Cuando se decide ser madre, una no imagina muchas cosas "laborales". Lo difícil de volver al trabajo en plena lactancia. Una experiencia testigo de millones contada en primera persona.
Lunes 10 de febrero de 2020 23:58
La OMS sugiere dar leche materna de forma exclusiva hasta los 6 meses y luego continuarla con la alimentación complementaria hasta los 2 años, para tener un niño sano, además del calendario de vacunas. Son incontables los beneficios de la leche materna y aún así todavía hay detractores y opinólogos de cuánto tiempo hay que darle la teta a nuestra cría.
En Argentina existe una ley donde las madres trabajadoras lactantes tienen una hora en total en su jornada laboral para amamantar a su hijo, si es que existen juegotecas en el lugar de trabajo, o para hacer una extracción. Esta ley también menciona que “debe haber un sector limpio, cómodo y de uso exclusivo para que las mujeres en período de amamantamiento puedan extraer su leche y conservarla adecuadamente durante la jornada laboral”. Las empresas deben tener esta información y ofrecer lactarios para evitar enfermedades tanto en el bebé como en la madre.
Pero, ¿cómo es la realidad de miles de madres trabajadoras?
¿Quién se prepara su comida preferida o una merienda en el baño? Las mujeres lo hacen todos los días para poder sostener la lactancia de sus bebés.
Hay que sacarse leche cada 3 horas con un extractor, limpiarlo y refrigerar la leche en su lugar de trabajo o estudio para continuar con la lactancia. Y esto debe hacerse en lactarios que deben tener todas las comodidades para esa acción.
En un baño existen los peores olores, se hace en una mala posición, sentada en la tapa de un inodoro que provoca dolores cervicales y también se hace de la manera más incómoda: a veces sosteniendo la puerta para que nadie la habrá mientras se trata de activar la hormona que activa la lactancia materna (oxitocina y prolactina) con fotos del bebé, todo eso produce tal estrés que muchas veces en vez de conseguir una extracción no se logra sacar ni una gota.
Tiene que ser una responsabilidad de todos exigir lactarios en los lugares de trabajo y estudio. En especial en aquellas empresas que esperan que te incorpores a la rutina como si no tuvieras hijos y que no faltes si ellos se enferman o si vos te enfermás por estar separada tantas horas de tu bebé. Y la sociedad también pretende que cries como si no trabajaras.
Licencias de mapadres
La licencia por maternidad es de 3 meses y solo estás con tu bebé, con suerte, unas 8 semanas. Durante los primeros meses de vida el apego es muy grande, el niño no entiende que son dos individuos y que hay que volver al trabajo. Solo se tiene una hora de lactancia, y la jornada empieza hacerse de 8 o 7 horas, ¡con suerte! Claro que se puede recurrir a una licencia extendida por 6 meses más, sin goce de sueldo. Pero en esta época de crisis o de familias múltiples, ¡¿cómo hacer para renunciar a un salario por 6 meses?!
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Las licencias también son mínimas en los padres, entre 3 días y 5 días según el gremio. Si nacieron 2 o si el recién nacido tiene que estar días o semanas en neonatología la madre, en pleno puerperio, se tiene que arreglar sola.
Desde el parto, la mujer se dedica a maternar en soledad y luego al volver al trabajo remunerado lo hace en estas condiciones.
Cuando desde el movimiento feminista decimos “la maternidad será deseada o no será” es porque maternar y criar cuesta muchísimo y está lleno de adversidades, y sin el deseo, esta tarea se vuelve muy difícil y muchas veces nos rendimos y se abandona la lactancia. Debe ser responsabilidad del Estado, de los gremios y centros de estudiantes exigir lactarios en todos los lugares de trabajo y estudio. Desde el movimiento de mujeres seguiremos exigiendo licencias por mapaternidad extendidas e igualitarias.
S., trabajadora y mamá de una niña lactante