Las mujeres representan una parte importante de la población inmigrante indocumentada que vive y trabaja en Estados Unidos. Madres solteras, trabajadoras informales, todas ellas componen la mayoría de quienes exigen una reforma migratoria que garantice los derechos de toda la comunidad inmigrante.
Martes 25 de noviembre de 2014
Fotografía: EFE
Los rumores de quiénes serán incluidos en la medida anunciada por Obama, y quiénes quedarán por fuera, recorrieron los medios de comunicación durante toda la semana.
La tensión aumentaba entre millones de residentes indocumentados y sus familias. El diario New York Times por ejemplo informó en la edición de este jueves que los trabajadores agrícolas no recibirán una protección especial, mientras que el presidente del sindicato de trabajadores agrícolas dijo que había sido informado de que esos trabajadores serían incluidos.
La madre de Martineza, Elia, vive en Dallas, con sus cuatro hijas, es madre soltera desde que su esposo fue deportado en 2009, no tiene licencia de conducir y permiso de trabajo. Dos de sus cuatro hijas son ciudadanas norteamericanas, razón por la que estaría incluida en el plan de Obama. Elia espera que el anuncio de la reforma transforme actividades ordinarias como ir de compras, que hoy son peligro de deportación para ella, en una actividad común y corriente.
Un punto muy esperado es que Obama elimine la edad límite para el programa “Acción diferida para niños inmigrantes” (DACA), según informa United We Dream, una ONG por los derechos de inmigrantes dirigida por jóvenes. Pero el destino de los padres de los niños que serían candidatos para el programa DACA que no son ciudadanos no está claro. De acuerdo con el Diario New York Times y otros medios, no se les daría a esos inmigrantes la posibilidad de permanecer en los EE.UU. ni de trabajar en forma legal.
Algunos denuncian que el anuncio de Obama es más de lo mismo: “que vivan en las sombras y no saber qué esperar mañana”, según Ajay, beneficiaria del programa DACA. “DACA me permitió inscribirme en la universidad”, sin embargo, para sus padres, que se trasladaron a Estados Unidos con él y su hermano menor en 1999, el anuncio de Obama probablemente no signifique nada.
Otra cuestión importante es qué pasará con las personas que ya tienen órdenes de deportación, como Sandra Jacinto. Sandra vive en New Jersey y limpia casas para mantener a su familia. Llegó a Estados Unidos desde Guatemala en 2005, dejando dos hijos allí, de quienes estuvo separada 9 años hasta que pudo pagar para que alguien que los ayude a viajar a través de México y cruzar la frontera. Su hija más pequeña es ciudadana norteamericana, lo que la incluiría en la nueva ley, pero hace dos meses, la agencia de migración se presentó en su casa para informarle que existía una orden de deportación contra ella. Sandra exige que se aplique la ley en su favor: “Si se da la acción diferida debe ser para todas las personas, todos somos seres humanos y merecemos igualdad”.
La Casa Blanca anunció que la acción ejecutiva anunciada es provisoria, y que una solución permanente y definitiva al problema para los inmigrantes indocumentados está en manos del Congreso, que a partir de mediados de enero estará en manos de los republicanos.
Hoy hay en Estados Unidos once millones de personas esperando que se aplique la acción diferida anunciada por la Casa Blanca, mientras no se informe cuál será el plan definitivo la esperanza su la única certeza.
Informe y traducción: María Emilia Hidalgo
Fuentes: The Nation / Univision