La marea verde y el movimiento de mujeres pujò por entrar en todos los espacios. 14 de los 24 ministros son mujeres. ¿Nos garantiza que nuestras demandas serán escuchadas? ¿Qué podemos esperar?
Lunes 24 de enero de 2022
Un gabinete feminista para todos los gustos
14 son las mujeres que conformarán el gabinete del gobierno de Gabriel Boric que asumirá la presidencia el próximo 11 de marzo en Chile, lo que ha generado gran revuelo, principalmente porque se trata de un gesto político en la perspectiva de lo que él ha llamado “un gobierno feminista”.
Según señala CIPER, entre los años 1990 al 2020, solamente fueron designadas 69 mujeres como ministras, en comparación a los 234 ministros varones designados durante el mismo periodo. Desde este punto de vista, el nombramiento de 14 de los 24 ministerios con mujeres al mando representa una diferencia significativa respecto de los gobiernos anteriores. Junto con ello, se integra al Ministerio de la Mujer dentro del comité político, de manera permanente para dar transversalidad al enfoque de género.
Pero estas decisiones no son al azar: es la respuesta institucional que brinda el Frente Amplio tras años de desarrollo del movimiento de mujeres en Chile y un cuestionamiento sistemático a las relaciones patriarcales en todas las esferas de la vida personal y política.
Las mujeres menores de 50 años, muchas quienes participaron en las masivas marchas del 8M, fueron quienes motorizaron el triunfo de Boric, de acuerdo con el estudio realizado por la plataforma Decide Chile. Dicho estudio también resaltaba que en las mujeres votantes menores de 30 años, el apoyo a Boric había sido de un 68%.
Las futuras ministras generaron no solamente revuelo, sino también expectación. Este acto de visibilización de las mujeres (acompañadas algunas por sus hij@s) en la política tiene un carácter primordialmente simbólico que fue saludado por muchas organizaciones de mujeres y feministas, dentro de ellas la Coordinadora Feminista 8 de Marzo (CF8M). Pero en la opinión pública se termina por diluir la importancia de la composición política misma del gabinete y sus potenciales consecuencias para la vida de las mujeres y disidencias sexogenéricas más precarizadas.
Muy por el contrario, han intentado desdibujar que el criterio de elección es político: una repartición del poder entre quienes van a conformar la nueva coalición de gobierno. Y una de las grandes invitadas es la Ex Concertación: la misma que por décadas puso frenos a las demandas de millones de nosotras, con cuestiones tan sentidas como lo es el derecho al aborto libre. Los partidos de la ex-Concertación, son parte de los partidos empresariales de los 30 años, esos que millones de personas cuestionamos en las calles el 2019. Para ejemplificar, solamente hay que recordar que SQM (Sociedad Química y Minera de Chile, dueña del litio) apareció durante años en la nómina militante del Partido Por la Democracia (PPD).
Desde el gobierno electo se señaló que el gabinete busca dialogar "con todos los sectores" y lo hemos visto: hasta Luksic, una de las principales fortunas del país, en sus redes sociales ha demostrado alegría con el nombramiento del ministro de Hacienda Mario Marcel. Sí, saludando al director del Banco Central, paladín de la Ex Concertación, el mismo que el 2016 en la comisión de pensiones apoyó la moción de aumento de edad en las pensiones para nosotras.
Alejandra Cox, presidenta de la Asociación de AFP, también saludó al gabinete de Boric, la misma mujer que en mayo del 2021 reivindicó los 103 años de trabajo de Nicanor Parra, para legitimar el aumento de la edad para obtener las pensiones, mientras alude a la paridad en el actual gabinete.
Desde esta cuestión, que es fundamental tener claro, se hace necesario preguntarnos ¿Quién es quién? ¿Qué política van a defender las ministras de este gabinete?
Entre las ministras, el “feminismo” de los 30 años también obtuvo un cupo
La prensa se ha encargado de ensalzar la composición femenina y los currículums del nuevo gabinete, pero poco se ha hablado de su práctica política.
Una de las designaciones que más controversias ha causado es María Begoña Yarza en Salud, quien fue directora del Servicio de Salud Metropolitano Sur durante el primer gobierno de Piñera y, además, fue parte impulsora de las concesiones hospitalarias y gestionar las medidas privatizadoras de la salud pública desconociendo la lucha que dieron las y los trabajadores y usuarios de la salud levantando el Frente por la defensa de la salud pública Zona Sur contra la concesión del Hospital Barros Luco y Hospital Exequiel González Cortés, una de las primeras personas en felicitarla fue el mismo Jaime Mañalich.
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Y por si fuera poco recientemente se desempeñaba como gerenta de calidad y gestión en la clínica Santa María, donde a inicios de este año se suicidó Janin, funcionaría de la clínica, producto del abuso y la sobrecarga laboral que se ejerce en esa clínica, algo que han salido a denunciar varias trabajadoras del recinto.
