El ministro “showman” tuvo su propio acto del 9 de Julio. Acompañado por otros ministros del gabinete de Kicillof arengó a la Policía, sin referirse obviamente a la desaparición de Facundo Castro ni a los casos de gatillo fácil y brutalidad policial.
José Muralla @murayeando
Viernes 10 de julio de 2020 13:46
Foto montaje: Berni arengando, junto a todo lo que no dijo
Las constantes apariciones mediáticas del ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni tuvieron otro capítulo este 9 de Julio en La Matanza. Con ese tono pretendidamente marcial - cómo emulando las películas de Hollywood donde el sargento recibe los nuevos reclutas - el ex-carapintada volvió a la carga con su “orden, subordinación y valor”.
Mientras la Bonaerense recibe cada vez mayores cuestionamientos desde quienes defienden los derechos humanos y las libertades democráticas por su participación en casos de gatillo fácil, en la desaparición forzada de Facundo Castro y en variadas formas de criminalización de la pobreza, Berni realiza para ellos una nueva arenga, en las que les agradeció por su “valentía y compromiso”.
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El acto contó con la participación de otros miembros del gabinete de Axel Kicillof. Se desarrolló en La Matanza, lo que no es casual. Este es un distrito donde falta el agua potable a miles de personas, donde crecen los contagios en los lugares de trabajo porque los empresarios hacen lo que quieren, donde las trabajadoras y los trabajadores de la salud reclaman elementos básicos de higiene, pero sus sucesivos gobernantes no hacen más que pedirles a la Gobernación y a la Casa Rosada más policías, gendarmes y hasta el Ejército.
Sin ir más lejos, la campaña electoral del actual intendente Fernando Espinoza tenía entre sus sopts uno específico en el que prometía inundar las calles matanceras con la Gendarmería. Es decir, que para las autoridades del partido más poblado de la provincia de Buenos Aires, las políticas de mano dura de Berni son bien recibidas.
El empoderamiento de las fuerzas y su uso
Con la cuarentena como principal y casi única herramienta para enfrentar la pandemia y el empoderamiento de las diferentes fuerzas represivas del Estado para controlarla, cobraron mayor relevancia personajes de la derecha como Berni, con el aval del gobernador Kicillof, obviamente. Incluso muchos opinan que el ministro ya está en campaña, tanto por sus shows en “cumplimiento del deber” como por la constante aparición en todos los canales televisivos, de ambos lados de “la grieta”.
En su arenga el ministro habló de la “gloria” de ser policía que “surge de las acciones cuando se llevan adelante de las llamas sagradas de la vocación de servicio y se cumplen con la generosidad de estar dispuestos a entregar la vida en el cumplimiento del deber”.
Sin embargo, las vidas que la Bonaerense ha “entregado” no han sido las propias, sino las de varios jóvenes a los que asesinó con su gatillo fácil. Sólo durante la cuarentena se llevaron las vidas de Diego Arzamendia, Alan Maidana y Arturo Iturralde en Berazategui, la de Fernando Leguizamón en Quilmes, la de Brandon Romero en Mar del Plata y la de César Obes en Laferrere. Antes se habían cobrado la de Diego Arias y Fernando Alvarez. Para no hablar de la infinidad de torturas, abusos y demás ataques a la juventud trabajadora y pobre que es moneda corriente en las calles de las ciudades de la provincia.
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También habló sobre el “cumplimiento de la ley”. Algo que sólo exige a trabajadores y sectores populares. Porque cuando la patronal de Penta despidió ilegalmente, la represión fue para los trabajadores. Y para obligar a la población a cumplir la cuarentena han cometido apremios ilegales, torturas y todo tipo de violencias como hemos denunciado incansablemente en estas páginas.
Una de las más brutales fue el caso de Ignacio Seijas, un jóven de 17 años que perdió un ojo luego de que la bonaerense se equivocara de domicilio al realizar un allanamiento en el que disparó perdigones de goma directamente a la cara.
El último caso donde la Bonaerense desplegó toda su brutalidad ocurrió en el “Barrio Aeropuerto” de La Plata. En un operativo ilegal (porque fue realizado durante la noche sin cumplir los protocolos y porque en cuarentena están prohibidos los desalojos) donde cortaron previamente las luces en el barrio y, utilizando balas de goma y plomo y gases lacrimógenos, entraron violentamente a los domicilios para llevarse a 17 personas, haciendo recordar las épocas más oscuras de nuestro país.
