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Red Internacional
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OPINIÓN. La semana que sacudió al alperovichismo

La detención de José López fue una oportunidad para distanciarse del kirchnerismo, aunque sus implicancias políticas no terminan allí.

Maximiliano Olivera @maxiolivera77

Miércoles 22 de junio de 2016

La detención de José López el pasado martes 14 pateó el tablero político nacional, especialmente al interior del kirchnerismo, y las réplicas no tardaron en llegar a la provincia del ex secretario de Obras Públicas.

La primera medida del peronismo local fue apartarlo del Consejo del PJ, donde López tenía la vicepresidencia segunda, es decir, el tercer lugar en la línea de conducción. Allí comenzó el “operativo despegue” que tuvo un primer titubeo de Juan Manzur al afirmar que a López solo lo conocía “de la campaña”.

Si la posición del kirchnerismo a nivel nacional fue despegar al “proyecto” de la figura de López y señalarlo como un caso individual, en el caso del peronismo tucumano fue despegarse directamente de “la pesada herencia” del kirchnerismo.

El propio José Alperovich lo remarcó. Primero señaló que fue Cristina Fernández quien le pidió que López ocupe un lugar en la lista de candidatos al Parlasur por Tucumán.

Luego fue más a fondo. El ex gobernador afirmó que ya no es kirchnerista y que en todo caso nunca lo fue. Blanqueó su mala relación con Cristina Fernández, y que solo apoyó a las presidencias kirchneristas a cambio de obras y recursos. Como si no fueran suficientes definiciones, contó que estuvo varias veces reunido con Sergio Massa, a quien le dijo que “tiene que ir por el PJ”.

Luego de una visita fugaz de Macri para el Congreso Eucarístico –con cara de pocos amigos–, Manzur continuó con esta línea. En una entrevista con Jorge Lanta afirmó que el kirchnerismo “es una etapa, ya pasó, ahora tenemos que buscar propuestas superadoras”. Y agregó: “En el PJ, quien lo conduce (José Luis Gioja), va a tener la fortaleza de generar, junto a personas de bien, una nueva propuesta”. Declaraciones de igual tono repitió, permitiéndose un ¿lapsus? y referirse a Alperovich como “el gobernador”.

El núcleo duro del kirchnerismo provincial también intervino. El diputado camporista Marcelo Santillán lo cruzó al senador: “Alperovich miente. Él quería a José López de diputado nacional. Tanta era la estima entre ellos que Alperovich lo puso en el PJ de Tucumán”. La relación de López con La Cámpora fue inmortalizada en una fotografía que volvió a circular estos días, donde referentes provinciales, como Santillán, alzaban los dedos en V junto a un López que decía postularse para gobernador.

Esta corriente tendrá como desafío hacerse un lugar en el peronismo sin contar con un fuerte poder territorial propio ni los contactos y beneficios de una línea con el gobierno nacional. Avatares de una corriente que siempre llegó “desde arriba” a bancas en Diputados, puestos en dependencias estatales y hasta en la UNT.

Para Alperovich y el alperovichismo si algo bueno puede sacar del caso López es dejar de responder por el kirchnerismo y velar mejor por sus intereses particulares. Así están más libres para cuando se abra el juego por el destino del peronismo nacional.

Pero también hay un mensaje para la Casa Rosada, o, mejor dicho, para sus personeros provinciales. Tanto Alperovich como Manzur manifiestan su malestar ante la desigualdad en la distribución de recursos y obra pública (“algo que no pasaba con López”, le falta decir). Suena como un reproche, si se tiene en cuenta los votos que Alperovich y su cuñada, Beatriz Mirkin, dieron en la cámara alta a los proyecto de Cambiemos que partieron al bloque del Frente para la Victoria. Aunque también es una afrenta a José Cano, quien como titular del Plan Belgrano solo puede mostrar promesas sin siquiera un primer plazo para las obras. Entre quienes esperan también se encuentran los empresarios de la construcción, los que trataron con López, aunque ahora digan que con “desagrado”.

Cómo continuará el alperovichismo piloteando esta especie de “tormenta perfecta” depende de la suerte de López. Unas quince empresas constructoras, tucumanas o de afuera, están en la mira de una investigación judicial por el pago de sobreprecios y coimas. Todas ellas actuaron durante el “boom de la construcción” de la larga década alperovichista. Ahí no bastará con decir: “no, no lo conozco”.

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