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Red Internacional
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TRIBUNA ABIERTA. La precarización y explotación laboral de la juventud se agrava

En un recorrido por la zona Ballivián y la Ceja de la ciudad de El Alto se advirtió que negocios independientes como pastelerías, ópticas y centros de expendio de comida solicitan el trabajo de “jóvenes o señoritas” tiempo completo con sueldos ínfimos por más de 12 horas.

Miércoles 16 de febrero de 2022

Foto: Hernán Virgo (El Deber)

En este recorrido encontramos una óptica cerca de la plaza Ballivián que ofrecía Bs 1.000 mensuales a una “señorita” tiempo completo de lunes a domingo. Sin embargo, no olvidemos que el salario mínimo nacional es de Bs. 2.164 (aproximadamente $us.300), monto que fijó el Gobierno, la gestión pasada, y ningún trabajador debería percibir un salario inferior a éste.

Pero a pesar de dicha disposición nacional proliferan estos ofrecimientos laborales en El Alto.

Uno de los tantos negocios con avisos solicitando jóvenes para que trabajen "con o sin experiencia"

Otro ejemplo es el de una pastelería, en la misma zona, donde encontramos otro anuncio que requería un “joven” para la atención de este negocio y ofrecían Bs 600, por medio tiempo, de lunes a domingo. Muchos de estos negocios ofrecen a las y los jóvenes actividades laborales por más de ocho horas diarias.

En la Ceja de El Alto el panorama no cambia, un restaurante bastante concurrido y reconocido ofrecía Bs. 1.200 por un trabajo de más de ocho horas, seis días a la semana y la convocatoria era solo para jóvenes o estudiantes.

La crisis sanitaria disminuyó las fuentes de trabajo e incrementó el desempleo y entendemos que hay personas que toman mano de obra barata exclusivamente de jóvenes aprovechando de que hay más personas en busca de trabajo y además de ofrecer un trabajo muy mal pagado no brindan un seguro médico ni condiciones mínimas para enfrentar la pandemia.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, bajo la dirección de Vinicius Pinheiro, comunicó la gestión pasada que “La población joven está entre los que padecen con mayor intensidad las consecuencias de la pandemia en la región, y harán frente a los efectos de la misma en los próximos años de su vida laboral, corriendo el riesgo de pasar a construir una generación del confinamiento”.

Además mencionó que esta generación sufre los impactos de la pandemia de COVID-19 a través de “una multiplicidad de canales, tales como la interrupción de sus programas educativos o de formación y de puente hacia el mercado de trabajo, la pérdida de empleo y de ingresos, y la perspectiva de enfrentar mayores dificultades para encontrar una ocupación en el futuro”.

Lamentablemente frente a esta situación, la Central Obrera Boliviana (COB) y los diversos organismos sindicales miran de palco permitiendo que la gran mayoría de las y los trabajadores asalariados sean víctimas de la voracidad patronal y empresarial. Estos organismos sindicales, desde hace muchos años, se han convertido en meros apéndices del ministerio de Trabajo donde incluso se mantienen en los cargos gracias a resoluciones ministeriales pero no por elecciones democráticas de sus propias bases.

#LasVidasTrabajadorasImportan