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En el ministerio de Desarrollo Social y Familia estará Jeanette Vega (Partido Por la Democracia), médica, quien además de ser parte de la ex Concertación, muy cercana de Guido Girardi, tienen un polémico y extenso curriculum de escándalos de corrupción en su historia como autoridad en salud. Fue quien impulsó la enorme compra de vacunas contra el virus H1N1 que se vencieron en bodegas. El 2002, debió renunciar al Instituto de Salud Pública (ISP) por denuncias de corrupción y pagos de honorarios no justificados por $60 millones –incluyéndola a ella misma-, de hecho, la Contraloría le cuestionó recibir honorarios adicionales a su sueldo por $220 mil. Fue directora de FONASA en medio de protestas de sus trabajadores que exigían su renuncia, por incumplimiento en el pago de sus bonos y luego culpó a las movilizaciones por las derivaciones de pacientes a clínicas privadas.
Otro de los datos que impacta es el prontuario de Antonia Urrejola Noguera, en Cancillería en el Ministerio de Relaciones Exteriores, quien además deser asesora en los gobiernos de la Ex- Concertación y Ex Nueva Mayoría, en Frei y Lagos, y asesora de Insulza en la OEA, el año 2004 creó junto a su marido Cristián Franz Thorud el Grupo Alianza que mediante la sociedad “Los Chungungos Ltda” prestó asesoría ambientales a empresas mineras y energéticas entre ellas Agrosuper, Antofagasta Minerals, Collahuasi, Barrick Gold, está última minera canadiense con dos polémicos proyectos: Cerro Casale y Pascua Lama.
La presencia mayoritaria de mujeres en el gabinete ¿es sinónimo de que todo para nosotras estará bien?
Pintar de lila el amarillo ¿feminismo para quién?
Es lógico que tras una segunda mirada, desconfiemos. Varias de las ministras que serán parte del “gobierno feminista” de Boric fueron parte de los gobiernos “nada feministas” que mantuvieron la herencia de la dictadura y la situación de precariedad horrenda en la que viven cientos de miles de mujeres y disidencias sexogenéricas. Es así como mediante la visibilización de las mujeres en la política, recubren el giro cada vez más abierto al centro que está realizando el proyecto político de Apruebo Dignidad apoyado en sectores de la Ex Concertación: un gabinete que le garantice gobernabilidad, estabilidad económica y paz social a los poderosos.
No queremos que utilicen el feminismo y la lucha del movimiento de mujeres para esconder un programa que se modera sistemáticamente y que recurre a los políticos de los 30 años para sostenerse. Los avances para las mujeres trabajadoras y populares no serán por más mujeres en altos cargos de poder. No podemos perder de vista que retrocedimos 10 años en nuestras condiciones laborales en pandemia, y que las organizaciones sindicales como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) estuvieron inmóviles: la misma CUT dirigida por el Partido Comunista de Camila Vallejo.
En última instancia, el Estado capitalista no ha hecho más que “administrar la pobreza” y focalizar el gasto social, con sueldos que con suerte permiten llegar a fin de mes; esto lo hacen con retórica feminista para embellecer este mecanismo, como ya fue en los gobiernos de Michelle Bachelet, en quién tanto se ha referenciado Boric. Es un feminismo con perspectiva casi exclusivamente institucional que no logra tomar el problema de raíz, puesto que no identifica la prevalencia del capitalismo patriarcal como un obstáculo objetivo para la liberación de las mujeres y por lo tanto para el conjunto de la humanidad.
Otro de los puestos que ha dado para debatir, es el rol de la primera dama, quien dirige siete instituciones entre ellas la Red de salas cunas y jardines INTEGRA, figura que liga los cuidados de los niños y familias de Chile a la mujer de presidente. Este rol, que ya se había cuestionado durante los gobiernos de Michelle Bachelet -quien creó la Dirección Socio Cultural contratando a personas remuneradas y de perfil profesional- hoy se regresa a la figura de la primera dama, quien ostenta el cargo por ser la “mujer de”, reproduciendo la heteronorma en una sociedad machista y patriarcal, mientras otras mujeres, las trabajadoras de INTEGRA, cada año se movilizan por las precarias condiciones laboral en las cuales desarrollan su trabajo.
Un ejemplo de enfrentamiento a la administración patriarcal y de mercado en la educación vienen dando las trabajadoras de Integra y apoderadas, que se han organizado en una asamblea permanente que permita levantar la lucha por un sistema unificado de educación inicial, desde la sala cuna, y a su vez con igualdad salarial, pues en el programa de Boric plantean que mantendrán el mismo personal que hay actualmente en la educación inicial.
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Estos antecedentes son solamente una pequeña muestra del problema que abre pensar un “gobierno feminista”, y que no se reduce a la presencia de la concertación en el gabinete: luego tenemos a figuras como Izkia Siches a cargo del ministerio del Interior, que si bien goza de una amplia de simpatía en la población, será la encargada de la represión en las manifestaciones y del conflicto en Wallmapu, y que ya esté domingo, se refirió en Canal 13 planteando polémicas frases respecto a las protestas en Plaza Dignidad que ha tenido diferentes repercusiones en redes sociales.
