×
×
Red Internacional
lid bot

Tribuna Abierta. La subjetividad al palo

En días de debate acerca del machismo, la violencia y el aborto por los dichos de Cordera y el caso de Belén presa por un aborto espontáneo: la subjetividad al palo.

Sábado 13 de agosto de 2016

Días pasados, al regresar del centro hacia provincia sobre la colectora de 197 y panamericana, sentido a capital, diviso un cartel gigante luminoso con la siguiente leyenda “Tengo cuatro semanas, tengo derecho a vivir” acompañado por la imagen de un feto, al suponer de cuatro semanas de gestación.

Este cartel muestra como el uso de los espacios públicos se encuentran en una delgada línea entre una opinión a priori inocua, pero que esconde un pensamiento sexista y que atenta contra la libertad de las mujeres.

No tiene firma alguna, pero claramente quien o quienes hicieron uso de ese espacio cuenta con el dinero suficiente para disponerlo en esa morbosa exposición. Que tras el velo del anonimato, pretende ser un llamado de reflexión a cierto sector social que considera que el derecho a un aborto en condiciones de salubridad y dentro de un marco legal es aberrante.

Sin embargo si se profundiza sobre el punto antedicho, nos encontramos con un problema que tiene múltiples aristas y una raíz tan profunda que involucra a los lazos sociales en su conjunto.

No es algo nuevo para quienes trabajan en los centros de salud o en los sectores de menores recursos el alto índice de mujeres muertas por causa de un aborto ilegal con nulas garantías de vida, una de las preguntas que cabe hacer ante esta realidad es ¿que empuja a las mujeres a tomar esa decisión?.

Pensar que lo hacen por comodidad o falta de responsabilidad, es un lugar común, los sectores de la sociedad que se empeñan en levantar las banderas de la penalización y criminalización de la mujer ocultan el problema de fondo que son las relaciones violentas que se repiten tras las historias de mujeres ultrajadas.

El caso de Romina Tejerina, la joven jujeña, irrumpió como una bomba, que detonaba los valores éticos de la sociedad. Los medios masivos de comunicación por junio de 1983, se engrosaban con innumerables crónicas que condenaban la decisión de aquella joven quien producto de una violación decidió en medio de un episodio psicótico terminar con la vida la aquella criatura.

Esta es solo una muestra de cómo desde los medios hegemónicos se construye la opinión pública. La sociedad en su conjunto se estremecía ante la crónica, de Romina. Y por supuesto la condenó mucho antes que la justicia hiciera su parte.
Pero la historia se repite una vez más, hoy es Belén quien ocupa el lugar que otrora ocupase Romina, solo por mencionar dos de los casos que han sido de los más difundidos. Al igual que la joven de Jujuy en esta oportunidad Belén, es víctima de la criminalización hacia la mujer.

El desafío está en profundizar en las causas que ponen a las mujeres en el lugar de victimarias y asesinas. Como se planteó al inicio de la presente reflexión, el uso de los espacios públicos en función de manipular desde la subjetividad la opinión pública es constante y busca generar la idea de que las mujeres no tienen derecho alguno sobre su cuerpo.

El desafío va más allá de juzgar el aborto en sí mismo, ya que no es más que el epilogo de una penosa realidad. El capítulo final de historias que se multiplican y en su mayoría presentan situaciones de abuso y se relaciones asimétricas. Las intensivas trabas que se ponen a la implementación de una Educación Sexual Integral son un claro ejemplo que la cadena se corta por su eslabón más débil. Las mujeres de bajos recursos. Un Estado que no se decide hacer cumplir la ley sobre E.S.I, no hace otra cosa que apoyar a los sectores más conservadores que se niegan a otorgar una mejor calidad educativa

Y como sobre llovido mojado sobre esta línea, se encuadran las desafortunadas declaraciones del ex cantante de la Bersuit Vergarabat, Gustavo Cordera, quien aseguró con total soltura en el marco de una entrevista de estudiantes de periodismo que: “hay mujeres que para tengan sexo hay que violarlas” entre un conjunto de exabruptos dejaron en evidencia en que línea de pensamiento se ubica el personaje mencionado.

Pensamiento que se encuentra vivo en el sector social que exige una vuelta a valores morales, donde el silencio y el ocultamiento era el gran protagonista. Desnudando años de desigualdad entre mujeres según el lugar que ocupen dentro de la escala social.

Debatir y poner en relieve dichas situaciones son el camino para poner a las mujeres a la cabeza de una lucha que se presenta como necesaria y sobre todo urgente.