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Red Internacional
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Tarifazos de luz y gas. Las ganancias de las privatizadas no pueden estar por encima de las necesidades del pueblo trabajador

La propia Secretaría de Energía estima que en abril una familia promedio tendrá un consumo energético (luz y gas) “razonable” de $ 40.000, debido a la quita de los subsidios y la suba de los precios. Estos servicios básicos para la vida diaria desde el menemismo que fueron convertidos en un negocio para un puñado de grandes empresas y Milei pretende multiplicar sus ganancias a costa de los golpeados ingresos de las grandes mayorías. Desde el Frente de Izquierda proponen nacionalizarlos bajo control de sus trabajadores para crear una empresa estatal única de energía que garantice servicios de calidad y bajo costo para el conjunto de la población.

Lunes 18 de marzo de 2024 21:57

En la última audiencia pública, con una serie de diapositivas, el equipo de la Secretaría de Energía estimó la Canasta Básica Energética: las familias argentinas tendrán un gasto promedio de entre $ 30.000 y $ 40.000 por mes si tienen un "consumo razonable". Si le agregamos a esto las subas en el transporte, los alimentos y medicamentos podemos ver un combo explosivo para los ingresos de las grandes mayorías.

Hasta el FMI y el ex ministro de economía de Menem y De la Rúa, Domingo Cavallo, (que se caracterizan por impulsar las políticas de recortes presupuestarios) advirtieron al Gobierno que está yendo demasiado lejos con el plan de ajuste, marcando las innegables consecuencias sobre los salarios y las jubilaciones. Pero para Milei no es suficiente, con el objetivo de seguir recortando el presupuesto nacional, para seguir pagando deuda, realizará una gran quita de subsidios a los servicios de luz y gas, provocando fuertes aumentos en las boletas para la mayoría de los usuarios a partir de abril.

La luz, el gas, el agua y el transporte son servicios esenciales que deberían estar garantizados para todos. Desde las privatizaciones menemistas estas empresas vienen ganando millones con lo que debería ser un derecho. Menem les regaló estas empresas a los grandes grupos económicos, bajo el kirchnerismo estas corporaciones siguieron ganando por la vía de los subsidios estatales y con los tarifazos macristas, las privatizadas se llevaron ganancias extraordinarias sin ningún tipo de inversión. Las “leyes del libre mercado” que pregona Milei no tienen ninguna injerencia en estos sectores ya que en cada lugar del país las familias son rehenes de una sola empresa prestadora.

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El sistema quedó fraccionado en empresas dedicadas a la generación de energía, otras a su transporte y, por último, las que distribuyen. En este último segmento es donde operan Edesur y Edenor que vienen de obtener ganancias por $ 80.000 millones y 48.000 millones, respectivamente, durante 2023. Una empresa única de electricidad administrada por sus trabajadores al poner en el centro las necesidades y no las ganancias, permitiría implementar un plan de medidas urgentes para resolver las penurias que sufre la población afectada y garantizar la energía en todos los hogares.
Además las distribuidoras de energía eléctrica incumplen una y otra vez los contratos con el Estado debido a la falta de mantenimiento e inversión, el frecuente colapso de la red de distribución, las deficiencias en la red de transporte y los problemas en la generación, que son las causas centrales de los reiterados cortes en el servicio para sectores importantes de la población.

Para lograr una solución de fondo desde el Frente de Izquierda proponen anular las privatizaciones y poner estas empresas bajo control, administración y gestión de los trabajadores, junto con técnicos y especialistas de la universidades públicas, realizando un plan que incluya un control de los usuarios populares. Al hacerse cargo de las tareas operativas, técnicas, productivas, administrativas y toda otra tarea relativa al funcionamiento del servicio eléctrico y la distribución de gas, podrán cambiar de forma radical la calidad del servicio y el costo del mismo.

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Una vez resueltas las demandas urgentes el nuevo organismo tendría la capacidad para aumentar la producción y extender la distribución a los barrios donde no hay red de gas, ni cloacas o tendidos eléctricos. Este cambio de raíz en la propiedad y orientación de los servicios básicos sería parte de un programa de transición energética capaz de producir energía a un costo menor y en armonía con el planeta, terminando con los daños producidos a la naturaleza y siendo parte de enfrentar el cambio climático que es una tarea fundamental a nivel internacional.

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