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Red Internacional
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REGIONAL. Las autoridades a una semana del aluvión en Tocopilla

Con la vuelta de los estudiantes a clases y buscando la normalización de la vida en la ciudad, diversas autoridades han comentado en la prensa sus impresiones sobre lo que depara a la golpeada ciudad.

Jueves 20 de agosto de 2015

En el 2007 Tocopilla se vio afectada por un desastroso terremoto del cual hasta Marzo de este año tuvo a diversas familias viviendo en campamentos de mediaguas, este 2015 sufrió un aluvión que afectó principalmente a la población 5 de Octubre, dejando a varias familias damnificadas.

Esta situación tuvo su preámbulo en las lluvias que vivió la zona norte el pasado 25 de Marzo, el cual asoló la ciudad de Chañaral, abriendo una crisis al gobierno que no se encontraba, en ningún caso, preparado para la tragedia. El gobierno y las autoridades sacaron lecciones para evitar que con una nueva catástrofe se le abrieran nuevas crisis.

De esta forma no solo fue el alcalde (cercano al PRO) y el gobernador (PC) quienes estuvieron en terreno durante las lluvias, sino que en la misma semana el Intendente (Valentín Volta, DC), diversos ministros, entre estos Marcos Barraza (Ministro de Desarrollo Social y militante PC) sino que hasta la misma presidenta se hicieron presentes en la zona.

EL gobierno buscó hacerse notar en esta tragedia, que no pasara como el 2007, que no pasara como Chañaral. Por lo que esta misma semana el Ministro Barraza anunció la reasignación de 145 millones de pesos para los damnificados en el temporal, apuntado a las familias más vulnerables ligadas a los programas de gobierno y del estado.

Por su parte el alcalde Sanroman insinuó que aún así faltan recursos y que esta ausencia de recursos para prevenir la tragedia sería producto del “centralismo”, acusando que “El centralismo se traduce en que los recursos no están acá y tenemos que andar peleándolos en Santiago y que hay muchas decisiones que no pasan por las comunas y regiones, y que tenemos que esperar que una autoridad superior tome esas decisiones y no de forma autónoma. Y se traduce en planes que son diseñados en Santiago y que no se adaptan a la realidad de otras comunas.”.

Pero posteriormente dice “Espero que de Santiago no se olviden de Tocopilla, que cuando pasen las semanas y esto comience a normalizarse no nos olviden. Que el plan que nos presente sea integral, que atienda la realidad de la vulnerabilidad. Acá hay poblaciones que resultaron destruidas completamente. Hay que dejar claro y entender que los ricos pueden construirse la casa donde quieran, pueden comprar una mansión si quieren.”

Pero pareciera discutir a dos bandas, nombra al “centralismo” como el enemigo, pues, el problema sería Santiago y su gasto y administración sobre los recursos para las regiones. La situación va más allá, y el mismo Sanroman llega a encontrar la respuesta al señalar luego que “Los que no tienen los recursos ni las oportunidades, construyen su casa y se instalan donde pueden. Esto muchas veces en terrenos de riesgo, porque quieren darle un techo donde vivir a sus hijos. Y qué pasa después, lo que vimos hoy día en esta población. Vino un aluvión encima y destruyó su casa, y murió gente.”.

No se trata de los “ricos” en general, ni de “los santiaguinos”, ni del centralismo, se trata de una casta de políticos patronales que deciden en cuatro paredes, y ajenos a las necesidades del pueblo y los trabajadores, los destinos de los pueblos de las regiones, se trata de una casta que vela por sus intereses, con sueldos de gobierno y sueldos parlamentarios millonarios, con coimas, corrupción. Este es el problema, pues no basta atacar en general al “centralismo”, lo cual sirve para llamar a la bestia sin nombrarla.

De esta forma podemos fácilmente ubicar a Sanroman, junto al Gobernador, al Intendente, a los ministros, dentro de esta casta que con sus sueldos millonarios “pueden construirse la casa donde quieran, pueden comprar una mansión si quieren.”

El problema no pasa por el centralismo, sino que por esta casta de políticos patronales ajenos a la realidad de los trabajadores y el pueblo. Ellos son los verdaderos culpables que ponen al borde de la catástrofe a los pueblos olvidados de las regiones, a los cuales les basta un azote natural para sacar a flote la precariedad y la miseria.