Ha sido la fuerza de años de movilización de quienes somos aparte del movimiento de mujeres y disidencias laque ha empujado que el gobierno de Boric busque incorporar parte de nuestras demandas. Sin embargo, ya sabemos que sólo con la movilización podremos conquistarlas realmente pues nunca nos han regalado nada, y además chocan con los poderes reales, con las farmacéuticas, con las empresarias, con la iglesia y su ideología conservadora, con quienes quieren aumentar nuestra edad de jubilación.
Hay que poner atención pues corremos el riesgo que nuestras demandas sean institucionalizadas, y que la única vía sería legislativa, en un parlamento donde el gobierno siquiera tiene la mayoría. Ese camino nos traerá un montón de frustraciones y nos empuja a pensar en la medida de lo posible y no en la medida de lo que es necesario. Es por eso que necesitamos asambleas y coordinación, donde seamos trabajadoras, estudiantes, pobladoras, deliberando e impulsando una movilización permanente, donde las centrales sindicales, de estudiantes, convoquen a asambleas para que todes podamos participar y decidir.
Si queremos construir un proyecto de sociedad diferente, debemos partir por transformar las lógicas y sujetos de la política, que como mujeres y disidencias no seamos solamente representadas, sino sujetas deliberantes en el destino de nuestras vidas. La CF8M, una de las organizaciones más importantes del movimiento de mujeres, en sus convocatorias por años ha venido trabajando un programa feminista, es momento de convocar a discutirlo y organizar un plan de lucha para conquistarlo. Creemos que es necesario apostar a la movilización y organización independiente del gobierno de Boric, para conquistar todas las demandas irresueltas de octubre, partiendo por una de las más urgentes como es la libertad total de los y las presas políticas y los hijos y compañeros de mujeres que se han puesto a la cabeza de la lucha por su libertad
Porque los objetivos que nos hemos planteado como movimiento son acuciantes: hoy es imperioso enfrentar la violencia de género, una pandemia subterránea. Desde la agrupación de mujeres y disidencias Pan y Rosas Teresa Flores, proponemos el desarrollo de una Ley de Emergencia contra la violencia machista, que sea integral, es decir, que el estado garantice el derecho a la vivienda, con casas de acogida, con profesionales contratadas, con un sueldo mínimo de $600.000 pesos reajustable automáticamente al IPC, con un enfoque preventivo y promocional, financiado con el impuesto progresivo a las grandes fortunas.
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Si bien el programa de Boric integra salario para las cuidadoras, generación de empleos femeninos, derechos sexuales y reproductivos entre ellos el aborto legal, sabemos que para que “sea ley” nuestra compañeras en Argentina marcaron un camino con una gran marea verde en las calles. Actualmente las mismas diputadas del Frente Amplio de la bancada feminista han peleado por el proyecto de ley que solo despenaliza el aborto, no lo legaliza, es decir, no lo garantiza para todas las mujeres y cuerpos gestantes;además, existe un elevado porcentaje de objetores y objetoras de conciencia. Conquistar el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito que comprenda que es un problema de salud pública y no de creencias religiosas, ético o moral. Y para que las mujeres no sean las que se ocupan mayoritariamente de los cuidados de niños, ancianos y dependientes, hay que facilitar el acceso a guarderías y residencias gratuitas, con más personal y presupuesto, además de establecer licencias de paternidad y maternidad igualitarias. Por último, para terminar con la injerencia de la Iglesia en la vida de las mujeres y LGTBIQ+, lo que hace falta es separar radicalmente la Iglesia del Estado.
La Coordinadora Feminista 8 de marzo, CF8M, señaló a Bloomberg que la designación de un gabinete con mayoría de mujeres era un indicio de la potencia del movimiento feminista, sin embargo, también incluyeron la crítica que la paridad es no binaria y que debe incorporar identidades históricamente oprimidas. El cuestionamiento nuevamente es el mismo ¿con qué política? Si ya hemos construido un programa en los encuentros , es necesario que lo exijamos en las calles, articuladas a nivel nacional, en nuestros lugares de trabajo, barrios y estudios porque para conquistar ese programa se requiere levantar una fuerza que choque con los grandes poderes empresariales y de la iglesia. Por años hemos mostrado la potencialidad, hoy necesitamos organizarla.
Quienes somos parte de la agrupación Pan y Rosas, creemos que nuestras demandas no podemos confiárselas a ningún gabinete; la confianza la depositamos en la tremenda fuerza social que hemos levantado las mujeres y la diversidad y disidencia sexual y de género, junto a nuestr@s compañer@s trabajador@, estudiantes, poblador@s, y todas las personas que somos oprimidas y explotadas por este sistema.