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Red Internacional
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Chile. La prioridad de Piñera: importa carros lanza agua y no test de detección del coronavirus

En medio de la crisis que está generando la rápida propagación del virus COVID-19, este lunes 16 circularon imágenes de los nuevos carros lanza agua que arribaron a Chile desde Turquía. Por el contrario el Gobierno de Piñera no importa test de detección del virus, y anunció un miserable aumento presupuestario que parece un chiste luego de 30 años de desmantelamiento sanitario.

Martes 17 de marzo de 2020 10:03

imagen de @OrtubiaPeralta

Mientras todo Chile pone su atención en los cuidados preventivos frente al “coronavirus”, acaban de arribar al país dos nuevo carros lanza agua que forman parte de una gran flota de diversos vehículos represivos adquiridos por el Gobierno de Piñera. En medio de una crisis histórica y de movilizaciones que ya llevan cinco meses, el Gobierno de Chile venía aumentando el equipamiento de las fuerzas de represión, y el desarrollo del coronavirus los encontró destinando presupuesto para la compra de suministros para Carabineros, mientras que mantienen desfinanciado al sistema sanitario que vienen siendo desmantelado desde hace más de 30 años.

Esto muestra de una manera cruda cuáles son las prioridades para el Estado: pareciera que controlar una pandemia es menos importante que controlar a la gente que se moviliza desde hace 5 meses en contra de estos últimos 30 años, y este gobierno asesino.

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Estos carros son los primeros en llegar al país, en carabineros saben que su compra no es fácil ya que no hay empresas que tengan en bodega un stock de este tipo de móviles, por lo que fueron mandados a fabricar al extranjero. Pero ni hablar de importar pruebas de detección del coronavirus más rápidas como el “cobas de Roche” que ha demostrado ser 10 veces más rápido que el test tradicional. En los países donde el examen se hizo masivamente -como Corea del Sur- la rápida detección de casos permitió lograr una baja tasa de mortalidad, a diferencia de Italia.

Resulta paradójico que los cientos de miles que han salido a las calles exigieran, entre otras cosas, un sistema de salud pública digno, pues frente a esta pandemia que recorre el mundo, lo más peligroso es nuestro sistema de salud deficiente y mercantilizado. Si bien Mañalich explicó que se intervino desde el Estado frente al cobro excesivo por el examen de detección (en clínicas privadas los precios superaban los 100 mil pesos), la subvención Estatal corre al 100% solo para quienes pertenecen a Fonasa A y B, mientras que el costo máximo que pagará un paciente será de 14.040 pesos si se realiza el test en una clínica de libre elección con convenio con el Fondo de Salud . Por otro lado, nada se habla de la unificación entre la salud pública y aquella que es privada para garantizar la atención a cualquier persona que presente síntomas o buscar realizar la mayor cantidad posible de examenes de detección.

Con todo esto, resulta evidente que desde que el Gobierno avistaba la llegada del COVID-19 prefirieron prepararse para seguir reprimiendo las manifestaciones sociales en lugar de trabajar en un plan eficiente y eficaz para enfrentar dicha crisis sanitaria. Es por esto que aún cuando tomar medidas frente a la propagación del virus resulta imperante, no podemos evitar cuestionar las decisiones que toman las autoridades, pues mientras destinan parte del presupuesto Estatal en refuerzos para reprimirnos apenas podamos volver a las calles, hay un sector de la población que se pregunta si gastar dinero en alcohol gel o guardar para seguir comiendo el resto del mes: el Estado debe garantizar test de detección temprana y preventiva para toda la población, 100% gratuito, y en lugares adecuados.