Desde Pan y Rosas creemos que es clave poner sobre la mesa las demandas de quienes vivimos cotidianamente la miseria capitalista y patriarcal; mujeres y disidencias de la clase trabajadora y de los sectores populares.
Miércoles 8 de marzo de 2023
Ya han pasado más de 3 años del estallido social, protagonizado por millones de nosotras y nosotres en las calles en Chile. Decenas de nuestras demandas instaladas con fuerza en ese momento hoy están aun lejos de resolverse.
Sabemos que en la pandemia, la guerra, en catástrofes sociales como son los incendios que azotan al sur de Chile y con regímenes políticos represivos y autoritarios como el golpe en Perú, son nuestra necesidades, la de los sectores populares y la de nuestras familias las que van quedando relegadas, ante la avaricia capitalista. Más del 70% de los hogares en Chile, se han visto afectados por la inflación.
Sueldos miserables que no nos permiten llegar a fin de mes, pensiones paupérrimas, nuestra salud mental y sexual cada día más deteriorada, una salud y una educación que se cae a pedazos se mantienen, en esa tensa situación somos las mujeres, la diversidad sexual, niños, niñas y migrantes, los más golpeados. Donde los únicos que han aumentado sus ganancias y riqueza, son los grandes empresarios.
Queda claro,con las ganancias de las familias Matte, Luksic y Angelini.
Ellos buscan descargar la crisis sobre nuestros hombros. ¡No lo permitamos!
No podemos resignarnos, la fuerza de las mujeres trabajadoras puede ser una palanca para recuperar un movimiento de mujeres en las calles, organizado y unido a la clase trabajadora. Tenemos que volver a levantar asambleas territoriales, comisiones de mujeres y sindicatos dispuestos a denunciar esta farsa constitucional, reorganizar al movimiento estudiantil peleando por levantar centros de estudiantes y federaciones en lugares donde ya no existen y recuperando aquellas organizaciones cooptadas por el gobierno de Apruebo Dignidad.
Tomando como ejemplo a las y los trabajadores del Pedagógico, que el año 2022, nos organizamos para enfrentar condiciones precarias de trabajo, para exigir una educación de calidad y enfrentar el autoritarismo universitario. Nos organizamos como no lo hacíamos hace más de 20 años con un paro y en unidad académicos, profesionales, técnicos y administrativos. Otro ejemplo de lucha lo dieron las y los profesores del LAB, que han dado una pelea contra los despidos y la reincorporación a sus puestos de trabajo, o las compañeras del aeropuerto acá presentes, que hoy se disponen a dar una pelea por defender sus puestos de trabajo.
De cara a un nuevo 8 de Marzo, creemos que se hace urgente que la Central Unitaria de Trabajadores, las principales centrales sindicales, federaciones y sindicatos se sumen a levantar un plan ascendente de lucha organizado desde la base, para pelear por un programa de emergencia que enfrente de conjunto a la crisis.
Desde Pan y Rosas creemos que es clave poner sobre la mesa las demandas de quienes vivimos cotidianamente la miseria capitalista y patriarcal; mujeres y disidencias de la clase trabajadora y de los sectores populares. En Chile, la precariedad tiene rostro de mujer, por eso los sindicatos deben luchar por las demandas históricas del movimiento de mujeres: por igual trabajo igual salario y así terminar con la brecha salarial, por fin al subcontrato, y por derechos como la sala cuna en los lugares de trabajo.
Vemos que es necesario pelear por la prohibición de los despidos y el reparto de las horas de trabajo, sin distinción de nacionalidad y sin rebaja salarial entre empleados y desempleados. Es irracional que el sistema económico capitalista mantenga a una masa de trabajadores sin empleo y que quienes trabajan reciban un sueldo que no alcanza para vivir. Hacia este 8 de marzo, vamos por pensiones y salario mínimo de 650.000 y cupos laborales trans ¡Basta de trabajo precario! ¡Basta de miseria para nuestrxs abuelxs! Contra la doble explotación y la feminización del trabajo doméstico, luchamos por socializar las tareas que han sido históricamente relegadas al ámbito familiar, proponiendo comedores y lavanderías populares.
Proponemos una Ley de emergencia contra la violencia machista, financiada con el impuesto a las grandes fortunas, que asegure vivienda, manutención y ayuda psicológica, legal e interdisciplinaria, para la recuperación de la autonomía integral de las mujeres y disidencias sexogenéricas que han vivido agresiones patriarcales.
Este 8 de marzo marcharemos en el bloque de mujeres y disidencias trabajadoras y populares, para decir fuerte y claro que a 50 años del golpe militar y contra el fraude constitucional, nos organizamos de manera independiente a este gobierno y los empresarios para que la crisis la paguen los capitalistas. Queremos mostrar una alternativa a la Coordinadora 8 de Marzo, que sacó al movimiento de mujeres de las calles, tras subordinarse a las políticas de Apruebo Dignidad.
Te invitamos a luchar por esta perspectiva y este programa en cada uno de nuestros lugares de trabajo y estudio, a fortalecer el feminismo de clase y socialista, a levantar comisiones de mujeres y a marchar junto con Pan y Rosas este 8 de marzo.
Joseffe Cáceres
Trabajadora UMCE y vocera de Pan y Rosas Chile