La revolución cubana marcó la política del siglo XX y su onda expansiva impulsó la formación de alternativas políticas de izquierda críticas de la hegemonía soviética así como también reactualizó el debate en torno a la revolución permanente de Trotsky

Álvaro Pérez Jorquera Profesor de Historia y Geografía, historiador y músico
Domingo 27 de noviembre de 2016
En plena Guerra Fría y a pocos kilómetros de los Estados Unidos, triunfaba en 1959 la revolución cubana contra la dictadura de Fulgencio Batista, gobierno títere del imperialismo norteamericano que ejercía una fuerte influencia en la isla desde su independencia de España en 1902.
La gran particularidad de este proceso no sólo radica en ser la única revolución triunfante de Latinoamérica, si no en mostrar vívidamente elementos centrales de la revolución permanente, negados por el stalinismo soviético y los Partidos Comunistas alrededor del mundo.
El significado de la revolución cubana.
La burocracia soviética, liderada por Nikita Kruschev, había realizado un importante giro político que reafirmaba la teoría del socialismo en un solo país de stalinista, implementando la llamada “coexistencia pacífica” con el imperialismo norteamericano, continuando así ahora de manera abierta la política de colaboración de clases de Stalin. Junto con ello, reflotó el viejo planteamiento de la revolución por etapas según el cual los países atrasados debían pasar forzosamente por una república burguesa antes de iniciar el camino a una revolución socialista, bajo la cual justificaba las alianzas de los partidos comunistas con las burguesías nacionales y alentaba incluso la idea de una vía pacífica al socialismo. Fue esto lo que llevó al Partido Comunista Cubano a rechazar en un primer momento el proceso revolucionario calificándolo de “ultraizquierdismo pequeñoburgués”.
Sin embargo no fue nada más alejado de la realidad. En primer lugar, porque el proceso revolucionario se materializó por la vía de las armas, y además porque el empuje de la movilización de las masas no sólo derribó a la dictadura de Batista, sino que sobrepasó al propio programa democrático del Movimiento 26 de Julio pues para poder cumplir la promesa de tierra para todos se tuvo que enfrentar inmediatamente a los intereses imperialistas en la isla. Así, presionado por el empuje de las masas, el Movimiento 26 de Julio tuvo que avanzar a la expropiación de los intereses norteamericanos, proclamar el carácter socialista de la revolución y aliarse con el PC cubano, rompiendo con la teoría etapista y pasando directamente a la instauración de un estado obrero y reforzando la afirmación que hiciera Trotsky en su articulo ¿Qué es la revolución permanente?
“La revolución democrática se transforma directamente en socialista, convirtiéndose con ello en permanente. (…) En esto consiste el carácter permanente de la revolución socialista como tal, independientemente del hecho de que se trate de un país atrasado, que haya realizado ayer todavía su transformación democrática, o de un viejo país capitalista que haya pasado por una larga época de democracia y parlamentarismo”
Así, los guerrilleros recién en el poder vieron lo frágil de su situación al correr el riesgo de perder el control del empuje de las masas si no eran capaces de cumplir con su programa, obligándolos a romper de esta manera tanto con el imperialismo como con la burguesía nacional asociada a éste, rompiendo de esta forma con el segundo principio de la “coexistencia pacífica”, la colaboración de clases en países atrasados, y avanzando en la expropiación de tierras, empresas y servicios para poder mantenerse al frente del movimiento de masas, cuestión que también había sido enunciado por Trotsky cuando explicó su teoría:
“Ni una sola de la tareas de la revolución burguesa puede realizarse en los países atrasados bajo la dirección de la burguesía nacional, porque ésta, desde sus nacimiento, surge con apoyo foráneo como clase ajena u hostil al pueblo. Cada etapa de sus desarrollo la liga mas estrechamente al capital financiero foráneo del cual es, en esencia, agente.”
El carácter de la revolución cubana atentó entonces en esencia, toda la política impulsada por el bloque soviético y su influencia posibilitó que grandes franjas, especialmente de la juventud, criticaran desde la izquierda el actuar de los partidos comunistas e incluso impulsaran nuevas alternativas políticas, como es el caso de los partidos guerrilleros.
La revolución y sus métodos
La ola expansiva de la revolución cubana no sólo remeció a los partidos comunistas, sino que a toda la izquierda, incluyendo al trotskismo, que saludó inmediatamente el proceso y al naciente estado obrero cubano.
Sin embargo, también planteó sus diferencias. Según Ernesto “Che” Guevara, el ejemplo de la revolución cubana había dejado 3 lecciones fundamentales:
“Consideramos las tres aportaciones fundamentales hizo la Revolución Cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América; son ellas: 1° Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejercito. 2° No siempre hay que esperar a que se den las condiciones para la revolución, el foco insurreccional puede crearlas. 3° En la América subdesarrollada, el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente el campo”
Estos formaron los principios fundamentales de las guerrillas latinoamericanas, que formaron partidos militarizados e intentaron abrir focos por todo el continente, empeño donde el mismo Guevara perdió la vida.
Esto sin embargo, sobredimensiona la capacidad de las guerrillas irregulares, y subestima la de las masas, sin las cuales no hubiese habido victoria posible, pues fue la huelga general de la ciudad de Santiago la que dio el golpe decisivo a la dictadura de Batista, y además coloca como al principal sujeto revolucionario a la figura del guerrillero, quien por medio de su acción realizaría la revolución para las masas, transformándolas en un mero apoyo pasivo desde donde reclutar otros guerrilleros.
Es en base a este sustitucionismo y al control del aparato del ejército que se funda el estado cubano como un estado burocrático que le niega todo poder de decisión a las masas trabajadoras y oprimidas, las cuales inmersas en un régimen de partido único quedan sin posibilidad de ver representados sus intereses.
Esta situación es la que ha allanado el camino a la restauración capitalista en Cuba, mismo camino seguido por la burocracia stalinista de la Unión Soviética dónde los antiguos funcionarios, la burocracia de ayer, se terminaron transformando en los capitalistas de hoy apropiándose de los restos del estado soviético.
El curso actual de restauración capitalista en Cuba, bajo el cual se reestablecieron las relaciones con el imperialismo norteamericano, se reintrodujo la lógica de oferta y demanda laboral capitalista arrojando a buena parte de los trabajadores a la inestabilidad, la introducción de una segunda moneda especial para turistas y el recorte de beneficios a las masas, fue impuesto sin ninguna oposición por Raúl Castro con la venia de Fidel, afectando principalmente al pueblo cubano.
Por ello se actualiza la necesidad de una revolución política en Cuba que defienda las conquistas de la revolución de 1959, que acabe con los beneficios de la burocracia y el ejército y entregue el real poder de decisión a los organismos de democracia directa de las masas trabajadoras y explotadas de Cuba para que el destino de la revolución responda a sus necesidades e intereses.