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Red Internacional
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ESI. Las niñas y cómo el proceso constituyente atenta contra el ejercicio de sus derechos

En la última conmemoración del Día de la Niña, el 11 de octubre, se recordó lo grande que es la tarea para alcanzar su igualdad social. Pese a los avances que ha conquistado el movimiento de mujeres y el compromiso de gobiernos y estados, la desigualdad social las condiciona con estereotipos. Desde los seis años comienzan a pensar que son menos inteligentes que los varones. Hacen más trabajo de cuidado desde los 5 años. Las niñas de 13 años son quienes más usan la causal de violación para abortar en Chile. La derecha lo quiere impedir en el proceso constitucional. ¡No basta con celebrar un día!, ¡las niñas no pueden esperar 130 años para que cambie el mundo!

Sábado 28 de octubre de 2023

En la última conmemoración del Día de la Niña, el 11 de octubre, se recordó lo grande que es la tarea para alcanzar su igualdad social. Desde muy temprano en sus vidas van incorporando estereotipos de género que condicionan su autopercepción, autoconfianza y autonomía, afectando su desarrollo con ideas de que son menos inteligentes y brillantes que sus pares varones.

La realidad que viven niñas y adolescentes permite un clima proclive al maltrato y abuso.
Entre los 5 y 14 años dedican más horas diarias al trabajo doméstico y de cuidados que los niños de la misma edad. Cuestión que también afecta su desarrollo.

Pese a que Chile avanzó del puesto 47 en el ranking del informe Global de Brecha de Género al puesto 27 de 146 países, el avance es insuficiente. Según la ONU la desigualdad social de las mujeres se podría resolver en 130 años más.

¡Pero las niñas no pueden esperar!

Así lo confirman las lamentables cifras del aborto por causal de violación en Chile, que encabezan niñas de 13 años.

Hace diez años el movimiento de mujeres tomó el impulso de defender a una niña obligada a ser madre y desde entonces se articuló un movimiento por el derecho a decidir. Fue así cómo el movimiento de mujeres logró arrebatar un mínimo derecho como el aborto en tres causales, que pese a ser insuficiente, ha permitido a niñas ser niñas y no madres.

Fue el movimiento de mujeres el que logró imponer este avance, levantando secretarías de género, coordinaciones, asambleas, marchas, intervenciones, foros, con una amplia campaña en las calles, en los lugares de estudio y trabajo, por el aborto y una educación no sexista.

Ahora, en el proceso constitucional, antipopular, antimujeres, antiobrero la derecha se ha envalentonado y busca limitar el aborto en 3 causales. Esa pequeña conquista, amenzada por la moral conservadora de las iglesias, involucradas en casos de pedofilia, y la derecha genocida, que asesinó también a mujeres embarazadas.

Chile Vamos no quiso quebrar con Republicanos en el Consejo Constitucional y lograron aprobar una enmienda que pone en riesgo este pequeño avance, que el movimiento de mujeres conquistó, respecto a derechos reproductivos, la Ley de Aborto en tres causales: riesgo de vida de la madre, feto inviable y violación. Es un golpe contra el movimiento de mujeres e incluso contra la infancia vulnerada, que encabeza nefastas cifras.

Ver acá: Impulsemos una campaña nacional por la educación sexual integral sin la intromisión de las iglesias

La ley de 3 causales, pese a que no evita que las mujeres aborten en condiciones inseguras de forma clandestina, como fue consignado recientemente en los datos recopilados por el Departamento de Estadística e Información de Salud de Chile (DEIS), sí ha permitido evidenciar la violencia sexual contra niñas y adolescentes. Oponerse a que niñas violadas puedan abortar resulta consecuente de parte de un sector que esconde a curas pedófilos y defiende a opulentos y abusadores empresarios como Eduardo Macaya Zentelli, el padre del senador y presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya Danus.

La derecha está envalentonada a pesar de que el apoyo a la nueva Constitución llegó al 23%, su nivel más bajo, mientras que el rechazo aumentó a 57% según la última encuesta Cadem.

Acá no se trata solamente de conquistar que se trate a las niñas igual que los varones, y se disminuya aquella brecha que se sostiene bajo un sistema patriarcal y machista, sino que más niñas y adolescentes puedan tener garantizado básicos para el desarrollo de sus vidas.

En ese sentido, la ESI, a diferencia de lo que plantean los conservadores, es una herramienta necesaria para que las infancias y adolescencias puedan conocer su cuerpo, valorar la autoestima y afectividad, reconocer la perspectiva de género y respetar la diversidad. Así también, prevenir embarazos adolescentes, infecciones de transmisión sexual, crímenes de odio y tomar decisiones responsables en las relaciones sexo-afectivas.

Más aún cuando las cifras de la Subsecretaría de la Prevención del Delito, durante el año 2022, reveló que el 89,3% de las víctimas de violación son mujeres, de ellas el 27,7% corresponde entre 18 y 29 años, el 19% de los casos a adolescentes entre 14 y 17 años y la cifra mayor de abuso sexual corresponde al tramo de menores de 14 años con un 31% de los casos denunciados. Sobre el 80% de las denuncias de abuso, se trata de casos dentro del círculo familiar. Por eso la ESI se hace más que necesaria.

Profundizar aca:La derecha contra el aborto y el movimiento de mujeres. Normas constitucionales contra el derecho a decidir sobre nuestras vidas

Ante está realidad para las niñas, es fundamental levantar un movimiento de mujeres y diversidades sexuales que busque enfrentar la avanzada ideológica de la derecha y el fortalecimiento de la ultraderecha, enraizado en nuestros lugares de trabajo, barrios y estudios. Un movimiento independiente políticamente del gobierno de Apruebo Dignidad, encabezado por el presidente Gabriel Boric, que ha postergado las demandas urgentes del movimiento de mujeres y el movimiento estudiantil que beneficiarían directamente la calidad de vida de las infancias y especialemente de las niñas, que son doblemente vulneradas.

La concejala de Antofagasta y dirigente del Partido de Trabajadores Revolucionarios, Natalia Sánchez, declaró que "tanto trabajadores de la salud como de la educación debemos organizarnos para defender los derechos de las infancias y niñas, asegurando el acceso a sus derehos básicos y esto solo se puede garantizar, confiando en nuestra fuerza, en perspectiva de que millones de niñas y adolescentes puedan vivir en una sociedad sin opresión y explotación".