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Red Internacional
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A SEIS MESES DEL "AUTOPROCLAMADO" GUAIDÓ. Las amenazas injerencistas de EE. UU. y el cipayismo del Grupo de Lima en Venezuela

Este martes 23 se cumplen seis meses desde que el derechista Juan Guaidó se autoproclamara “presidente interino de Venezuela”, bajo la tutela de Washington. Ha sido el día escogido para que el gobierno imperialista de Trump emitiera nuevas amenazas sobre Venezuela como así también para una nueva reunión del Grupo de Lima, que actúa al compás de la Casa Blanca.

Martes 23 de julio de 2019

El encargado de Latinoamérica en la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone, fue el encargado de lanzar este martes una nueva amenaza directa a Maduro: tiene un "corto plazo" para dejar el poder; al mismo tiempo que exigióque el Grupo de Lima “envíe pronto” el mismo mensaje. No se trata de una “negociación” enfatizaba el vocero imperialista.

Buenos Aires, donde se realizaba este martes una nueva reunión del Grupo de Lima, fue el lugar escogido para tales amenazas: "Es el momento de que Estados Unidos y los países del Grupo de Lima le ofrezcan una salida (a Maduro) en un tiempo definido. Y si no la toma, las medidas se van a endurecer mucho, mucho más”, remarcaba el político yanqui con toda la prepotente osadía. "Ese plazo es inmediato (...) y ya lo hemos comunicado indirectamente (a Maduro)”

El asesor de Donald Trump también impartía órdenes en Buenos Aires, mandando a que los integrantes del Grupo de Lima “hagan lo mismo”, aclarando que el plazo que ha dado Estados Unidos es "mucho más corto que el fin del año", y afirmó que los cancilleres "están conversando" sobre ese mismo tema durante su reunión en Buenos Aires.

Para el representante yanqui, el panorama ha cambiado tras la presentación este mes del informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet."El reporte de Bachelet es el caso prima facie de un encausamiento, particularmente de esos países que están suscritos a la Corte Penal Internacional. Estados Unidos no se suscribe a eso, pero sí estamos dispuestos a dar ciertas garantías", indicó el arrogante Claver-Carone.

Para agregar que: "Así que, es el momento de aceptar ciertas garantías para salir del poder, o enfrentarse a la justicia internacional y de los Estados Unidos", recalcó. Mención aparte de esta desfachatez: no solo usan con total hipocresía el argumento de los DD.HH., sino que piden enjuiciamiento en una “corte internacional” ante la cual los EE.UU., de hecho, jamás han aceptado someterse frente a sus aberraciones imperialistas.

Además, Claver-Caroneamenazó con que “como dijo el presidente (Trump), no hemos sido lo suficientemente duros todavía. Las sanciones (...) seguirán incrementándose y serán mucho más duras de lo que son”. Y con un tono aún más prepotente insistióque lo que ofrece Estados Unidos "no es una negociación" sobre el futuro de Maduro:"Si él acepta, y le interesan esas garantías para que pueda salir del país, siempre hemos dicho, desde el primer día, que el cómo, el cuándo y el dónde lo negociaríamos sin problema".

Como Guaidó lleva seis meses sin poder cumplir su “objetivo” de llegar la gobierno, a pesar de varias tentativas golpistas, donde la más descarada de todas fue la acción llevada adelante el pasado 30 de abril siempre con la venia de los yanquis, el encargado de la vocería estadounidense insistió en que"Nadie nunca le dijo al presidente Trump que esto iba a ser una cuestión de una o dos semanas o uno o dos meses".

Pero la realidad es que, al pasar todo ese tiempo, Guaidó se ha más que desinflado luego de las marchas del 23 de enero y la llamada operación “Ayuda humanitaria”, reduciéndose sus acciones a pequeñas concentraciones locales hasta el momento y sus continuos llamados a las Fuerzas Armadas para que depongan a Maduro.

