En el México del narcotráfico y la militarización, las más afectadas somos las mujeres. Somos nosotras las que sufrimos el recrudecimiento de la violencia feminicida, así como el deterioro de los salarios. Somos nosotras también, las que podemos cambiar radicalmente esta situación y ponerle un alto al a violencia que vivimos a diario.
Miércoles 9 de noviembre de 2016
México es conocido internacionalmente como el país de los feminicidios y la violencia contra las mujeres. La crisis que inició en Ciudad Juárez en 1985 se ha propagado a manera de cáncer social por todo el país, cobrando la vida de más de 44 mil mujeres y niñas en los últimos 30 años.
El recrudecimiento del feminicidio vino acompañado del aumento desmedido de la violencia y la militarización, particularmente desde la declaración de la “Guerra contra el Narcotráfico”. A 10 años de esta guerra las cifras son devastadoras: más de 160 mil asesinados, 25 mil desaparecidos, un millón de desplazados, fosas clandestinas por todo el país y la escalofriante realidad de siete mujeres asesinadas a diario.
Foto: Notimex
México ha sufrido una considerable expansión industrial y de servicios que se profundizó en las últimas décadas, producto de la inversión de capital extranjero y la penetración del imperialismo estadounidense. A este proceso le acompañó la formación de una nueva y joven clase obrera compuesta en buena parte por mujeres jóvenes y trabajadoras, que se incorporaron al trabajo asalariado en condiciones de desigualdad y precarización laboral.
Mientras Miguel Ángel Mancera maneja un discurso “por los derechos de las mujeres”, los gobiernos del PRD en la Ciudad de México han avanzado en la tercerización y la subcontratación laboral, en gremios que son mayoritariamente femeninos como el de intendencia o en los servicios.
Trabajo precario: la otra cara de la violencia machista
Laboramos en condiciones sumamente difíciles: con salarios bajísimos, sin derecho a seguridad social o un sindicato que represente nuestros intereses, sin créditos para la vivienda o fondo de ahorros para la vejez, sin estabilidad laboral, contratadas bajo el modelo de outsourcing o subcontratación. Además de todo, sufrimos acoso sexual por parte de los gerentes o supervisores.
Cumplimos con dobles jornadas laborales: el 96% de las trabajadoras mexicanas divide su tiempo entre el trabajo y las actividades domésticas. El valor del trabajo no remunerado en las labores domésticas y de cuidados equivale al 18% del Producto Interno Bruto en el año 2014, según datos del INEGI.
Somos nosotras las que ocupamos el 70% de los trabajos más precarios. Percibimos salarios de entre el 15 y 20% menos de lo que ganan los hombres por el mismo trabajo. Según datos del INEGI: el 44.1% de las mujeres trabajadoras no tiene un contrato y el 44.7% no cuenta con servicios de salud. Esta situación no sería posible sin la complicidad de las burocracias sindicales, que no mueven un dedo por las mujeres trabajadoras y reproducen las ideologías machistas entre los trabajadores.
Mujeres, las protagonistas de las luchas obreras
Es el trabajo de millones de mujeres el que mueve esta sociedad y su economía y el que a diario genera ganancias multimillonarias para los grandes capitalistas nacionales y extranjeros. Mientras un pequeño grupo de políticos y empresarios concentran opulentas riquezas, cientos de miles tenemos que sobrevivir con salarios miserables que no alcanzan para vivir y mantener a nuestras familias.
Sin embargo, las mujeres no sólo somos las víctimas que promueven la prensa roja y la propaganda institucional. Cuando la situación se hace insostenible, somos las primeras en alzar la voz y salir a luchar. Así lo han demostrado las obreras en Ciudad Juárez que están luchando contra los abusos del patrón en las maquilas del norte; las jornaleras de San Quintín que se rebelaron contra los bajos salarios y el acoso sexual; las maestras en lucha contra la reforma educativa y en defensa de la educación pública para las nuevas generaciones y las trabajadoras de intendencia del IEMS, que están luchando contra el outsourcing y por su basificación.
Rumbo al 25 de noviembre “Día Internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres”, desde la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas te invitamos este próximo sábado 12 de noviembre a las 5 pm al foro: “La violencia y la precarización tienen rostro de mujer”. Esta se realizará en el local del Movimiento de los Trabajadores Socialistas, ubicado en Av. Chapultepec #151 interior 16 a dos cuadras del metro Cuauhtémoc.
Te invitamos a intercambiar y discutir sobre cómo hacerle frente a la violencia machista en nuestros centros de trabajo. Desde Pan y Rosas creemos que es necesario levantar Comisiones de Mujeres en cada fábrica y centro de trabajo, así como exigirle a las direcciones y centrales sindicales levantar las demandas de las mujeres no sólo de manera formal, sino que luchen junto a nosotras contra la violencia machista. Creemos firmemente que las mujeres tenemos el potencial para revolucionario todo y construir una nueva sociedad, libre de violencia y explotación.
De quienes no pedimos ¡exigimos todo! Nuestro derecho al pan y también a las rosas.