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Red Internacional
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8 de marzo. Las jóvenes tomamos las calles este #8M

Este 8 de marzo se cumplen dos años de la movilización histórica en la que cientos de miles de mujeres nos movilizamos con la firme convicción de que al patriarcado, lo tenemos que tirar.

Viernes 4 de marzo de 2022

Desde entonces, con la pandemia se profundizó la tendencia del capitalismo de precarizar a aquellos sectores que, por nuestra condición de género, de orientación sexual o de edad, nuestro trabajo vale menos, considerándonos desechables. Incluso muchas veces ni siquiera se nos reconoce como trabajadores como es el caso de los programas culturales de Sheinbaum -quien se dice feminista, pero precariza a miles de mujeres- o de quienes laboran en Jóvenes construyendo el futuro.

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Es también el caso de quienes trabajan en call centers, como repartidores de app o en tiendas de servicio y comida rápida, donde un porcentaje importante son madres que además de recibir salarios de miseria y no contar con derechos laborales, deben hacerse cargo de las labores domésticas que no son reconocidas como trabajo y que nos son designadas a las mujeres por el mandato patriarcal.

Con los despidos, recortes salariales y muertes por covid, muchísimas jóvenes que cursaban el bachillerato o la universidad, tuvieron que abandonar sus estudios para incorporarse al mundo laboral ultra precario o para dedicarse de tiempo completo al cuidado de las infancias, de adultos mayores y a las tareas del hogar. En el primer trimestre del 2021, el desempleo para la población de entre 15 y 24 años incrementó en un 31.4%, lo que significa que 98 mil jóvenes se sumaron a las filas de la desocupación en comparación al año pasado.

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Los gobiernos, empresarios y autoridades universitarias, siempre dicen que la juventud es el futuro, pero al mismo tiempo nos niegan el derecho al presente, no sólo orillándonos a trabajos de miseria y tratándonos como desechables, sino también con el avance de la catástrofe ambiental, de la violencia que se cobra la vida de defensores del territorio, periodistas, mujeres, trans y disidentes sexuales en un país marcado por la subordinación a Estados Unidos y las políticas de militarización que inició el PAN, pero que la 4T se ha encargado de profundizar con la creación de la Guardia Nacional.

Organicémonos para arrancarle todas nuestras demandas a los gobiernos y empresarios que mientras se pintan de feministas en todo el mundo se han encargado de que la crisis que ha implicado la pandemia, sea descargada sobre los hombros de la clase trabajadora, siendo las mujeres, las disidencias sexuales y la juventud que formamos parte de ella, quienes más hemos padecido las consecuencias.

Este 8 de marzo, nos sobran razones para inundar las calles una vez más y para que la fuerza de las millones de jóvenes que hemos denunciado la violencia en nuestras escuelas y en las calles, fortalezcamos la lucha de las trabajadoras. Juntas, juntes y codo a codo con nuestros compañeros podemos tomar el cielo por asalto y conquistar un mundo en donde nuestras identidades de sexo, de género, donde nuestras preferencias sexuales, edades, raza y etnia, no sean sinónimos de opresión ni una excusa para profundizar la explotación.