A seis meses de su autoproclamación, este martes desde una pequeña plaza caraqueña al este de la ciudad, Guaidó aprobó la reincorporación de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que suscribe el compromiso de “defensa mutua” entre naciones ante ataques armados, como un supuesto para poder autorizar la presencia militar extranjera en el país. Es más que sabido que el TIAR fue concebido a por orba de Washington, y se convirtió en papel mojado durante la guerra de las Malvinas.

Pero no hay que olvidarse que al mismo tiempo que se hacen todas estas declaraciones han venido transcurriendo en Barbados reuniones entre el gobierno de Maduro y representantes de la oposición, en un total hermetismo. La amenaza de Trump, a la que se presta el Grupo de Lima, tiene también el objetivo de ejercer presión en la mesa de negociaciones, teniendo en cuenta que Estados Unidos cambió un tanto su discurso belicista (amenazas de “intervención militar” más allá si la pudiera llevar a cabo o no) para pasar a hablar de una “transición pacífica”.

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Para hacer ver que el Grupo de Lima continuaba ejerciendo “presión” a favor de Guaidó, vía teleconferencia le cedieron la palabra al derechista venezolano, en el que se destacó el pedido para un mayor injerencismo de estos países.Se trata de la décimoquinta reunión de este Grupo desde su fundación, en la que participan representantes de Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana y Perú, además de altos representantes de los Gobiernos de Canadá, Honduras, Panamá, Paraguay y Santa Lucía, y ahora se les han sumado, como “observadores”, Ecuador y El Salvador. Este Grupo de Lima ha sido parte también de todas las operaciones golpistas de Guaidó, reconociendo un gobierno paralelo nombrado por Washington.

Mientras en Venezuela se continúa viviendo una dramática catástrofe que solo tiende a empeorar, desde Estados Unidos y con todo el apoyo del derechismo continental, continúan anunciando el aumento de las sanciones económicas, sanciones que en realidad no hacen más que aumentar las calamidades del pueblo. La hipocresía y el cinismo están a la orden día: mientras hablan de “crisis humanitaria” solo piensan en establecer medidas para que las penurias sigan creciendo, que mientras hablan de “derechos humanos” exaltan a violadores de derechos humanos que son bien recibidos en Washington, como en el caso de Iván Simonovis, que mientras hablan de “democracia” no han dejado de apelar a intentos golpistas.

Mientras ocurre todo esto, Maduro por su parte, ha también descargado esta brutal crisis sobre el pueblo que ya se arrastra por casi seis años. Basta recordar cómo Maduro optó por pagar toda una fraudulenta deuda externa cuando la catástrofe estaba en su comienzo, en vez de atender las necesidades del pueblo, lo que implicó que el espiral de la crisis fuera en aumento, y fue incapaz de tomar ninguna medida para que los más de 500 mil millones de dólares fugados del país fuesen forzados a que vuelvan. A lo que se le fue sumando también un aumento represivo sobre las luchas que daban los trabajadores, llegando al extremo incluso del uso de grupos para estatales armados.

Pero desde ya hay que oponerse firmemente a este intervencionismo imperialista y a estas nuevas amenazas del gobierno de Estados Unidos. A la par de todas estas bravatas y las amenazas de aumento de sanciones, acompañan también las salidas negociadas, tal como vemos actualmente en Barbados. Rechazar firmemente todo este intervencionismo en modo alguno significa algún tipo de apoyo a Maduro, quien buscando una sobrevida para toda su casta burocrática y aliados de sectores económicos participa activamente en las negociaciones de Barbados iniciadas en Oslo.

La única salida progresiva en toda esta situación sólo puede venir de la mano de los trabajadores y el conjunto de los explotados y oprimidos del país, sobre quienes caen con fuerzas las calamidades de la catástrofe. Más que nunca se hace necesario la intervención con más fuerza de la clase trabajadora y los sectores populares con una política independiente.