Sábado 24 de agosto de 2019 21:23
Ha habido producciones que pusieron en duda la veracidad de Estados Unidos en todos los conflictos bélicos y en los años de oro del cine estadounidense en particular, la crítica más mordaz, vino de la mano de sus propios ciudadanos. Resalta el hecho de cineastas como John Ford, D. W. Griffith o Nicholas Ray, mostraban que el sueño americano era posible. No hay producción estadounidense en donde no flameé su bandera; desde el drama más épico hasta la comedia más absurda, el nacionalismo y patriotismo está más que presentes.
Sin embargo, han habido producciones criticas, que han sido respaldadas por grandes productoras (o no) como la rebelde Eazy Rider (1969), la polémica Taxi Driver (1976), la critica Apocalipsis Now (1979) o la catastrófica Heaven Gate’s (1980). De esta última toca hablar hoy.
Heaven Gate’s o La puerta del cielo en español, es un drama épico dirigido por Michael Cimino (1939-2016) en 1980, y que fue un desastre tanto en lo económico, de crítica y taquilla. La película marcó un antes y un después en la historia del cine, ya que por esos años tantos las productoras y como los cineastas, tenían total libertad creativa a la hora de rodar sus producciones. Los presupuestos podían ser elevados y con ello, se podía adquirir escenarios, artefactos y todos los efectos especiales de última generación, para poder realizar estas súper producciones.
Hacia 1979, Michael Cimino venía de dirigir la exitosa película The Deer Hunter (o El Cazador), que ganó cinco Óscar en las categorías de Mejor película, Mejor actor de reparto (para Christopher Walken), Mejor montaje, Mejor sonido y Mejor director para Cimino. Con un premio de la Academia y un Globo de Oro bajo el brazo, la productora United Artists le dio carta blanca al cineasta neoyorquino para su siguiente filme, el drama épico y western La puerta del cielo (1980). Con un elenco más que monumental: Kris Kristofferson, Christopher Walken, John Hurt, Isabelle Huppert, Jeff Bridges, entre otros; la cinta tuvo muchos problemas en su rodaje, como había pasado con su anterior film The Deer Hunter.
El rodaje de la película fue largo y problemático, al sobrepasar sobradamente el presupuesto asignado; el resultado no solo fue un desastre financiero, que estuvo cerca de llevar a la quiebra a la productora, sino que La puerta del cielo se convirtió en la señal, para la industria cinematográfica, del estado de fuera de control en Hollywood en ese tiempo. La película marcó el final de la era del llamado «Nuevo Hollywood». Transamerica Corporation, la propietaria de United Artists, perdió la confianza en la productora y en sus ejecutivos, y vendió pronto la compañía.
La película fue severamente editada por el estudio (su duración es de más de seis horas y media y fue reducida a tres horas), lo que llevó a un fracaso de público, y también fue tratada duramente por una parte de la crítica. Luego, apareció una nueva versión extendida que permitió percibirla como una película muy estimable que en su momento, no fue adecuadamente entendida ni por los productores ni por la crítica.
Es considerada como una de las películas de culto maldita, aunque muchos críticos la consideran como una obra maestra mal comprendida.
En ella, intenta erosionar los fundamentos culturales del “Sueño Americano” y mostrar los orígenes con los que se formó Estados Unidos realmente. Cimino, nunca fue un director cómodo para los sectores más conservadores de su país, que tampoco debieron entusiasmarse con las visiones de películas como la ya citada The Deer Hunter o Manhattan Sur (1985). Al mal logrado Cimino se lo tildó de marxista, anarquista y subversivo (sic), por su mirada crítica a la cultura estadounidense en su filmografía.
El desastre financiero y crítico de La puerta del Cielo, fue un duro golpe para la carrera de Cimino de la cual no se pudo recuperar y que tras esto, no volvió a dirigir súper producciones. Se le negó todo en Hollywood y sus siguientes producciones, las pago de su propio bolsillo. Solo dirigió cuatro películas más, antes de retirarse definitivamente de la industria en 1996. Los próximos veinte años, poco se supo de él hasta su muerte por un ataque al corazón en 2016.