Los empresarios hacen su agosto con las necesidades de los trabajadores y el pueblo golpeado por la crisis.
Guillermo Ferrari Barcelona | @LLegui1968
Martes 21 de abril de 2020
El precio de las mascarillas está por encima de las nubes, multiplicado por diez. Y, el gobierno, a dos meses que el Covid comenzara a expandirse, está “estudiando” poner un límite al precio a éste artículo de primera necesidad. Parece una escena de los “Hermanos Marx”: Sánchez e Iglesias caminando y tropezando durante dos meses para “estudiar” qué hacer con el precio de las mascarillas.
Ante el fuerte aumento de la demanda (un 10.000%, según FEDIFAR) lo único que actúa es la “mano invisible” del mercado. No tan invisible para Carlos Gallina, secretario general de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), que alertaba «Ha venido mucha gente ajena al sector farmacéutico a hacer su agosto», con precios que «han subido entre un 300% y un 500%».
¡Menos mal que es un gobierno de progreso! FACUA-Consumidores en acción pide, ruega al gobierno que actúe “sin dilación”. Los sectores sociales con menores ingresos no pueden pagar 8€ por una mascarilla que no puede usarse más que algunas horas. El Gobierno “recomienda” que se usen las mascarillas pero no ha hecho nada para que las familias trabajadoras tengan acceso.
Basta con hacer una multiplicación: 8 x 30 = 240€. Muchas familias no lo pueden pagar. Las que están en el paro y aún no cobraron, las de los ERTEs que solo cobran el 70% de sus nóminas. Los falsos autónomos o autónomos individuales que sino trabajan no cobran y además les obligan a pagar el IVA, los trabajadores en negro que con suerte cobraran el “ingreso mínimo vital” de tan solo 400€, los inmigrantes sin papeles, los “top manta”. Ah! Claro que Sánchez no gobierna para ellos.
La única iniciativa del gobierno “progresista de coalición” ha sido la de repartir las mascarillas en los medios de transporte el lunes que se acabó el confinamiento semi-total. Pero sólo repartió las más sencillas que no sirven para evitar el contagio (solo para evitar que el portador contagie). Y, por supuesto, son descartables y se aconseja usarla tan solo unas horas. Una “ayuda” de un día como mucho, ¿y el resto de los días no hay protegerse?
Podríamos decir que la enorme especulación y la recomendación de uso hecha por el gobierno, deja a las familias más pobres a merced de los especuladores. Sánchez dice que hay que combatir el virus, pero deja a las familias obreras expuestas. Las obliga a viajar en transporte público, sin distancia, sin protección. Es decir, expuestas al virus y a que la “curva no se aplane” y a que hayas más muertes y un mayor impacto económico y social.
En Catalunya también hemos tenido más de lo mismo. Si bien es cierto que la Generalitat no puede definir el precio del artículo, tampoco ayudó mucho en proveer mascarillas a los trabajadores. La Generalitat da una en regalo y la segunda a 76 céntimos. Como mucho tendremos para dos días. Y, por supuesto, llega demasiado tarde. Además, éste lunes por la mañana se colapsó el sistema informático que gestionaba su distribución.
No obstante, de las 14 millones que se repartirán, la primera partida será tan solo de 1,5 millones. Este lunes tan solo se repartieron 200.000. Estas mascarillas solo sirven para aquella gente que tenga el virus no contagie a otros y no sirven para evitar el contagio. No solo que Salut llega dos meses tarde, al igual que su homólogo español, sino que de la misma forma reparte la mascarilla más ineficaz.
El capitalismo es capitalismo haya covid o no. El gobierno capitalista, aunque se autodenomine “de progreso”, sigue siendo capitalista. Desde inicio de año se está dando una fuerte especulación (no solo dentro del Estado español). Y, como tal, el gobierno lo está dejando correr. Quizás hago algo para mayo (del año que viene).
Solo con fuertes medidas anticapitalistas se puede parar la especulación y comenzar a resolver la falta de insumos sanitarios entre la población y los trabajadores que luchan en primera fila contra el virus. Hay que requisar todas las existencias de mascarillas, guantes, etc. Y, gestionar su distribución a través de comités de trabajadores y de usuarios de hospitales, en especial de familiares de pacientes con Covid-19.
Así, sí se puede. Como hacen Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, no podemos.
