Ante la eventualidad de una quinta elección en Israel y luego de dos años y medio de crisis política, el líder derechista Naftali Bennet aceptó formar parte de una coalición de Gobierno con Yair Lapid.

La Izquierda Diario @izquierdadiario
Domingo 30 de mayo de 2021 16:47
En un discurso breve el líder del partido de derecha Yamina, Naftali Bennett, anunció este domingo que formará un gobierno de unidad con el líder del centroderechista Yesh Atid, Yair Lapid. Esto desplazaría al actual Primer Ministro del Likud, Benjamin Netanyahu, a quien Bennett acusó de llevar a Israel al “suicidio”.
Bennett invitó a las partes a mostrar moderación en el logro de sus objetivos. Dijo que ir a elecciones adicionales colapsaría al país y, en cambio, decidió "detener la locura" resaltando que "Las únicas opciones son el gobierno de unidad o las elecciones (...) los que dicen que es posible un gobierno de derecha están mintiendo".
Además, dio un claro mensaje al pueblo palestino definiendo que "Tenemos líneas rojas y no las cruzaremos. No cederemos territorio ni dañaremos la identidad judía del Estado de Israel".
La coalición que preparan Bennett y Lapid, llamada "bloque del cambio" abarcaría partidos de derecha (el movimiento Yamina, Yisrael Beytenu y Nueva Esperanza), de centro (Yesh Atid, la coalición Azul y Blanco), los laboristas (Meretz). Además, contaría con el apoyo indirecto de la Lista Árabe Unida, cuyos partidos acordaron no votar en contra de Bennett. Un acto verdaderamente repudiable a pocas semanas de los cruentos bombardeos a Gaza y la represión en Cisjordania y Jerusalén oriental por parte del Ejército israelí.
En definitiva, un Gobierno de unidad que buscaría sacar a Israel de dos años y medio de crisis política que pasó por 4 elecciones sin poder acordar un nuevo primer ministro. El acuerdo establece que Bennett se desempeñaría primero como primer ministro hasta septiembre de 2023, después de lo cual Lapid asumiría el cargo hasta que finalice el mandato en noviembre de 2025.
De funcionar esta coalición, ya que fuentes de Yamina dijeron que todavía hay algunas disputas con Yesh Atid que siguen sin resolverse, Netanyahu sería desplazado del gobierno y deberá enfrentar varios juicios por corrupción de los que viene escapando gracias a la inmunidad diplomática que otorga su cargo.
Los acuerdos finales de la coalición se firmarían antes del lunes para ser presentados ante el Knesset (parlamento israelí). La ceremonia de investidura podría tener lugar el miércoles, pero legalmente, una vez que Lapid comunique al presidente Reuven Rivlin que puede formar gobierno, tiene una semana para llevar el gobierno a un voto de confianza en la Knesset.
De esta manera, el Likud, con Netanyahu a la cabeza, dejaría de ser parte del Gobierno de Israel luego de décadas. Sin embargo, esto no significa un cambio para los palestinos que sufren sistemáticamente la limpieza étnica y la vida en los guetos en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, ni tampoco para los judíos que viven la precarización de la vida y que se han manifestado reiteradas veces. En este sentido, la derecha más dura asciende al Gobierno de Israel de la mano de los partidos de centro y el laborismo, más el apoyo indirecto de partidos árabes con representación parlamentaria.