Las llamadas “damas de blanco” son un grupo de mujeres del barrio alto, empresarias, artistas, profesionales, que viajaron hace poco al Vaticano y también a varias ciudades dentro de Chile, para hacer acciones contra el aborto.
Natalia Cruces Santiago de Chile
Sábado 19 de septiembre de 2015
En el Te Deum de hoy estas mujeres se manifestaron fuera de la catedral e interpelaron al al diputado Juan Luis Castro, del Partido Socialista, quien preside la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados que acaba de votar el proyecto de aborto en tres causales.
Estas mujeres, autodenominadas como las “damas de blanco” han realizado varias acciones contra el derecho al aborto. Dicen defender la vida, pero en realidad defienden que se realicen abortos clandestinos, que las mujeres tengan secuelas y que puedan ir a la cárcel incluso por aborto. Le quitan a la mujer toda posibilidad de decidir sobre su propio cuerpo, sobre su sexualidad y maternidad. Negando además la realidad de los miles de abortos que se realizan por año y que dejan a la mujer con graves riesgos por la clandestinidad en la que se provocan.
Estas mujeres, hace un tiempo viajaron al Vaticano, para manifestarle al papa su postura, también han hecho algunas acciones frente a La Moneda; su postura reaccionaria y fundamentalista acusa incluso al aborto de ser un “holocausto” y a quiénes los realizan de asesinas. Se asocian y varias pertenecen a fundaciones o asociaciones de derecha, como Chile Unido, Chile es Vida o Comunidad y Justicia, que incluso presentó un recurso de amparo contra la divulgación del libro “Nicolás tiene dos papás” y trabajan también con parlamentarios UDI o RN, los mismos partidos que tuvieron funcionarios en la dictadura y fueron férreos defensores de Pinochet.
Sobran las palabras
Su vocera es María Paz Vial, actriz y directora teatral que hace clases en colegios como Colegio Cumbres, de los Legionarios de Cristo, la conservadora Universidad de Los Andes y otros lugares. Según Vial “Una gran mentira: la maternidad es maravillosa, la virginidad es maravillosa y ser esposa es maravilloso, es alucinante, formar una familia es lo más grande, lo más entretenido, un gran viaje, una estupenda locura. Y lo han transformado en algo esclavizante y horroroso que te aplasta”.
Las casitas del barrio alto
“Y las gentes de las casitas se sonríen y se visitan. Van juntitos al supermarket y todos tienen un televisor. Hay dentistas, comerciantes, latifundistas y traficantes, abogados y rentistas y todos visten polycron (y todos triunfan con prolén). Juegan bridge, toman martini-dry y los niños son rubiecitos y con otros rubiecitos van juntitos al colegio high”, cantaba Víctor Jara.
Las mujeres y hombres del barrio alto defienden sus intereses de clase y su ideología conservadora. Así como rechazan los avances que ha tenido la mujer en la lucha por sus derechos, la conquista de su sexualidad, el placer, la posibilidad de elegir o no libremente la maternidad, defienden también sus intereses de clase. Son los mismos que se oponen a la educación gratuita, a la reforma tributaria y laboral, que no quieren perder sus privilegios de ningún tipo.
El aborto existe y es una realidad que viven día a día miles de mujeres. Con el rechazo al aborto no solo se defiende la ideología conservadora o se sigue imponiendo la moral de la iglesia, sino que también se condena a decenas de miles de mujeres al aborto clandestino.
