El que fuera la apuesta del progresismo en la interna del Frente para la Victoria de las elecciones del 2015 se quitó la careta y al descubierto no quedó más que una lisa, llana y sincera homofobia según la revista Noticias.
Viernes 27 de enero de 2017
“No me voy a hacer puto de grande”, espetó Florencio Randazzo ante la supuesta oferta de Monzó para a las filas del PRO a los heridos por la interna peronista luego de la derrota de Scioli. La nota de Juan Luis González para la revista Noticias generò polémica.
A la interna peronista, que no escatima en carpetazos, audios privados y declaraciones cruzadas, Randazzo le suma una dosis de homofobia: los hombres como Randazzo no se venden, porque venderse es cosa de putos.
Al ex ministro del gobierno de Cristina Fernández se lo notó ofuscado ante semejantes rumores. Y para expresar su rechazo y aborrecimiento apuntó sus cañones contra los homosexuales.
La prédica del que fuera la apuesta del progresismo kirchnerista contra la homosexualidad, además de insólito - ¿qué tiene que ver los putos con esto?-, verbaliza una violencia simbólica que tiene su correlato en una violencia material, que a pesar de los avances en materia de derechos civiles de la comunidad LGTB, se vive día a día en la calle, en los trabajos y en la familia.
El 70% de los estudiantes LGTB sufren discriminación. Las tasas de suicidio entre adolescentes homosexuales siguen siendo mayor que la media. Ni hablar de la situación de estigmatización y violencia a la que se ven expuesta la comunidad transexual.
Mientras en la televisión y radio, en horarios prime time, se repiten epítetos, burlas, sornas y ridiculizaciones de lo más estereotipadas contra lesbianas, gays y transexuales. En este medio hemos recogido y criticado muchas de ellas. Para eso no bastan los guiños “gay friendly” de los gobiernos porque la homofobia, como lo expresa vulgarmente Randazzo, está enquistada en muchos de sus funcionarios, por más liturgia progresista con la que se quieran adornar.