Marianne Thyssen, próxima a asumir la cartera de Empleo de la UE, anunció que "Si es un paso hacia un empleo mejor, la precariedad no es mala”. Sin embargo, las cifras muestran que el empleo precario aumenta la pobreza y los accidentes laborales.

Cynthia Lub Barcelona | @LubCynthia
Martes 27 de octubre de 2015
Marianne Thyssen, miembro del Partido Popular Europeo (PPE) a cuyo congreso asistió en Madrid el pasado 22 de octubre, en noviembre asumirá la cartera de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidad y Movilidad Laboral, a propuesta de su compañero de partido y presidente de la CE Jean-Claude Juncker.
Este lunes, Thyssen fue entrevistada en El País, para hablar del aumento de la desigualdad, el paro y los motivos de la suspensión de una propuesta de creación de un seguro de desempleo común para la eurozona, de parte de los presidentes de las instituciones europeas (Comisión, BCE, Consejo, Eurogrupo y Parlamento).
Además de mostrar su "gran satisfacción" por España ya que "la economía crece, el desempleo cae y el empleo repunta", cuando le rebatieron que todo esto es en base al empleo precario, respondió que "la precariedad, si es temporal, como un paso hacia un trabajo mejor, está bien porque estas personas al menos tienen un puesto de trabajo".
Detrás de la precariedad: mayoría de contratos temporales y bajos salarios
En el Estado español, la extensión de la precariedad es una realidad incontestable, muy lejos de la percepción optimista de Marianne Thyssen.
Según datos del Ministerio de Empleo el 90% de los contratos en 2015 no han sido indefinidos, es decir de carácter permanente o estable. Tan sólo 8 de cada 100 trabajadores contratados consiguieron un trabajo de carácter indefinido. En agosto de 2015 ha vuelto a caer el empleo fijo: solo el 6,4% de los contratos fue indefinido, mismas cifras que en agosto de 2014. Desde principios de año, uno de cada 20 contratos, el 4,7%, son indefinidos y a tiempo completo.
El aumento de la precariedad, se expresa también en un descenso brutal de los salarios de trabajadores y trabajadoras con contratos temporales; los cuales desde que comenzó la crisis cobran cada vez menos, aumentando la brecha salarial respecto a los trabajadores fijos. Un 12,25% de los trabajadores ganan el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o aún menos de éste. En el año 2007, este colectivo solo era de un 7,8%.
El drama de la precariedad es el drama del paro
Como si hablara de otro mundo, la realidad (dramática) de la clase trabajadora es que la precariedad no es un paso transitorio "hacia un trabajo mejor", sino que vino para quedarse al igual que el alto nivel del paro, cada vez más de "larga duración".
Muy por el contrario a la valoración de los líderes de la UE, de Marianne Thyssen y de Mariano Rajoy, durante el mes de septiembre el número de parados aumentó en 26.087 trabajadores, llegando a un total de 4.094.042 desempleados. Y el desempleo de larga duración, es decir, el de aquellas personas que llevan al menos doce meses en el paro, es de un 62,1; según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
La juventud trabajadora es la más golpeada. El 9 de octubre se publicó el estudio anual sobre regiones de la oficina estadística comunitaria (Eurostat), que confirmaba el alto porcentaje de paro juvenil en el conjunto de la Unión Europea (UE) y en el Estado español en particular. Estas cifras se agudizan en los jóvenes que no tienen acceso a la educación. En toda la UE hay un 16,3% de jóvenes que no pueden ni estudiar ni trabajar, y en el caso del Estado español esta cifra sube al 22,1%.
Detrás de los números: la pobreza y los riesgos que trae la precariedad
Debajo de estas cifras están las vidas de millones de familias de la clase trabajadora en situación de pobreza. Sólo en el Estado español, más del 12% están por debajo del umbral de pobreza. Según los datos de la Agencia Tributaria, el porcentaje de personas por debajo del sueldo mínimo es superior al 33%.
Veamos más datos. El 40,7 % de las personas desempleadas, diez puntos más que en 2011, no cobra prestación por desempleo. La tasa de cobertura de ayudas cayó del 63,25 % al 55,7%, su nivel más bajo desde octubre de 2001, según los datos del Ministerio de Empleo. En el momento más agudo de la crisis llegó a situarse en el 80,88%. Según el secretario de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, hay 1,7 de hogares donde no entra ningún ingreso y viven tres millones de personas.
Por otra parte, no sólo en Europa sino a nivel mundial, según los datos de la OIT "Cada día mueren 6.300 personas a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo – más de 2,3 millones de muertes por año. Anualmente ocurren más de 317 millones de accidentes en el trabajo, muchos de estos accidentes resultan en absentismo laboral".
La última huelga de la multinacional Movistar en el Estado español, luchaba contra la "esclavitud" de la precariedad laboral y los riesgos mortales que ésta trae: "No es causalidad que en los últimos años todos los accidentes mortales de la empresa los sufren los trabajadores en precario, es decir los de las contratas, subcontratas y autónomos. Las empresas subcontratadas por Telefónica no ponen las medidas de seguridad o nos las cobran a los trabajadores.”
La precariedad laboral jamás puede ser algo bueno, ni un paso hacia algo mejor. Es la causa de la pobreza, de los desahucios, de la peligrosidad de trabajar en condiciones semi esclavas cuando los capitalistas se ahorran los costos de la salud y seguridad de la clase trabajadora.

Cynthia Lub
Doctora en Historia en la Universidad de Barcelona (UB), especializada en clase trabajadora durante el franquismo y la Transición, también en estudios sobre género y clase, feminización del trabajo y precariedad. Docente de educación secundaria pública.