“Jorge Julio López. Memoria escrita” es la compilación de Jorge Caterbetti de los escritos y dibujos que dejó López. En el marco del aniversario de su segunda desaparición, una breve opinión sobre una obra sensible.
Lucía Otegui Estudiante | Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (UNLP)
Viernes 26 de agosto de 2016
Mirá el Dossier Especial sobre los diez años sin Jorge Julio López
Jorge Julio López, un nombre que sigue latente en todo un pueblo que lo recuerda a poco más de un mes de cumplirse el décimo aniversario de su desaparición. Tan solo con un segundo grado aprobado y la albañilería como profesión, militaba en una agrupación peronista denominada la Juan Pablo Maestre de la JP en el barrio de Los Hornos.
Desapareció por primera vez el 27 de octubre de 1976 por un grupo de tareas dirigido por Miguel Etchecolatz además de haber sido detenido y torturado en el Pozo de Arana.
A través de la obra Memoria escrita, realizada por Jorge Caterbetti, pude anoticiarme de cuál iba a ser el testimonio de López, su relato, la recopilación que había logrado a través de distintos testimonios y de su propia experiencia durante su cautiverio. Sumado a su incansable lucha por lograr que haya justicia.
“Pastor: te dejo esta carta para ver si algún día podés hacer justicia. Yo ya me aburrí de hablar con los derechos humanos, jueces y con gente de desaparecidos, pero me dicen que no pueden hacer nada porque son cosas que dice la gente y casi todo lo vi yo y deciles a los familiares de todos estos.”
fragmento de un escrito de López dirigido a su amigo Jorge Pastor Asuaje
Cabe destacar la figura de Miguel Etchecolatz, a quien acaban de otorgarle la prisión domiciliaria, ya que no solo fue quien lo desapareció por primera vez sino también fue quien torturó a muchos luchadores y actúo como engranaje fundamental del Estado para llevar adelante el genocidio.
Incluso con complicidad de la Iglesia, como es el caso del monseñor Antonio Plaza que visitaba Centros Clandestinos de Detención, como el de Arana.
Luego, López desaparece por segunda vez el 18 de septiembre de 2006, pero esta vez bajo un gobierno democrático que intentó hacer de los derechos humanos su bandera.
“Archivo negro de los años en que uno vivía donde termina la vida y empieza la muerte”
Fragmento de escrito de López
El testimonio del “Viejo”, como llamaban afectuosamente a López, tuvo una gran relevancia para que luego se condene a Etchecolatz de manera efectiva a cadena perpetua en el marco de un genocidio, como venían exigiendo los organismos de derechos humanos independientes y las agrupaciones de izquierda. Fue preparado minuciosamente y con mucho trabajo y así se ve plasmado en las imágenes de los escritos y dibujos que López le dejó a su compañero de militancia, Jorge Pastor Asuaje.
Al tener la posibilidad de leer su testimonio me generó varias sensaciones dirigidas en una misma dirección, cómo pudo ocurrir algo semejante, con tanta impunidad, ya que el mismo Estado era quien cometía los crímenes y las torturas de una forma macabra, relatadas de manera precisa en la obra.
A modo de conclusión me gustaría destacar una frase del libro entre tantas otras muy buenas. “Por eso, la ausencia de López es una presencia que nos apunta a todos y que nos pregunta, desde esa cara de anciano bonachón, desde su gorra y desde sus alpargatas ¿qué estamos haciendo nosotros para ser digno de él?”.