Mazda es una empresa japonesa. Tiene plantas en México desde 2005. En sus líneas de producción la vida del obrero no vale nada.
Miércoles 1ro de marzo de 2017
Hace un año falleció dentro de la Mazda de Salamanca el trabajador Tadeo David Alaniz Banda. Denuncia el Sindicato Independiente de Mazda de México que su familia no recibe ninguna ayuda de la empresa. Tadeo trabajaba en el área de estampado. Sus familiares y amigos convocaron a una misa que se celebró el sábado 25 a las 5:00 de la tarde en el Templo de San Agustín.
Tadeo tenía 31 años, un año más de quien escribe estas líneas, y mientras trabajaba en pésimas condiciones de seguridad un rollo metálico de un peso de 8 toneladas le cayó encima y murió. Su muerte generó un par de notas: revisiones de la Secretaria de Seguridad Pública a la empresa y se realizaron tres misas.
El director de Mazda, Keishi Egawa visitó la casa de los familiares de Tadeo, prometió ayuda y expresó sus “condolencias”. A un año del acontecimiento, los amigos de Tadeo han denunciado en que la familia del compañero no ha recibido apoyo de parte de la Central de Trabajadores de México, ni de la empresa, todo quedó “solo en promesas de velorio y sólo han pagado los servicios de la funeraria después de 10 meses, dejando en el olvido otros apoyos que les prometieron tanto la empresa como el sindicato de la #CTM.”
La vida del obrero en el capitalismo no vale nada. Tadeo murió aplastado al interior de la empresa y esta pagaría unos 48 meses de salario por concepto de seguro de vida a los familiares de la víctima y serían apoyados con los gastos funerarios. La crueldad capitalista: cuesta más un auto Mazda. En una nota del 2016 se dice “Muerte a Mazda no le cuesta ni lo de un auto” y es que el salario de un operador es de 4 mil al mes. Mazda pagó por el accidente de trabajo y la vida de Tadeo: 288 mil pesos.
Un automóvil 2016 Mazda CX-3 se cotiza desde 334 mil 900 pesos: la vida del obrero en unos 50 mil pesos menos. Los trabajadores no valemos nada para el sistema capitalista. Confirma lo que Karl Marx escribió en 1848, junto a Federico Engels, en el Manifiesto Comunista “El proletariado, la capa más baja y oprimida de la sociedad actual, no puede levantarse, incorporarse, sin hacer saltar, hecho añicos desde los cimientos hasta el remate, todo ese edificio que forma la sociedad oficial.”
El desprecio de los patrones a la vida del obrero es indignante, un motivo para construir una organización que luche para la transformación radical de la sociedad y buscar un mundo enteramente nuevo, y que no se limite a querer reformar el sistema de valores dominante.
Las cifras de Mazda
Mazda produce, según su director en México Miguel Barbeyto, en Salamanca, Guanajuato unos 180 mil unidades de sus modelos Mazda 2 y 3 auto de lujo por año. También produce unos 50 mil del Toyota Yaris R que en Estados Unidos es el Scion iA.
Desde 2011 la firma japonesa “relocalizó” su producción para abaratar los costos de la producción. Se fue a la periferia del capitalismo moderno: México, China, Malasia, Tailandia y decidió así abastecer las peticiones de importación de Estados Unidos y Europa.
La oferta de México, China, Malasia y Tailandia para la Mazda es el bajo costo de la fuerza de trabajo. También la superexplotación. En México la instalación del cluster de Mazda comenzó con la producción de 140 mil unidades, y llegó a 230 mil en 2016. Casi un aumento de 90 mil por 9 años. La plantilla laboral es de 5,400 trabajadores.
La trasnacional en México reportó en 2013 un 202% de ganancias. En medio de la “Guerra contra el narco” en el que fueron ejecutados más de 100 mil personas en México se producían más autos que en Francia e Irlanda juntos. Las ganancias extraordinarias suponen en 2013 unos 77.416 millones de yenes unos 565 millones de euros al cambio actual.
Alrededor de 95% de esta producción se fue para el mercado de exportación. Según su director en México se mantendrá a pesar de la renegociación del Tratado de Libre Comercio: “La operación de manufactura de Mazda se mantendrá, porque le apostamos a México. Estados Unidos no es el único país al que se puede exportar, también enviamos vehículos a Canadá, Europa y Centroamérica".
Los trabajadores debemos construir organizaciones sindicales democráticas, de base, combativas, contra el charrismo de la CTM que pelen por nuestros intereses y al servicio de la clase trabajadora. Una organización política y revolucionaria de la clase obrera tiene que tomar en sus manos luchar por eso.