El Ministerio de Interior realiza una reunión de coordinación entre todas las fuerzas de seguridad para impedir el 1O.
Guillermo Ferrari Barcelona | @LLegui1968
Lunes 25 de septiembre de 2017

En estos días el Gobierno central se ha apresurado para desplegar un enorme dispositivo de más de 12.000 guardias civiles y policías a Catalunya (Piolín incluido). Pero aun así quieren sumar a los 17.000 Mossos d’Esquadra para disponer de una gigante fuerza policial para el 1O. El Gobierno, con la excusa de unos “tumultos” que no han existido, pretende “ocupar” el territorio catalán y evitar a toda costa el Referéndum o cualquier tipo de manifestación que haga el pueblo del Principado.
Para ello, hoy se celebró una reunión dirigida por El coronel de la Guardia Civil y director de coordinación de la Secretaría de Estado, Diego Pérez de Los Cobos. A la delegación del Gobierno en Barcelona asistieron los mandos de la Policía Nacional, la Guardia Civil, el Jefe de la Guardia Urbana y por los Mossos d’Esquadra, los comisarios Ferran López Navarro y Joan Carles Molinero.
Los Mossos han entregado un informe en el cual piden que sea la Junta de Seguretat de Catalunya que coordine la acción policial (Guardia Civil, Policía Nacional i Mossos d’Esquadra), dirigida por Carles Puigdemont. Los Mossos dicen que están investigando, han identificado los ayuntamientos que apoyan el 1O, los preparativos del referéndum, que han pasado información de las páginas webs y que tienen un plan de cara al 1O.
A su vez, el fiscal superior de Catalunya ha dado instrucciones a los Mossos d’Esquadra para que identifiquen a los responsables de los colegios electorales, tomarles declaración como testigos y pedirles la documentación referida al referéndum del 1-O. Así el Fiscal y el coronel de los Cobos tratarán de ver quiénes son los responsables de la apertura de los centros y su vinculación al referéndum del domingo.
Esta reunión ha estado precedida por otra, la del sábado, convocada por la fiscalía y que también había reunido a los altos cargos de las fuerzas de “seguridad”. En ella, el fiscal superior de Catalunya, José María Romero de Tejada, una instrucción en la que nombra al número 3 de Interior, de los Cobos, como jefe de las operaciones.
Las reacciones del Major de los Mossos y del Conseller d’Interior, Joaquim Forn fueron contrarias a las “órdenes” del Fiscal. El Conseller dejó bien claro que los Mossos no van a subordinarse al Fiscal y que tendrán un “respeto escrupuloso al actual marco legal”. Los servicios jurídicos de la Generalitat sostienen que el Fiscal se extralimita en sus poderes y que por tanto no es necesario obedecer su instrucción.
El CopCat, que agrupa las fuerzas de seguridad catalana, niega la posibilidad de tal coordinación puesto que la misma debe ser pedida por la comunidad autónoma de acuerdo al artículo 46 de la Ley orgánica 2/86. Al mismo tiempo aclara que “la lealtad institucional que en todo momento ha mostrado el cuerpo de los Mossos d’Esquadra con las autoridades judiciales, fiscales y demás cuerpos de seguridad”. La cúpula de los Mossos se esmera en demostrar que respetan las leyes y las instituciones españolas. Incluso le han dicho al Fiscal que ellos están investigando el 1O.
Podríamos decir, en broma, claro, que la cúpula de las fuerzas de seguridad catalanas tiene el “corazón partío”. Por un lado, hablan de respetar la legalidad y por el otro se supone defenderían un referéndum suspendido por el Constitucional. Sin embargo, nada de eso. Si siguen respetando las leyes españolas, y nada ha demostrado lo contrario, el 1O los tendremos del lado de enfrente. Y no se puede descartar que busquen urnas, quizás a desgano, pero tratando de respetar una legalidad que impide celebrar el Referéndum del 1O. Esperemos que el Fiscal no ordene a los Mossos la detención del President Puigdemont.
Las reacciones de los Mossos y la Generalitat es ese eterno doble juego, esa doble cara de “me rebelo” pero no “desobedezco” de la burguesía catalana. Cuando las castañas queman, se visten de la distinguida señora Ramoneta para atender al poder centralista de Madrid. Pero de cara a las masas, cambian la ropa y “la cara” para ofrecer una política completamente diferente hacia las masas. Ese juego se le está acabando a la antigua Convergència. El 20S ha demostrado que las masas no quieren un doble juego, quieren votar.
