump. Otro camino es la rebaja o el freno al incremento de los costos laborales y de los salarios. Ya en 2012 Paolo Rocca se había quejado de los costos salariales argentinos medidos en dólares, comparados con los de Brasil y México. Aunque las plantas ubicadas en Colombia y Guatemala son de menor complejidad, los salarios que el grupo Techint abonaba en ellas – de acuerdo a datos sindicales de 2014 – no llegaban a U$S 500 mensuales – con jornadas de 12 horas en el caso de Guatemala y condiciones de trabajo y seguridad sumamente deterioradas.
Es justamente en esas plantas que los trabajadores comenzaron a organizarse y crearon sindicatos de empresa – en concordancia con lo que indica la legislación laboral en esos países. Frente a los intentos para mejorar las condiciones de trabajo, la empresa implementó políticas represivas hacia los sindicatos. Es así que los sindicatos de Colombia (SINTRATUCAR) y Guatemala (SITRATERNIUM) que son perseguidos y desconocidos por la empresa desde su creación. El primero, creado en 2009, sólo logro su reconocimiento después de una ardua batalla que incluyó despidos y miles de maniobras dilatorias por parte de la empresa. El segundo, creado entre 2011 y 2013, fue desconocido y duramente perseguido por la empresa, al punto de que todos sus miembros fueron despedidos y sólo recuperaron su puesto de trabajo tras un fallo de la Corte Suprema de ese país.
Una vez conquistado el reconocimiento al sindicato, se abrió la batalla para que la negociación del convenio colectivo. SITRATERNIUM después de varios años de lucha – que incluyeron el intento patronal de crear un sindicato que responda a la gerencia – lograron darse los primeros pasos rumbo a la negociación de un convenio colectivo. En el caso del SINTRATUCAR, asumió reclamos, organizó la pelea y logró mejoras para los trabajadores temporarios y tercerizados – que legalmente no pueden integrar el sindicato; consiguió sustanciales mejoras en las condiciones de salud y seguridad, oponiéndose firmemente a las políticas de seguridad de la empresa que sólo buscan “mostrar estadísticas” y obtuvo mejoras salariales y beneficios. Es por eso que el proceso de negociación actual está siendo boicoteado por la empresa que desde hace meses se niega a discutir un Convenio Colectivo y cuando se aviene a discutir, hace propuestas inaceptables para paralizar la negociación. Al mismo tiempo, impide la sindicalización de los trabajadores nuevos para quitarle fuerza al sindicato y ha sancionado a los dirigentes sindicales por causas directamente ligadas con la actividad gremial quitándoles el salario. Además pretende sembrar confusión entre los trabajadores, a través de comunicados maliciosos en los que pretende desconocer las causas que motivan el conflicto.
En este marco, la organización sindical ha decidido que dos de sus principales dirigentes inicien una huelga de hambre y un acampe en las puertas de la empresa, en reclamo por la negociación “de buena fe” de un convenio colectivo y por el cese de persecución a quienes se afilian o simpatizan con el sindicato. Los métodos democráticos y participativos para decidir las acciones explican el rotundo apoyo que los trabajadores brindan al sindicato y el hecho de que la empresa no haya podido destruirlo como pretende.
Los diferentes sindicatos que conforman el Comité Mundial de Trabajadores de Tenaris han manifestado su solidaridad con el sindicato incluyendo el tema en sus reuniones con las gerencias locales, enviando notas a la empresa y al Ministerio de Trabajo, filmando videos de solidaridad y distribuyendo volantes entre los trabajadores de las diferentes empresas. Sindicatos y organizaciones sociales y políticas locales también han manifestado su solidaridad con el SINTRATUCAR, acompañándolos en movilizaciones y actos en las puertas de la planta.
La política antisindical de Techint debe ser fuertemente resistida por el conjunto de los trabajadores del grupo, puesto que significa un claro avasallamiento a las organizaciones sindicales, las más elementales armas de defensa que tenemos los trabajadores.