La Nueva Escuela Secundaria (NES), proyecto educativo del PRO, hizo pie en la enseñanza secundaria de adultos, promoviendo el vaciamiento, la degradación de la modalidad y la pérdida de puestos de trabajo.
Domingo 7 de agosto de 2016 18:37
La reforma educativa llegó a los Centros Educativos de Nivel Secundario (CENS) a partir de la Resolución (CFE) 254/15 - Anexo I y promete arrasar con todo.
Los estudiantes secundarios protagonizaron una larga lucha en oposición a esta reforma que alcanzó su punto máximo en el año 2014 cuando la toma de decenas de colegios secundarios buscó detener su implementación. En el 2015 también se realizaron numerosas marchas en contra de su aplicación en el nivel medio.
El sindicato ADEMYS y la oposición Multicolor en UTE siguieron con los reclamos y las movilizaciones en contra de la precarización del trabajo docente haciendo hincapié en que la instrumentación de la NES implicaba un recorte de materias, contenidos y orientaciones que buscaba vaciar la formación de los estudiantes.
Desde sus bases la reforma propone un esquema de contenidos de manera “modular”, de acuerdo a grandes campos de contenidos: lengua, matemática, ciencias sociales y ciencias naturales. Pero la resolución nada dice acerca de qué ocurrirá con las áreas de filosofía, lengua extranjera, ciudadanía y otras que quedan a “opción de las jurisdicciones”.
Teniendo en cuenta que el CENS es la única oferta completamente presencial para adultos que ofrece el Gobierno de la Ciudad, los docentes se declararon en oposición a la resolución que adopta la forma semipresencial para estos centros de estudio.
¿Será que lo que se busca es “cambiar” para reducir la educación de adultos a un mero trámite donde lo único que se logre sea mejorar las estadísticas?
Las resoluciones nada reflejan sobre los cambios que sufrirán los trabajadores de la educación, tanto en lo referente a sus condiciones laborales como a su carga horaria, salarios y competencias. Por otra parte, ¿cuál será el rol de docentes titularizados y los suplentes e interinos en este nuevo escenario? El trabajo de los educadores pende de un hilo.
Por otro lado este proyecto parece querer trasladar a los CENS los aspectos negativos del Plan FinEs. Hernán Cortiñas, docente de esa modalidad señala que "con este proyecto quieren llevar la precarización laboral y educativa ensayada en FinEs a todo el nivel de adultos, para ajustar la inversión y mejorar las estadísticas de egreso". Además agrega que "no podemos aceptar que se elimine la modalidad plenamente presencial que es un derecho tanto de los estudiantes como de los docentes, debemos unificar las luchas de todas las modalidades de adultos".
El documento focaliza su atención en preparar a los alumnos para “el mundo del trabajo”: los CENS se reducirán entonces a brindar una educación meramente utilitaria para la inserción en puestos de trabajos precarizados.
Si bien la salida laboral es uno de los objetivos de la educación de adultos, los trabajadores de la educación son conscientes de la necesidad de brindar a sus alumnos herramientas que les permitan la inclusión plena en la sociedad, lo que implica el fomento de canales de acceso a la cultura, la comunicación y la socialización.
Consultados sobre su experiencia en CENS algunos estudiantes (en su mayoría trabajadores con familia), privilegiaron la comunicación diaria y directa con los docentes: “el concurrir todos los días me dio el hábito del estudio” – afirmó uno de ellos – “tengo compañeros que cursan semipresencial y tienen que pagar profesores particulares porque se pierden”. Otra estudiante expresó: “vengo feliz a estudiar, es como liberar ideas, muchas ideas” y concluyó “hoy por hoy puedo mantener una conversación con mis hijos y mi marido en la mesa”.
Directivos, docentes y estudiantes coinciden en que es necesario mantener esta modalidad. Por la importancia de interactuar y relacionarse a diario, por encontrar ejemplos de pasión y lucha en las aulas, por la estabilidad laboral y por defender la educación pública por encima de todas las cosas.