Ese doble juego de los representantes de la burguesía catalana se ve claramente en toda la discusión legal. Los días 7 y 8 de setiembre votaron dos leyes: la convocatoria del referéndum y la Llei de Transitorietat. Leyes que según Junts pel Sí están por sobre de toda la legalidad vigente en el Estado español. Sin embargo, a cada paso que dan los Mossos apelan a que obedecen una legalidad y una cadena de mandos que ha sido subvertida hace 18 días.
Lo mismo que Artur Mas con el 9N y ahora Puigdemont-Junqueras con el 1O: ¿Qué sentido tiene argumentar el respeto a las leyes españolas, cuando estas han quedado desautorizadas por el Parlament? El sentido es Junts pel Sí no cree en el 1O. Prefiere ser derrotado antes que luchar por el referéndum. Piensan más bien en el 2O y en ver cómo nadar y guardar la ropa.
Quienes militamos en la izquierda anticapitalista no olvidamos que los Mossos han estado persiguiendo militantes sociales, de la izquierda y de la CUP durante años bajo las órdenes de los fiscales, incluso cuando no había órdenes. Nos acordamos de las redadas contra los manteros y los inmigrantes sin papeles que Mossos y Guàrdia urbana realizan cotidianamente. Tampoco olvidamos los casos de torturas y vejaciones que los jóvenes sufrimos en las comisarías, como el caso de Ciutat Morta o los de la Comisaría de Les Corts. ¿Por qué tenemos que confiar en ellos? ¿Es que ahora dejarán de perseguirnos?
No nos olvidamos de los años de Trias en la Alcaldía de Barcelona cuando lanzó una feroz represión con los Mossos d’Esquadra contra “Can Vies”. No nos olvidamos de los millonarios recortes sociales de Artur Mas, ni de los 23 años de Pujol con todas las reformas neoliberales y los millones que se llevaron de las arcas públicas.
Salella espera que los Mossos defiendan el 1O
El diputat de la CUP, Salella, se preguntaba “Qué pasará con los Mossos?” y contestaba que “son cosas habrán de decidir los propios Mossos d’Esquadra”. Continuó con “Nosotros tenemos la confianza o la esperanza de que se pondrán del costado de la defensa de los derechos democráticos…”. Benet Salella se explicaba que “no siempre se puede obedecer, sobre todo cuando se trata de órdenes que son manifiestamente injustas y antidemocráticas…” y por tanto “será necesario que cada uno de los afectados tome partido”.
No es posible compartir ésta esperanza, luego de los años en que hemos “corrido delante” de los Mossos. Más aun cuando dicen que siempre han obedecido la ley y que lo seguirán haciendo. Además, es lógico pensar que la persecución, tortura, vejámenes, etc. también son “manifiestamente injustas y antidemocráticas…”. Sin embargo, los Mossos las han obedecido y ejecutado.
Los diputados de la CUP están cada vez más integrados con las fuerzas de Esquerra y del PDeCAT. Desde la votación de la convocatoria del referéndum y la Llei de Transitorietat prácticamente están en la misma posición. Lamentablemente, esto se ve en la esperanza infundada de que los Mossos defiendan el 1O. De ésta manera, la dirección de la CUP evita el llamamiento masivo a los millones de catalanes para organizar y garantizar el referéndum y la ejecución del resultado.
No son los Mossos, es la movilización social
El pueblo catalán podrá celebrar un referéndum a condición de que las masas tomen la organización del mismo en las propias manos. Para ello es necesario que CCOO y UGT rompan con su pasividad, que la CUP rompa con el “full de ruta”, que Podemos-Podem rompa con la reglas del Régimen del 78 y llamen conjuntamente a la huelga general, a la movilización y plan de lucha de los trabajadores y estudiantes hasta imponer el referéndum. La CGT ha presentado, la semana pasada, un preaviso de huelga entre los días 3 y 9 de octubre.
La movilización es necesaria para enfrentar la criminalización que el Gobierno de Rajoy hace y todas las amenazas del uso de la fuerza pública para que no haya urnas. También es necesaria para aplicar el resultado que salga de las urnas y, por tanto, para acabar un Régimen reaccionario que no reconoce, ni las nacionalidades, ni los derechos democráticos más básicos. ¿Qué hecho nos asegura que Puigdemont garantice un referéndum vinculante?
Pero para ello, no sirve encender velitas en la puerta de los Mossos. Solo con la una vigorosa movilización social, dispuesta a hacer valer sus derechos democráticos, como ha comenzado el pueblo catalán a mostrar en el 20S, se podrán dar esos pasos hacia una democracia más generosa y abrir Constituyentes en todo el estado que acaben con los ataques del Gobierno y el Régimen del 78 y comiencen a resolver los graves problemas sociales como el paro, la precariedad, los recortes, la corrupción, etc.