Elecciones SNTE. La sección 60 del IPN se alista para la elección de nueva directiva

El día de hoy, 14 de junio, se llevan a cabo las elecciones para renovar las directivas de las secciones 9, 10, 11 y 60 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la Ciudad de México. Entre ellas destaca la 60 del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que es la única que pertenece a la educación superior, no por eso esta disociada del resto del proceso electoral.

Por el contrario, necesita estar ampliamente involucrada, en especial cuando a sus compañeros de la sección 9 de la planilla Roja, ligada a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se les negó el registro, favoreciendo a los líderes “charros” que dominan esa sección.
A pesar de que la Ley general del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) no aplica para trabajadores del IPN, como el resto de sus compañeros afiliados al SNTE, si están sujetos a la Ley General de Educación Superior (LGES), que, en esencia, presenta el mismo ataque, pero dirigido a la educación superior. El USICAMM y la LGES son parte de la misma política educativa neoliberal, en donde las burocracias sindicales son cómplices de su aplicación ya sea por acción o por omisión. Es por ello que la unidad entre trabajadores no debe quedarse sólo entre colegas de nivel básico, sino también se debe dirigir a las trabajadoras y trabajadores de nivel medio y superior.

Las luchas de los trabajadores universitarios contra la precarización

Desde hace años, los docentes del IPN han denunciado las condiciones de precarización a las que los tienen sometidos, pues son discriminados en la repartición en vales de despensa, mientras son presa bajos salarios, inestabilidad laboral, pocas prestaciones sociales, etc. Durante años, la burocracia que encabeza el SNTE en la sección 60 ha dejado pasar estos ataques en contra de las y los profesores. Es por eso que, existe la necesidad de luchar en unidad con el resto de las y los trabajadores de la educación de todos los niveles.

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Esto implica también la lucha unitaria con los trabajadores de la educación superior de las demás instituciones universitarias, quienes también son blanco de la precarización laboral y en donde han surgido luchas, como es el caso de los docentes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) quienes recientemente llevaron adelante una lucha contra el sindicato blanco, Asociación Autónoma del Personal Académico de la UNAM (AAPAUNAM), por la no legitimación de su Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) que no representa a las y los docentes.

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Otro caso es el de los trabajadores de la UACM, quienes han luchado por la legitimación del CCT de cual es titular el SUTUACM para no perder sus derechos. En este proceso también están involucrados los profesores de asignatura, quienes se encuentran por fuera de ese CCT y cuya basificación es una tarea pendiente para el Comité Ejecutivo de dicho sindicato. Igualmente, los trabajadores de la Universidad de Sonora (Unison) recientemente sostuvieron una huelga por mejorar sus condiciones de trabajado, al igual que el Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior de la CDMX (SUTIEMS), por quienes también es necesario alzar la voz.

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Una salida independiente y en unidad

Con todo esto queda claro, que existe la necesidad de la unidad de los diversos sectores de trabajadores que componen a la educación, quienes para vencer necesitan organizarse unidos, ya sea que lo hagan en asambleas o comités, para que las demandas de todos converjan en una lucha con demandas comunes, por defender sus condiciones laborales, la impartición de la educación pública y por recuperar sus organizaciones de manos de la burocracia sindical. Todo esto es necesario para que tanto los trabajadores sindicalizados mejores sus condiciones de trabajo, así como que los no sindicalizados puedan acceder a esos derechos, así como para que las y los estudiantes puedan contar con más y mejores condiciones de estudio.

Lograr esto requerirá de la movilización con independencia organizativa y política del Estado y sus instituciones, y para eso se necesita dejar de depositar la confianza en las mesas de negociación con el gobierno, y empezar confiar en la fuerza organizada de las y los trabajadores, que solo con la lucha pueden hacer valer sus demandas y obligar a las autoridades a cumplir. De lo contrario, estas siempre buscarán dar largas o quitar con la mano derecha, el doble de lo que dan con la izquierda, como han hecho desde que llegaron.

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