Tras el ingreso de tropas iraquíes al este de Mosul, miembros del Estado Islámico se han replegado. Sin embargo la operación se vuelve más lenta a medida que avanza sobre la ciudad.
Miércoles 2 de noviembre de 2016 12:53
Las fuerzas iraquíes y aviones de combate enviados por la coalición liderada por Estados Unidos atacaron el martes las defensas del Estado Islámico en el extremo oriental de Mosul, un día después de los primeros combates ocurridos al interior de la ciudad.
Pocas horas después de penetrar en Kukyeli, las tropas recuperaron el control del edificio de la televisión local de Mosul, lo cual representa una victoria simbólica para las tropas y les permite continuar hacia el distrito de Al Qudis.
"Actualmente estamos luchando en el este de Mosul", dijo el teniente general Abdul Wahab al-Saidi, miembro del Servicio de Contraterrorismo (CTS, por sus siglas en inglés), una unidad militar de elite. "Hay presión de todos los lados de la ciudad para facilitar el ingreso al centro", sostuvo.
Dos semanas después del inicio de su campaña para recuperar Mosul de manos de Estado Islámico, las fuerzas iraquíes y la coalición aliada han despejado decenas de aldeas y ciudades de la región de Nínive, al este de la ciudad, y están avanzando junto al río Tigris desde el sur.
Según la agencia Efe, gran parte de los combatientes del Estado Islámico se han retirado de la zona oriental de la ciudad de Mosul, ante el avance de las tropas iraquíes, hacia los barrios ubicados en la orilla occidental del río Tigris.
A esta zona habrían sido también trasladados gran parte de los familiares de los miembros del EI.
El jefe de seguridad de Nínive, cuya capital es Mosul, aseguró que las tropas "están preparadas para hacerse con el control total" de las áreas próximas a la ribera oriental del Tigris.
Sin embargo, este avance de las operaciones sobre el terreno se ve ralentizado por la presencia de civiles.
Los temores por un genocidio
La campaña del ejercito iraquí, que incluye a fuerzas kurdas y milicias chiitas, ha avanzado relativamente rápido sobre poblaciones que el Estado Islámico dejaba atrás y con poca densidad poblacional. Sin embargo, los enfrentamientos dentro de la ciudad de Mosul, el último gran bastión de Estado Islámico en Irak y donde aún viven 1,5 millones de personas, podrían extenderse por meses.
La ONU, estima que cientos de miles de personas sufrirán los efectos de la incursión militar lo que incluye un desplazamiento masivo de refugiados y el temor sobre los millones que queden atrapados en la ciudad durante el fuego cruzado. Por otra parte distintas agencias denuncian que el Estado Islámico podría tener en su poder a unos veinte mil civiles que podrían ser usados como "escudos humanos".
"Estamos muy preocupados por la seguridad de estos civiles y de las decenas de miles de otras personas que según los reportes han sido reubicados a la fuerza por el Estado Islámico en las últimas dos semanas", dijo Ravina Shamdasani, portavoz de derechos humanos de la ONU.
Además del la crisis humanitaria en ciernes, y los problemas que se irán acrecentando a medida que ingresa en Mosul, el gobierno iraquí tiene por delante una crisis anunciada tras la hipotética reconquista de la ciudad. Es que la cantidad de fuerzas que están actuando sobre el terreno, que incluyen milicias iraníes, el ejercito iraquí, los peshmergas kurdos, milicias tribales sunnitas y turcos iraquíes armados por el gobierno de Erdogan, están unidas por el solo objetivo de combatir al Estado Islámico, pero tienen diferentes intereses para una Mosul de posguerra.
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