Unas semanas atrás, protegidos por la misma oscuridad de la noche, habían desalojado a familias en José León Suárez y luego les prendieron fuego sus hogares.
Desaparición forzada
Pero el caso más preocupante de todos es la desaparición de Facundo Astudillo Castro, cuya principal sospechosa es precisamente la Bonaerense. Recién luego de 70 días en los que los perpetradores pudieron hacer desaparecer todas las pruebas, inventar algunas y fraguar otras Berni se dió por enterado de lo que estaba ocurriendo.
Sergio Berni festejó el #DiaDeLaIndependencia en #LaMatanza con arengas castrenses y felicitaciones a la policía bonaerense. Mientras la familia de Facundo sigue en su búsqueda desesperada#DondeEstaFacundo
— Nathalia Gonzalez (@NathiGonzalezS) July 9, 2020
La presión de la campaña realizada por familiares y amigos, y acompañada por organismos de derechos humanos y organizaciones de izquierda - como los el diputados Nicolás Del Caño y Claudio Dellecarbonara que presentaron un pedido de informes en el Congreso y en la Legislatura, respectivamente, para que el Estado informe sobre el caso con datos y responsabilidades - obligó a que el ministro se haga presente en el lugar donde desapareció el joven. Pero allí no se privó de su “espíritu de cuerpo”, afirmando que “no hay ningún reproche a la actuación policial” ya que “no hay evidencia”.
La respuesta llegó de la mano del abogado de la familia de Facundo, Leandro Aparicio: “que el señor Berni deje de desinformar y de plantear hipótesis que no son. He visto esta situación en otra circunstancia, queremos que aparezca Facundo. Yo no sé qué intereses tienen entre la nación y la provincia. No quiero investigar ocho años como en la causa Solano. No me sorprende lo que podrían hacer los fiscales tampoco”.
Facundo también desapareció del discurso de Berni, donde tampoco aparecieron los muertos, torturados o agredidos por la Bonaerense.
La “defensa de la patria”, la única arenga no cumplida
En otra parte de su alocución, el ministro declaró “hoy no es un día más, es el día de nacimiento de la patria y se construía una nación que uno se podía construir si no estaba impregnado de ese sentimiento nacional”.
Pero no sólo se confundió de día - porque “el nacimiento de la patria” fue el 25 de Mayo de 1810 - porque este jueves se conmemoró la “declaración de la independencia”. Una independencia puesta en cuestión por el Gobierno al que él mismo pertenece, que - como hiciera cada uno de los gobiernos anteriores - es muy obediente con el cumplimiento de las deudas con el capital imperialistas, mientras que la crisis se descarga sobre los trabajadores.
Un “sentimiento nacional” que el propio Berni no defiende, pues en 2014 se mostró como un obediente empleado de la multinacional estadounidense Lear - que había violado todas las leyes laborales del país - reprimiendo a centenares de trabajadores que defendían sus derechos sobre la Panamericana.
Un "showman" peligroso
Si bien a muchos pueden parecerles ridículas las histriónicas pantomimas que despliega constantemente el ministro, con disfraces y todo, no hay mucho de qué reírse. En tiempos de crisis como los que estamos atravesando, surgen este tipo de personajes con su demagogia de derecha populista que proponen “soluciones” efectistas pero que no resuelven los problemas de fondo. Y empeoran la situación de las mayorías, porque la represión y la criminalización de trabajadores, extranjeros y pobres urbanos es la base de su política.
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Gran parte de los medios masivos lo vienen levantando. El Gobierno le concedió su propio acto. Y si bien le plantean alguna diferencia (sobre todo desde el entorno de su “competidora” nacional Sabina Frederic), pese a toda evidencia Kicillof y los suyos lo mantienen en su cargo. El poder del capital está “testeando” al artífice de una salida por derecha. La única manera de enfrentarlos, es construyendo una salida por izquierda.
José Muralla
Nació en Arenales (BA) en 1984. Es licenciado y profesor en Ciencia Política (UBA). Trabaja como docente de nivel medio en CABA y La Matanza. Desde 2007 milita en el PTS. Vive en Lomas del mirador y es parte del staff de La Izquierda Diario de la Zona Oeste del GBA.