Este viernes las imágenes de fosas comunes con ataúdes de madera en una isla de Nueva York conmocionaron al mundo. Siendo el centro de la pandemia mundial las cifras de muertos se multiplican en la ciudad. La explicación del alcalde Bill de Blasio no hizo más que confirmar que las fosas son otro símbolo de la desigualdad social.

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Viernes 10 de abril de 2020 18:25
Las imágenes son devastadoras. Así como hace una semana el mundo se conmovió con los videos de cadáveres abandonados en las calles de Ecuador ante la negligencia del Gobierno de Lenin Moreno y de la alcandesa de Guayaquil, este viernes causaron estupor las tomas aéreas de la isla de Hart Island en Nueva York. Allí varios ataúdes de madera lisa de apilaban mientras un grupo de hombres arrojaba tierra sobre ellos.
El mismo día en que el mundo ha superado le cifra de 100.000 personas muertas por el coronavirus, las imágenes de fosas comunes en Nueva York, la ciudad que se ha convertido el centro de la pandemia y a su vez la que lleva el mote de ser el centro del capitalismo mundial, aparece como una señal de alarma ante una situación descontrolada. En pocas palabras, si ese es el destino de los muertos en la principal potencia mundial, qué le queda al resto.
Fue por eso que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, salió a responder rápidamente por las redes sociales sobre la utilización de esas fosas comunes. Su aclaración no hizo más que dejar al desnudo la más brutal desigualdad social.
Lo primero que se encargó de aclarar es que "Las fotos de nuestros neoyorquinos enterrados en Hart Island son devastadoras para todos nosotros. Quiero asegurarme de que todos sepan lo que están viendo y lo que realmente está sucediendo en Hart Island".
The pictures of our fellow New Yorkers being buried on Hart Island are devastating for all of us.
I want to make sure everyone knows what they’re seeing and what is actually happening on Hart Island.
Remember, these are human beings. These are neighbors we've lost.
— Mayor Bill de Blasio (@NYCMayor) April 10, 2020
De Blasio siguió: "No habrá entierros masivos en Hart Island. Todo será individual y cada cuerpo será tratado con dignidad (...) Cada vez que perdemos a alguien y hay un familiar o un amigo, aquí en Nueva York o en todo el mundo, que quiere hacer arreglos para el entierro, guardamos los restos hasta que estén listos. Días, semanas, meses, no importa".
Luego aclaró de qué se tratan las fosas "Durante décadas, nuestra ciudad ha enterrado personas en Hart Island cuando no hay nadie más para hacer arreglos para el entierro. Es una realidad trágica".
Y finalmente fue a la explicación que realmente quería dar "El número desgarrador de muertes que estamos viendo significa que lamentablemente estamos perdiendo a más personas sin familiares o amigos para enterrarlas en privado. Esas son las personas que serán enterradas en Hart Island, con todo el respeto y la dignidad que la ciudad de Nueva York puede proporcionar".
For decades, our city has buried people on Hart Island when there is no one else to make burial arrangements. It’s a tragic reality.
— Mayor Bill de Blasio (@NYCMayor) April 10, 2020
The heartbreaking numbers of deaths we're seeing means we are sadly losing more people without family or friends to bury them privately.
Those are the people who will be buried on Hart Island, with every measure of respect and dignity New York City can provide.
— Mayor Bill de Blasio (@NYCMayor) April 10, 2020
La aclaración deja al descubierto una realidad que es muy diferente al sentido común que se instaló desde el inicio de la pandemia. Primero que el coronavirus era una "enfermedad" de los ricos, o aquellos que estaban en contacto con personas que pudieran realizar viajes al exterior, y luego que era algo que afectaba a todos por igual.
Como señalamos en un artículo ayer, los datos de los muertos en Estados Unidos dan por tierra con este argumento. Las estadísticas empiezan a mostrar una mayoría de afroamericanos y latinos entre los muertos por coronavirus. Los porcentajes de muertos entre esas comunidades superan con creces la proporcionalidad demográfica que tienen en las distintas ciudades afectadas.
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Por ejemplo, en el condado de Milwaukee, que pertenece al estado de Wisconsin, hay 1500 casos positivos de Covid19 y 67 muertes. El 70% de esas muertes pertenece a la población afroamericana, que sin embargo solo son el 26% de la población total de ese condado.
En Lousiana el 70% de los muertos eran afroamericanos, pero son el 32% de la población total de esa ciudad, mientras que en Chicago, el 70% de los fallecidos son afroamericanos aunque solo representan el 40% de la población.
Este mismo patrón se vive en la ciudad de Nueva York. Los latinos son un 34% de los fallecidos seguidos por los afroamericanos en un 28%, sin embargo estos representan un número inferior de 29% y 22% respectivamente, de la población de la ciudad.
¿Cómo se explica esta diferencia y también la aclaración de Bill de Blasio? Es bastante sencillo. Los sectores más vulnerables y aquellos más expuestos a la enfermedad son los que más mueren. En muchos casos ni siquiera tienen recursos para oficiar un funeral o menos aún pueden hacerlo por carecer de papeles migratorios. Esos cuerpos son los que irán a llenar las fosas de Hart Island en el este del Bronx.
Son quienes realizan trabajos en forma insegura, y entre ellos son mayoría latinos y afroamericanos. Son los y las trabajadores de sectores no esenciales, como los fast foods que han salido a la huelga en los últimos días para pedir material de seguridad sanitaria para poder trabajar, son las y los que no pueden tomarse licencias pagas -porque en su mayoría no tienen ese derecho- y son parte de la absoluta mayoría de los trabajadores estadounidenses que no tienen acceso a una cobertura de salud y que prefieren no ir a una sala de guardia para evitar recibir una factura impagable. Ellos y ellas, son también los que están en la primera linea de contagio y en la primera de la lucha contra el coronavirus, como las trabajadoras de la salud que están luchando para tener los elementos de seguridad personal y por licencias para aquellos que las necesiten, pero que también van más allá y cuestionan el sistema sanitario en su conjunto.
En las últimas semanas se vieron también protestas en Amazon, Instacart, Whole Foods, Walmart, Mc Donlad’s, Burger King, entre otras. En varios de esos lugares los trabajadores advierten que los empresarios ponen sus ganancias por delante de sus vidas. Denunciando muertes en Walmart, o los más de 40 muertos en el subterraneo de Nueva York, y decenas de enfermos en almacenes de Amazon o las cadenas de Fast Food, los y las trabajadoras vienen llevando adelante acciones que van desde protestas frente a los locales, hasta huelgas que paralizan la producción o distribución de mercaderías.
En su contracara se puede ver un aumento de los despidos como no se veía desde la gran depresión de los años ’30, y miles de personas haciendo filas con sus autos para conseguir raciones de comida en forma gratuita.
El centro del imperialismo mundial deja a millones de personas en el dilema de proteger su salud y morir de hambre o ir a trabajar en forma insegura y arriesgarse a morir por coronavirus. Las fosas comunes del alcalde De Blasio son la muestra mas brutal de esa política.
Sin embargo, estas luchas y protestas que se comienzan a ver en todo el país, y la forma en la que la crudeza del sistema capitalista queda expuesto a los ojos de millones, son también el emergente del período que vendrá y la resistencia de sectores de trabajadoras y trabajadores a aceptar esa desigualdad social que quieren hacer pasar por un sentido común.

Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario