Este miércoles el Estado Español amaneció con aires de pasado y represión. A las 00:00 de la noche la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como Ley Mordaza, entraba en vigor. Una de las leyes más represivas promulgadas en el Estado Español desde la dictadura franquista.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Jueves 2 de julio de 2015
Fotografía: LID / Diego Lotito
La nueva Ley, que viene acompañada de una nueva reforma del Código Penal, es un ataque directo a las libertades democráticas del pueblo trabajador y de los jóvenes que enfrentan las políticas de austeridad y represión que lleva adelante el ejecutivo.
La nueva legislación cuenta con un total de 45 nuevas infracciones, con multas que van desde los 100 euros hasta los 600.000 euros.
La Ley Mordaza y la reforma del Código Penal son las dos nuevas patas sobre las que se sustenta el ataque represivo iniciado por el Gobierno de Mariano Rajoy. Pero van a contar desde el primer minuto de su andadura con una sombra, con un eco incansable que las va a acompañar hasta verlas desaparecer; la desobediencia.
Desde su entrada en vigor, las acciones de protesta se fueron sucediendo en diferentes puntos del Estado, destacando la concentración frente al Congreso de los Diputados en Madrid. En todas las concentraciones, la rabia y la simbología de los participantes hacían patente el rechazo frontal que despierta esta ley entre los trabajadores y la juventud, así como la voluntad inequívoca de derribarla. En las diferentes concentraciones se recordaban a luchadores como Alfon, hoy en prisión condenado a cuatro años tras un montaje policial, a los anarquistas detenidos en la “Operación Piñata” y a la gran cantidad de luchadoras y luchadores obreros que por su participación en las huelga generales y luchas en sus empresas han sido sentados en el banquillo.
A medida que avanzan las horas se suceden las manifestaciones de repulsa y se van conociendo a su vez más detalles de la implantación práctica de esta nueva ley, sobre todo para aquellos que van a ser su aplicadores; las fuerzas represivas del Estado. Después de conocer, ya con el anteproyecto de Ley, que éstos iban a contar con el poder y legitimidad suficiente para imponer las sanciones (eliminando así la vía penal y dando carta blanca a la vía administrativa), este miércoles se han conocido las nuevas órdenes que el Ministerio del Interior ha enviado de forma interna a los cuerpos policiales.
Esta misiva interna cuenta con una serie de directrices a seguir por los agentes, donde se incluyen algunas como la posibilidad de retener hasta 6 horas en comisaria a un individuo que se haya negado a identificarse en la calle. Del mismo modo establece las pautas a seguir con los cacheos preventivos.
Este último aspecto, el relativo a los cacheos preventivos, fue puesto en duda hasta por el propio Consejo General del Poder Judicial, institución poco sospechosa de ser mínimamente progresiva. Del mismo modo que el CGPJ, han sido muchas las instituciones (españolas e internacionales) que en los últimos meses han puesto en tela de juicio la excesiva ambigüedad del texto, incluida la ONU y Amnistía internacional. Por no mencionar las indudables restricciones de derechos.
La Ley Mordaza se presenta como una de las últimas acciones antidemocráticas de un gobierno en retirada, vilipendiado por la población por su corrupción congénita, su vocación represiva y por hacer sido un aplicador serial de ajustes contra los trabajadores y el pueblo.