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Red Internacional
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Magisterio. Las condiciones laborales de docentes de secundarias

Hacemos un recorrido de las condiciones laborales del magisterio de secundarias para entender cómo operan en relación con los derechos establecidos en la ley y para pensar si éstos se cumplen realmente, pues existe un régimen de excepción laboral.

Miércoles 27 de septiembre de 2023

El gobierno priista de Enrique Peña Nieto trajo la imposición al magisterio el régimen de excepción laboral, que implicó una regulación dispersa de los derechos laborales en diferentes ordenamientos y se ha modificado en las distintas reformas educativas. Por lo que las condiciones laborales se encuentran reguladas por los artículos constitucionales 123 B y 3º, en este último condiciones como el ingreso y la promoción.

De los artículos constitucionales emana otra normatividad, que son leyes que surgen de dichos artículos como la Ley General de Educación, la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (Ley de la USICAMM), la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, a la cual se suman acuerdos presidenciales en materia educativa y otros que van surgiendo al programa de estudios, modificaciones al terreno educativo como los libros de texto gratuitos, acuerdos secretariales o presidenciales, modificaciones al marco del funcionamiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP), etc.

Esta inmensa normatividad da cuenta de un régimen de excepción laboral que también implica un cambio constante en las actividades docentes. Durante el gobierno de la 4T ha habido continuidad de la precarización laboral -negativa de derechos- y más obligaciones y cada vez menos derechos para el magisterio.

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Las condiciones generales de trabajo y derechos laborales

El magisterio, al entenderse como trabajadores al servicio del Estado, no celebra contratos colectivos de trabajo, por lo que cuenta con condiciones generales de trabajo que regulan cuestiones como la jornada laboral, el salario y cualquier otra prestación, que constan en un documento que establece los derechos laborales y obligaciones de las y los trabajadores de la SEP. Esta situación es avalada por el SNTE y significa limitar la capacidad de las bases de involucrarse en la discusión de las condiciones laborales, además de estar sometidas al vaivén de sus derechos.

Pero, ¿cuáles son las condiciones laborales que viven en la realidad las y los docentes de secundaria? Es por eso que nos centraremos en derechos laborales básicos como la contratación, la jornada laboral, el salario y el derecho a la sindicalización.

La jornada laboral es el tiempo durante el cual el trabajador está a disposición del patrón para prestar su trabajo. Como conquista de l@s trabajadores el horario laboral debe ser de 8 horas, con un descanso de por lo menos media hora. Se señala la posibilidad de prolongación de la jornada laboral, es decir, horas extras, que se pagan con un ciento por ciento más del salario que corresponda a una hora de la jornada, pero con el límite de no exceder de tres horas diarias ni de tres veces en una semana. A pesar de que un ordenamiento puede establecer este criterio, ¿cuál es la realidad de las y los docentes?

La jornada es desigual para cada docente, pues pueden tener horas distintas como 15, 16, 18, etc. a la semana frente a grupo. Hay docentes que tienen 40 horas, pero cada vez es más difícil basificar esa cantidad.

Aunque no existen descansos bien establecidos durante la jornada y en ocasiones se impone por “necesidades de la escuela” un sistema de disciplinamiento autoritario, que significa estar en el patio, cuidando a l@s estudiantes rotativamente y consiste en 20 minutos de receso escolar, pero no es un receso laboral y quienes más lo padecen son docentes de horario completo porque solo cuentan con esos 20 minutos para comer dentro de la jornada.

Lo peor es que no hay reconocimiento del trabajo por fuera del aula y, por lo tanto, tampoco se paga. No hay pago de horas extras de todo el trabajo administrativo, sumado a la atención de madres y padres de familia, así como las tutorías que realizan porque no se contrata a profesionales como psicológ@s, pedagog@s y orientador@s para realizar esa función.

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Además, hay toda una serie de contrataciones diferenciadas que dependen del número de horas, incluso hay docentes que producto del sistema USICAMM tienen contrataciones temporales, lo cual implica una vulneración al derecho a la estabilidad en el empleo y que les impide crear antigüedad en el mismo.

Por otro lado, en cuanto a nuestro salario, el pago es de hora, semana y solo se percibe el pago por estar frente a grupo. Aunque el gobierno de la 4T ha prometido un aumento al salario mínimo y en el caso de l@s docentes prometió un aumento a 16 mil pesos de salario bruto, eso significa descuentos mayores en el ISR, pues este impuesto es progresivo, es decir, incrementan a medida que aumenta la capacidad económica y depende del monto total del salario. Y para la mayoría de l@s educador@s el salario es insuficiente para poder mantener a sus familias.

La diferencia en las percepciones que correspondía a la diferencia en el número de horas trabajadas, ha dado lugar a incrementos salariales desiguales, con mayores aumentos para quienes tienen menos horas y menos aumento para quienes trabajan más horas, lo cual rompe con el principio de “a igual trabajo, igual salario”. Otra vía mediante la cual se rompe ese principio son las percepciones desiguales a partir de la carrera magisterial.

Finalmente, si bien hay prestaciones, pues además del salario también hay bonos, que son compensaciones producto de la lucha magisterial, éstas no se encuentran integradas al salario.

En cuanto al derecho a la sindicalización, el SNTE tiene el control del 99% del gremio, tod@s sindicalizados de manera automática, primer ejemplo de un sindicato en manos del charrismo -pues replica esta vieja práctica priista del pasado-, que cuenta con un aparato de control autoritario, que en los hechos limita o anula la participación de las bases magisteriales; incluso directores -que aplican la línea de las autoridades educativas en las escuelas- llegan a ser representantes sindicales, lo que significa menos vida sindical e impiden hablar abiertamente.

Por la defensa de derechos laborales

Frente al ataque a las condiciones laborales, que va significando condiciones diferenciadas, la dirección charril del SNTE aceptó lisa y llanamente el régimen de excepción laboral, que implicó más obligaciones y menos derechos, lo que deja hoy al magisterio en peores condiciones, con vulneraciones a sus derechos laborales y limitados para poder hacer política dentro de las escuelas.

Por lo que consideramos importante poder abrir el debate en el magisterio sobre las condiciones laborales y pasar a la acción, lo que implica organizarse escuela por escuela para frenar todas las vulneraciones a los derechos humanos laborales; para luchar por echar abajo el régimen de excepción laboral; que tod@s cuenten con plenos derechos como un salario digno equivalente a una jornada completa, que sea de seis horas, destinando cuatro frente a grupo y dos a la planificación, la evaluación, la atención a madres y padres de familia y la labor administrativa; así como luchar por la democratización del SNTE y su independencia política respecto al Estado, para ejercer los derechos colectivos y que exista una auténtica bilateralidad que permita ir por la conquista de más derechos.

Si estás de acuerdo con esta postura, te invitamos a organizarte en la Agrupación de trabajador@s de la educación Nuestra Clase.