La nueva reforma laboral implicó una serie de cambios que la presentan como avanzada en lo correspondiente a la democracia sindical.
Martes 2 de agosto de 2022
La nueva reforma laboral ha traído consigo una serie de cambios que aparentan mostrarla como una reforma avanzada en lo correspondiente a la democracia sindical. Anunciada con bombo y platillo como la era del nuevo sindicalismo, se ha convertido en el dolor de cabeza de la Confederación de Trabajadores de México arrebatándoles algunos bastiones sumamente importantes en el país, como la General Motors Silao o la Nissan Aguascalientes. Pero ¿cuál ha sido el cambio para las y los trabajadores en Nissan?
Los cambios acerca de las nuevas reformas federales encaminadas a la libertad sindical las emplean todas estas confederaciones o federaciones ya formadas por los mismos actores charros con definiciones políticas propias y sin el objetivo primordial de la defensa de los derechos de los trabajadores y la repartición justa del enriquecimiento de las empresas, como la CATEM dirigida por el ex cetemista Pedro Haces.
Es obvio que existe un vacío de liderazgo enfocado a la protección de sus intereses. Más allá de pedir el voto, no informan a la base de nada; han seguido con la política cetemista pero de una manera aparentemente "democrática" al llamar al voto, mismo que, hasta el momento, solo se ha solicitado para la legitimación del CCT o para decidir qué sindicato lo ostenta.
Hoy en día, la toma de decisiones inconscientes por parte de la misma base nos lleva a esos círculos de retroceso sistemático sin que las luchas sindicales sean todo menos luchas sindicales; la falta de liderazgos colectivos nacidos desde el seno de la base y con conocimiento de causa hoy día e históricamente siguen haciendo mucha falta.
Las instituciones creadas se vuelven al servicio del sistema controlado por los grandes millonarios y los políticos, ya que se adhieren al interés de los sistemas de producción. Esto es precisamente lo que pasó con el “cambio” sindical en Nissan. Estas instituciones cambiaron de nombre pero siguen representando los mismos intereses.
En Aguascalientes después de un proceso de autoorganización de intento de movimiento obrero puro y sin injerencia de terceros o con ideas sistemáticas, después de cuatro años llega un actor con el ofrecimiento de un cambio a favor de la clase obrera, pero con los mismos actores alineados al empresariado: la CATEM. Con los mismos resultados raquíticos y sin una identidad clara por parte de la mayoría de los trabajadores.
Las y los trabajadores no participan en la vida sindical, ni se les permite la autoorganización, nadie conoce a Pedro Haces ni a los dirigentes.
En las negociaciones salariales se logró un 7% de aumento salarial, la CATEM lo vende como un aumento histórico, sin mencionar que la inflación cerró al 7.99 el mes pasado y que a pesar que los años anteriores nunca estuvimos por encima de la inflación; nunca ha sido un parámetro para la negociación salarial, cuando debería de ser el margen mínimo que los trabajadores deberíamos de exigir en las negociaciones. El salario debe aumentar al mismo nivel que la inflación.
En Aguascalientes no ha existido un avance claro hacia las demandas que los trabajadores expusimos en aquel lejano 2018. Existimos trabajadores de base enfocados a la protección y dirigidos única y exclusivamente a las necesidades de la base trabajadora.
Esto es un llamado a toda la clase obrera, no solo de Nissan, sino de toda la industria, que entienda que los cambios deben ser conscientemente y no por decisiones tomadas sin reflexión alguna, solo porque queremos un cambio, es importante prepararnos, saber que la política y nuestro sindicato nos pertenecen, que no nos intimiden licenciados, contadores y demás administrativos con sus títulos nobiliarios. Debemos recuperar las instancias que ya existen y redirigirlas al objetivo por las cuales fueron creadas, el cambio comienza con nosotros y la organización de la base obrera es tarea de todos.